Un dedo del tama?o de 45 millones de personas
El Gran Salto Adelante produjo en China entre 1958 y 1962 una hambruna devastadora
Pek¨ªn, diciembre de 2019, en una de las galer¨ªas del recinto del Templo del Cielo hay distintos grupos de personas mayores que juegan a las cartas o mueven fichas sobre un tablero. R¨ªen, festejan a los que ganan, hablan y hablan. Son las diez de la ma?ana y hace fr¨ªo, pero no importa: llevan abrigos acolchados, bufandas, guantes. Un poco m¨¢s all¨¢, hay otros que prefieren cantar. Son unos 30, medio desperdigados alrededor de un ¨¢rbol, y obedecen escrupulosamente las marcas que les da la mujer que los dirige. Entonan una vieja canci¨®n tradicional de aires melanc¨®licos.
Pongamos que la media de edad de esas personas mayores que pasan el rato en el Templo del Cielo es de 70 a?os. Cuando Mao conquist¨® el poder en 1949 acababan justo de nacer; durante el Gran Salto Adelante, entre 1958 y 1962, eran unos mozalbetes; el inicio de la Revoluci¨®n Cultural en 1966 los pill¨® en plena juventud y, cuando termin¨® en 1976 y el Gran Timonel muri¨® poco despu¨¦s, tendr¨ªan unos 27 a?os. No han conocido en su vida otro poder que el del Partido Comunista. La represi¨®n de las protestas de la plaza de Tiananmen en 1989 tuvo lugar cuando estaban en los 40; ahora todos tienen un m¨®vil. ?De qu¨¦ se acuerdan, c¨®mo les cuentan lo que pas¨® a sus descendientes, qu¨¦ saben de su historia, en qu¨¦ creen, de qu¨¦ hablan en esa ininterrumpida conversaci¨®n?
Ahora que se conmemoran los 75 a?os de la liberaci¨®n de Auschwitz, y ante esos ancianos chinos tan joviales y que resultan para el occidental radicalmente herm¨¦ticos, intriga saber c¨®mo se relacionan con ese pasado suyo, tan reciente y tan terrible. ?Qu¨¦ saben, por ejemplo, del Gran Salto Adelante? En noviembre de 1957 Mao acudi¨® a Mosc¨² a una cita con Jruschov. El l¨ªder sovi¨¦tico se ufan¨® de que en 15 a?os la Uni¨®n Sovi¨¦tica superar¨ªa a Estados Unidos en la obtenci¨®n de los productos m¨¢s importantes. Mao no se arredr¨®: en el mismo periodo de tiempo, afirm¨®, China estar¨ªa por delante del Reino Unido. As¨ª que en 1958 el Partido se puso en marcha para movilizar a las masas y estableci¨® una serie de campa?as implacables para que la producci¨®n agraria e industrial creciera de forma exponencial: planes de irrigaci¨®n, nuevos fertilizantes, utilizaci¨®n del arado de gran profundidad, la siembra de alta densidad, obtenci¨®n de acero en cada comunidad. Se crearon comunas de pueblo que pronto se militarizaron. Los cuadros del Partido utilizaban m¨¦todos feroces para mantener el entusiasmo.
¡°?Verdad que todo el mundo tiene 10 dedos? Podemos contar nueve de estos dedos como ¨¦xitos y tan solo uno de ellos como fracaso¡±, dijo Mao en un Congreso del Partido en Nanning para explicar que aquel desaf¨ªo tendr¨ªa alg¨²n coste. Lo cuenta Frank Dik?tter en La gran hambruna en la China de Mao, donde reconstruye el infierno de aquellos a?os. ¡°Unas pocas bajas entraban dentro de lo previsible¡±, apunta. ¡°El comunismo no se pod¨ªa alcanzar de un d¨ªa para otro¡±. Poco a poco se fue conociendo la envergadura de la gran hambruna que produjo aquel experimento que acab¨® en 1962. ¡°Es imposible que lleguemos a conocer la verdadera magnitud del desastre mientras no se abran los archivos¡±, explica Dik?tter, pero los estudios m¨¢s serios en su versi¨®n m¨¢s optimista se?alan que el Gran Salto Adelante produjo unos 45 millones de muertos. ?C¨®mo se acuerdan de ellos en la China actual?
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