Brillo, fluorescencia y diversidad de g¨¦nero: el juego sin reglas del nuevo maquillaje
La generaci¨®n Z ha 'matado' el retoque 'bonito'. Por fin su identidad se muestra en todo su esplendor

Preocupados por el medioambiente, defensores a ultranza de la diversidad y enganchados a las redes sociales. A grandes rasgos, este podr¨ªa ser el perfil de la generaci¨®n Z, los nacidos en alg¨²n momento entre 1998 y 2005. Son los que m¨¢s usan las aplicaciones para socializar, s¨ª, pero tambi¨¦n los m¨¢s infieles. El a?o pasado, un 56% borr¨® su cuenta en alguna de ellas. Para Snapchat, la sangr¨ªa de usuarios comenz¨® cuando Instagram empez¨® a hacerle la competencia con las stories (contenido audiovisual ef¨ªmero), pero este abril vivi¨® un repunte gracias a dos filtros de intercambio de g¨¦nero. Porque si hay otra peculiaridad que distingue a los j¨®venes de entre 14 y 21 a?os es el poco caso que conceden a los c¨®digos de identificaci¨®n sexual.
"Hablando con una paciente que ten¨ªa en terapia sobre la ropa de uniforme de su colegio, me dijo: '?Por qu¨¦ tenemos nosotras que ir con falda? Yo quiero ir con pantalones. ?Y por qu¨¦ ellos no pueden ponerse falda? Quiz¨¢s a m¨¢s de uno le guste'. Generaci¨®n Z en estado puro", cuenta la psic¨®loga B¨¢rbara Tovar. "Las hornadas m¨¢s j¨®venes son mucho m¨¢s dr¨¢sticas a la hora de representar la diversidad, la identidad y el g¨¦nero. Empujan una cultura visual mucho m¨¢s amplia que sus predecesores", explica Clara Benayas, del departamento de estrategia de La Despensa, una agencia de publicidad que ha trabajado para Adidas, Sephora y el Ministerio de Igualdad.
Las marcas empezaron a tomar buena nota y, en 2016, el influencer James Charles pasar¨ªa a la historia como el primer chico en protagonizar una campa?a de la marca de maquillaje Covergirl. "Se atrevi¨® a lanzar su Instagram al mundo usando 'looks' din¨¢micos y transformativos para mostrar las diferentes facetas de su personalidad, sirviendo de inspiraci¨®n a mujeres, hombres, chicos y chicas que pod¨ªan tener miedo de estar haciendo lo mismo", arg¨¹¨ªan. Al a?o siguiente le seguir¨ªan Lewys Ball (Rimmel London) y Manny Gutierrez (Maybelline). Que no era un fen¨®meno pasajero qued¨® claro despu¨¦s de que Chanel lanzara su primera l¨ªnea de maquillaje para hombres, Boy, y, este verano, OPI les animaba a pintarse las u?as en su campa?a #ManiUp.
La ocurrencia de crear color dirigido al p¨²blico masculino ya la tuvo Jean Paul Gaultier en los a?os ochenta. El dise?ador volvi¨® a probar suerte en 2008, pero ni siquiera entonces cuaj¨® la propuesta. Todo cambi¨® cuando los m¨¢s j¨®venes tuvieron edad de consumir. Como dec¨ªa el fundador de la firma de cosm¨¦ticos hom¨®nima Edward Bess, a la revista WWD, no es solo que las nuevas generaciones no distingan entre hombre y mujer, "es que el t¨¦rmino metrosexual est¨¢ pasado de moda. Un t¨ªo puede ponerse polvos bronceadores y no ser etiquetado".
Grafismos fluorescentes para cambiar el mundo
La generaci¨®n Z ha revolucionado el tocador masculino, pero la regla "no hay reglas" se extiende tambi¨¦n a la manera en la que los adolescentes, en general, conciben el maquillaje. En Instagram, donde un 46% de los usuarios tiene menos de 24 a?os, hay "taggeadas" miles de im¨¢genes con el hashtag #euphoriamakeup. La ficci¨®n televisiva sobre adolescentes Euphoria, que triunfa en HBO, ha enamorado a la audiencia con su descarnada trama, pero tambi¨¦n por los imaginativos estilos de maquillaje, cuajados de brillos o grafismos fluorescentes, que lucen sus protagonistas.
"Recibo miles de mensajes de gente que ahora se siente m¨¢s inspirada para jugar con el maquillaje y usarlo para mostrarle al mundo qui¨¦nes son. El maquillaje se ha usado sin miedo desde siempre, pero fuera de la cultura masiva", sostiene la maquilladora de la serie, Doniella Davy. "La oportunidad que me brindaba la serie era traer este concepto a una audiencia m¨¢s amplia, de empujar esta manera particular de ver y usar el maquillaje en la cultura dominante para cambiar el 'statu quo' del 'maquillaje bonito'; y animar a la experimentaci¨®n, porque, en lugar de ser algo que simplemente funciona para 'corregir' o 'fijar', es divertido, es arte y una herramienta para la celebraci¨®n de uno mismo". Davy se siente honrada de haber influido en algo "tan positivo". Y cree que expresarse, "es un acto de curaci¨®n enraizado en la aceptaci¨®n de uno mismo y que puede tener un impacto en la sociedad".
Obviamente, el cambio de mentalidad no ha pasado de un d¨ªa para otro. En septiembre de 2016, en v¨ªsperas del lanzamiento de una colecci¨®n c¨¢psula que inclu¨ªa una barra de labios de color verde y otra azul, el director creativo de maquillaje de Dior, Peter Philips, hablaba de la mutaci¨®n que se estaba gestando en internet: "En el pasado, las mujeres quer¨ªan verse guapas, pero ahora el maquillaje es m¨¢s una declaraci¨®n. Pienso en Lady Gaga, por ejemplo. Es una celebridad, por supuesto, pero a menudo veo chicas con 'looks' muy extremos tambi¨¦n. Porque las redes sociales evolucionan, y evoluciona la manera de expresarse. Gracias a ellas, donde todo es m¨¢s accesible, hombres y mujeres est¨¢n empezando a jugar un poquito m¨¢s. Este es un gran paso".
Las u?as de gel importan m¨¢s que los resultados electorales
Hace un a?o y medio La Despensa elabor¨® el estudio 'Marcas e Influencers: lo que les mola a los j¨®venes en Espa?a'. Despu¨¦s de entrevistar a 500 personas de entre 14 y 29 a?os, constataron que no se esfuerzan tanto en disimular sus defectos como sus predecesores. "Se encuentran m¨¢s c¨®modos con caracter¨ªsticas que los 'millennials' luchaban por esconder, hasta el punto de convertirlo incluso en su se?a de identidad: el pelo afro, una piel demasiado p¨¢lida en verano, pecas, una mancha de nacimiento¡ La filosof¨ªa 'embrace yourself' [algo as¨ª como "qui¨¦rete", en ingl¨¦s] y la b¨²squeda por ser diferente ha calado", asegura Benayas.
En junio, la agencia present¨® otro informe, 'Mass Quinqui. El trap es el nuevo indie' (ambos son g¨¦neros musicales contempor¨¢neos), que explor¨® la influencia del "chonismo" y el cine quinqui de finales de los setenta en esta generaci¨®n. Benayas opina: "Traperas' como Bad Gyal, Ms Nina y Bea Pelea nos hablan de temas en los que antes no hab¨ªa voz femenina: liberaci¨®n sexual, mujeres que salen a la calle para ganar su propio dinero y que van contra los tab¨²es [¡]. Si para los ¡®millennials¡¯ el movimiento cultural por excelencia fue el 'indie' y su postureo, en la contracultura de la generaci¨®n Z es el ¡®trap¡¯ con su espontaneidad. De ah¨ª que la est¨¦tica de la 'raxet', triunfe".
Una de las traperas por excelencia, La Zowi, explicaba as¨ª en qu¨¦ consiste: "Combina ropa del Bershka con imitaciones de las grandes marcas. Al sentirse excluida en el sistema en el que vive, se preocupa m¨¢s por tener las u?as bien hechas que por votar en las elecciones". Las famosas u?as de gel del estribillo de Mala mujer, el hit de C. Tangana. O de la omnipresente Rosal¨ªa. Est¨¦tica, pero tambi¨¦n ¨¦tica, porque seg¨²n Bad Gyal, las postizas son ¡°una forma de decir que no tengo que trabajar, que no pienso hacer trabajos precarios ni manuales¡±.
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