Hoy fall¨® el presidente
El absurdo fallo en contra del periodista Sergio Aguayo ilustra los l¨ªmites del sentido justiciero de L¨®pez Obrador cuando se le atraviesan viejos rencores
A Sergio Aguayo.
Las convicciones de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador son inconmovibles, y eso es parte de sus singulares virtudes como pol¨ªtico; pero tambi¨¦n lo son sus resentimientos, y eso es algo que en ocasiones desdora su trayectoria como luchador social. No formo parte de la legi¨®n de adversarios que cuestionan las pol¨ªticas p¨²blicas o el estilo personal del presidente. Por el contrario, me parece providencial el arribo al poder de un hombre decidido a combatir la corrupci¨®n, el dispendio y la frivolidad de la clase pol¨ªtica o la pobreza y la desigualdad social. Algunos de sus m¨¦todos pueden ser anecd¨®ticos y no coincido con todos sus pronunciamientos, pero eso me parece una minucia comparada con la posibilidad de dar un golpe de tim¨®n a favor de los desprotegidos en un pa¨ªs en el que durante tantos a?os se gobern¨® y desgobern¨® en beneficio de los privilegiados.
Sin embargo, debo decir que el absurdo fallo en contra del periodista Sergio Aguayo, condenado en tribunales a pagar 10 millones de pesos (m¨¢s de 500.000 d¨®lares) por da?ar ¡°la reputaci¨®n¡± de Humberto Moreira, conocido por los esc¨¢ndalos de su administraci¨®n en el Gobierno de Coahuila, ilustra los l¨ªmites del sentido justiciero del presidente cuando se le atraviesan viejos rencores.
Con toda raz¨®n L¨®pez Obrador ha explicado que se trata de un caso que escapa a la injerencia del poder Ejecutivo y que su Gobierno es ajeno a un expediente que le precede. Pero, en este lavado de manos a lo Pilatos, no ha resistido darle un machuc¨®n al diario Reforma, enturbiando as¨ª la evidente injusticia que se est¨¢ cometiendo con este periodista.
En el caso de Aguayo sorprenden muchas cosas. Primero, la severidad de la condena. El p¨¢rrafo por el que se le incrimina llama la atenci¨®n por su levedad; juzgue usted mismo: ¡°Moreira es un pol¨ªtico que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente es una abanderado de la renombrada impunidad mexicana¡¡±. Esto es lo que escribi¨® Aguayo hace cuatro a?os, cinco d¨ªas despu¨¦s de que el exmandatario fuera detenido en Barcelona bajo un cargo de lavado de dinero.
Es decir, nunca se trat¨® de una revelaci¨®n por parte del periodista que desencadenara la persecuci¨®n en contra del exgobernador; era una reflexi¨®n, como muchas otras escritas por algunos de nosotros en aquellos d¨ªas, ante razonables evidencias de que en su Administraci¨®n existieron irregularidades que terminaron por desencadenar procesos judiciales de distinta ¨ªndole (dos de sus ex funcionarios, incluyendo al tesorero, enfrentaron juicios por lavado de dinero en Estados Unidos y al menos unos de ellos se declar¨® culpable).
L¨®pez Obrador dijo este mi¨¦rcoles que la propia procuradur¨ªa del Gobierno de Felipe Calder¨®n exoner¨® de toda culpa a Moreira, en el per¨ªodo en el que Pe?a Nieto ya hab¨ªa sido elegido y el panista trataba de congraciarse con el presidente entrante, entre otras cosas compr¨¢ndole un avi¨®n de lujo.
Al margen de este reconocimiento impl¨ªcito por parte de L¨®pez Obrador de que dicha exoneraci¨®n habr¨ªa tenido un tufo pol¨ªtico, y asumiendo que un tribunal lo haya considerado inocente de los cargos que le imputa Sergio Aguayo, cuesta entender la l¨®gica de un juez para interpretar que los comentarios del articulista da?aron por 10 millones de pesos la reputaci¨®n del pol¨ªtico. Sobre todo si se considera que la mala reputaci¨®n de la gesti¨®n del gobernador hab¨ªa sido labrada con denuncias previas y posteriores al texto, que hab¨ªa sido separado de la presidencia del PRI para ser investigado por la PGR (Fiscal¨ªa), que existieron detenciones de ¨¦l mismo y de sus colaboradores e innumerables notas period¨ªsticas sobre estos esc¨¢ndalos. El castigo del juez hace suponer que el ¡°irresponsable¡± p¨¢rrafo del periodista destruy¨® la reputaci¨®n virginal y pr¨ªstina de un pol¨ªtico hasta entonces intachable en la escena p¨²blica. Hoy se publica que el hermano de uno de los implacables magistrados recibi¨® una notar¨ªa de manos del otro gobernador Moreira. Un caso para dar risa, si no fuera por la tragedia que entra?a para el propio columnista y, por extensi¨®n, para todo el gremio period¨ªstico.
Es en ese contexto llama al des¨¢nimo la reacci¨®n de L¨®pez Obrador. En otros casos ha cuestionado ¡°con todo respeto¡±, como ¨¦l dice, decisiones injustas de los tribunales y expresado su desacuerdo. Era lo m¨ªnimo que ahora habr¨ªamos esperado de ¨¦l los muchos periodistas que durante tantos a?os desafiaron con su pluma las represalias y la hostilidad de los poderosos. Tal ha sido el caso de Sergio Aguayo.
Por el contrario, este mi¨¦rcoles L¨®pez Obrdor desliz¨® que el trasfondo de este pleito podr¨ªa ser un viejo enfrentamiento entre Reforma y el clan Moreira. Me imagino que se refiere al fallido intento del grupo editorial por hacer prosperar un diario en Saltillo, Palabra, que al final debi¨® cerrar. El fracasado proyecto seguramente dio lugar a roces y golpes bajos entre los barones de la prensa y los due?os del poder pol¨ªtico local. Pero eso no justifica lo que ahora han hecho en contra de un columnista que publica sus art¨ªculos en varios peri¨®dicos, incluyendo Reforma, que no es empleado de ese diario y que ha dedicado sus afanes a la investigaci¨®n de casos de injusticia perpetrados por los mismos corruptos a los que el presidente mexicano ha combatido durante d¨¦cadas. M¨¢s a¨²n, recuerdo textos de Aguayo publicados en Reforma claramente divergentes de las posiciones editoriales de ese peri¨®dico.
Al convertir la abominable sentencia en contra del periodista en un mero rebote de un pleito entre poderosos (due?os del Reforma y clan Moreira) me parece que L¨®pez Obrador se deja llevar por sus rencores en detrimento de su sentido de justicia. Un caso lamentable de un presidente al que admiro por muchas razones, pero no por esta.
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