¡°Las mujeres seguimos siendo minor¨ªa en los puestos de gesti¨®n de la ciencia¡±
La activista por los derechos de las mujeres en la ciencia promueve la igualdad de oportunidades laborales
Am¨¦rica Latina y el Caribe conforman la segunda zona del mundo con m¨¢s mujeres cient¨ªficas, despu¨¦s de Asia Central. Ellas descubren desde metales t¨®xicos en ma¨ªces en M¨¦xico hasta desarrollan kits para la detecci¨®n r¨¢pida del dengue en Argentina. Se dedican a estudiar el impacto de la crisis clim¨¢tica o desarrollan nuevos programas de alfabetizaci¨®n casi desde el nacimiento en sectores medios y vulnerables y en comunidades de pueblos originarios, entre otras contribuciones. Pero la creciente cantidad de mujeres en las ciencias no significa que se haya saldado la brecha de g¨¦nero.
A¨²n est¨¢ pendiente la igualdad en el acceso y la permanencia en puestos relevantes y en la remuneraci¨®n econ¨®mica, la posibilidad de compatibilizar plenamente la vida con hijos con la carrera profesional, y una mejor protecci¨®n contra diferentes formas de discriminaci¨®n, maltrato, acoso o abusos. As¨ª lo cuenta Ana Franchi (Buenos Aires, 1956), investigadora en qu¨ªmica biol¨®gica, activista por los derechos de las mujeres en las ciencias, y presidenta del Conicet, el mayor organismo p¨²blico dedicado a la investigaci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica de la Argentina, a partir del inicio de la Presidencia de Alberto Fern¨¢ndez.
Han pasado m¨¢s de dos d¨¦cadas de reclamos en las veredas de las instituciones cient¨ªficas por una mejor participaci¨®n de las mujeres, dice Franchi, pero ahora es el momento de impulsar e implementar medidas concretas con perspectiva de g¨¦nero. En Iberoam¨¦rica, Venezuela es el pa¨ªs con mayor porcentaje de mujeres (61%) sobre el total de personas que investigan, seguido por la Argentina y Guatemala (con el 53% para ambos pa¨ªses). Espa?a se encuentra en el lugar n¨²mero 12, con el 40% de mujeres que investigan, seg¨²n la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnolog¨ªa Interamericana e Iberoamericana (RICYT). En Chile, M¨¦xico y Per¨², el porcentaje de mujeres todav¨ªa no supera el 33%.?Hoy, 11 de febrero, con el fin de lograr el acceso y la participaci¨®n plena y equitativa, la ONU celebra el D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia.
Pregunta. ?Considera que a¨²n se desalienta a las mujeres a seguir las carreras de ciencias?
Hay docentes que aseguran que ni?as y ni?os tienen cualidades diferentes para desempe?arse en ciencias, matem¨¢tica, tecnolog¨ªa e ingenier¨ªas
Respuesta. Los estereotipos subsisten todav¨ªa. Se piensa que las mujeres son prolijas, ordenadas y estudiosas, pero no son brillantes. A trav¨¦s de una investigaci¨®n que la C¨¢tedra Regional Unesco dedicada a Mujeres, Ciencia y Tecnolog¨ªa realiz¨® en las ciudades de Buenos Aires, San Pablo y M¨¦xico, se pudo indagar en por qu¨¦ las mujeres no acceden a ciertas disciplinas. Se hizo una encuesta a 600 docentes hombres y mujeres. Se encontr¨® que hay docentes que aseguran que ni?as y ni?os tienen cualidades diferentes para desempe?arse en ciencias, matem¨¢tica, tecnolog¨ªa e ingenier¨ªas. Siguen aludiendo a una diferencia por ¡°naturaleza¡± que no es posible modificar. Tambi¨¦n la investigaci¨®n encontr¨® que muchos padres y madres a¨²n piensan que la inform¨¢tica es para ser desempe?ada por varones. A¨²n a las ni?as se las ubica con menores posibilidades para las ciencias como la matem¨¢tica. Es preocupante la situaci¨®n. Por eso, ser¨ªa importante que haya m¨¢s programas en la educaci¨®n primaria para que las ni?as no sean desalentadas por docentes ni sus familias hacia las carreras cient¨ªficas.?
P.?En su caso, ?c¨®mo se despert¨® su vocaci¨®n por las ciencias?
R. Cuando cursaba la escuela primaria a los 10 a?os, vinieron alumnas del colegio secundario a mostrarnos un experimento con un aro met¨¢lico que aumentaba su temperatura, y me d¨ª cuenta que ese tipo de experiencias me fascinaban. Pens¨¦ en seguir una escuela secundaria t¨¦cnica, pero por cuestiones laborales de mi padre nos tuvimos que mudar a otro pa¨ªs y segu¨ª un bachillerato com¨²n. Cuando volv¨ª a la Argentina, estudi¨¦ qu¨ªmica en la universidad. Con las clases del cient¨ªfico Eduardo Charreau me empez¨® a gustar la qu¨ªmica biol¨®gica. M¨¢s adelante, cuando estaba terminando el doctorado, curs¨¦ sociolog¨ªa en la Universidad de Buenos Aires. Aprend¨ª mucho sobre sociolog¨ªa de la salud y las cuestiones de g¨¦nero, y todo ese aprendizaje me permiti¨® tener una mirada m¨¢s social sobre las ciencias y la salud p¨²blica.
P. ?C¨®mo ha cambiado la situaci¨®n de las mujeres que han elegido trabajar en las diferentes ciencias??
R. Se ha modificado significativamente durante los ¨²ltimos 25 a?os. Cuando fundamos con la fil¨®sofa Diana Maffia y la m¨¦dica neur¨®loga Silvia Kochen la Red Argentina de G¨¦nero, Ciencia y Tecnolog¨ªa, nos sol¨ªan decir que no era el momento para hablar del problema de g¨¦nero en las ciencias. Que hab¨ªa cuestiones como los salarios bajos que eran m¨¢s urgentes. Sin embargo, entre el ruido del lavarropas y nuestros hijos que caminaban alrededor, creamos en 1994 el espacio para expresar que hab¨ªa discriminaci¨®n hacia las mujeres que quer¨ªan dedicarse y crecer en la carrera como cient¨ªfica. Como a las cient¨ªficas y a los cient¨ªficos se los convence con n¨²meros, hicimos un relevamiento y detectamos que las mujeres eran mayor¨ªa en la categor¨ªa asistente del Conicet. Luego, se produc¨ªa una tijera y s¨®lo hab¨ªa 8 mujeres en la categor¨ªa superior. El primer informe que hicimos sobre la situaci¨®n fue presentado en la Conferencia Mundial de mujeres en Pek¨ªn, China. Luego, entrevistamos a cient¨ªficas con muchos a?os de trayectoria. Al principio, negaban que hayan sufrido alg¨²n tipo de discriminaci¨®n. Cuando se desmenuzaban sus historias, pod¨ªamos ver situaciones de desigualdad. Hab¨ªan sacrificado su vida personal por todo el esfuerzo que tuvieron que hacer para avanzar en sus carreras cient¨ªficas. Muchas no hab¨ªan tenido hijos o se hab¨ªan casado con un colega. Tuvieron que enfrentar la imposibilidad de compatibilizar la vida cient¨ªfica con la vida familiar.
Entrevistamos a cient¨ªficas con muchos a?os de trayectoria. Al principio, negaban que hayan sufrido alg¨²n tipo de discriminaci¨®n. Cuando se desmenuzaban sus historias, pod¨ªamos ver situaciones de desigualdad
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n hoy?
R. El movimiento de mujeres produjo cambios. Ahora las j¨®venes demandan m¨¢s por sus derechos. Las universidades y los institutos cient¨ªficos piden charlas y talleres sobre las mujeres en la ciencia. Las cient¨ªficas m¨¢s grandes se animan a contar diferentes situaciones de discriminaci¨®n y resaltan que tuvieron compa?eras que no pudieron seguir en la carrera cient¨ªfica por falta de oportunidades. Tambi¨¦n denuncian las estrategias que tuvieron que desarrollar para superar la discriminaci¨®n. A pesar de esos cambios, sin embargo, hoy las mujeres seguimos siendo minor¨ªa en los puestos de gesti¨®n. El directorio del Conicet est¨¢ formado por ocho personas, y hoy s¨®lo tiene una mujer. Ahora, me designaron como presidenta del directorio y somos dos. Adem¨¢s, s¨®lo el 25% de los institutos del Conicet est¨¢n liderados por mujeres. S¨®lo el 11% de las universidades p¨²blicas de Argentina est¨¢n lideradas por mujeres.
P. ?Se esperan cambios para el futuro?
R. Se esperan los resultados de medidas recientes. En algunas universidades p¨²blicas, como la de Buenos Aires, se decidi¨® la paridad de g¨¦nero en la conformaci¨®n de las listas de candidatas y candidatos a representantes por los claustros de profesores, graduados y estudiantes para los pr¨®ximos a?os. Tambi¨¦n hay una media sanci¨®n en la C¨¢mara de Diputados de la Naci¨®n de una nueva ley para que haya paridad de g¨¦nero en todos los organismos p¨²blicos dedicados a la ciencia, tecnolog¨ªa e innovaci¨®n. A¨²n falta la sanci¨®n del Senado. En el principal organismo p¨²blico dedicado a la investigaci¨®n en tecnolog¨ªa agropecuaria, el INTA, fue designada por primera vez una mujer: es la ingeniera agr¨®noma y doctora en ciencias sociales Susana Mirassou.
P. ?Qu¨¦ cambia cuando una mujer lidera una instituci¨®n cient¨ªfica?
R. Impulsamos que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los varones en las carreras como cient¨ªficas. A¨²n no tenemos garantizados los jardines maternales para los hijos de las j¨®venes cient¨ªficas. Las becas para estad¨ªas en el exterior generalmente obligan a que los cient¨ªficos se vayan por tres meses. Pero las mujeres con hijos peque?os tienen dificultad para ausentarse por tanto tiempo. Por lo cual, estamos evaluando propuestas para que las estad¨ªas sean m¨¢s cortas para mujeres. Las mujeres no s¨®lo se ocupan de los hijos. Tambi¨¦n se ocupan del cuidado de los padres. Con la mayor longevidad de la poblaci¨®n y la falta de respuesta estatal, el cuidado de los adultos mayores muchas veces recae en las mujeres.
P. ?Qu¨¦ otras acciones se necesitan para considerar mejor a las mujeres?
Hay microdesigualdades, como los horarios de las reuniones o la exigencia de horarios laborales sin sentido, que pueden hacer que la vida personal y la vida profesional sean incompatibles para las cient¨ªficas
R. Vamos a fortalecer la Comisi¨®n de Igualdad de Oportunidades y Tratos del Conicet que puede recibir denuncias por acoso y abusos, y a vamos a considerar la situaci¨®n de las personas trans. No se les ha dado facilidad para que entren a investigar. Es un tema a tener en cuenta. En los jurados que seleccionen a l¨ªderes de institutos cient¨ªficos, tambi¨¦n debe haber equidad de g¨¦nero. Hay microdesigualdades, como los horarios de las reuniones o la exigencia de horarios laborales sin sentido, que pueden hacer que la vida personal y la vida profesional sean incompatibles para las cient¨ªficas. En los momentos de otorgar subsidios, se incluye un criterio de ¡°pertenencia¡±, que obliga a considerar qu¨¦ hizo el ¨® la postulante en investigaci¨®n durante los ¨²ltimos cinco a?os. Aqu¨ª no se tiene en cuenta que si las postulantes tuvieron un hijo, adoptaron un hijo o sufrieron alguna enfermedad que puede haber desacelerado su carrera. ?Por qu¨¦ no podemos hacer que esas situaciones se informen y se piensen para tener en cuenta la igualdad? Es un punto importante porque sin financiamiento, las carreras cient¨ªficas se frenan o se atrasan.
P. ?Considera que cient¨ªficas y cient¨ªficos deben seguir una carrera por ¡°publicar o perecer¡±?[un aforismo que describe la presi¨®n de los cient¨ªficos por publicar los resultados de sus investigaciones]?
R. Queremos tambi¨¦n que cient¨ªficas y cient¨ªficos formen parte de un Conicet m¨¢s moderno y bajado al territorio. En general, las investigadoras y los investigadores son evaluados por sus publicaciones. Pero la evaluaci¨®n se hace dif¨ªcil cuando hacen algo no tradicional. Con el nuevo Presidente Alberto Fern¨¢ndez, hubo investigadores del Conicet que pasaron a liderar ¨¢reas de gobierno en educaci¨®n, trabajo y seguridad a nivel nacional. Se busca gobernar con base en evidencia cient¨ªfica. Otros investigadores tambi¨¦n est¨¢n trabajando en empresas p¨²blicas. ?C¨®mo evaluamos a esos investigadores que ahora est¨¢n en el Gobierno o en empresas y que son tan necesarios para el pa¨ªs? Adem¨¢s, los diferentes ministerios est¨¢n pidiendo la participaci¨®n de investigadores para la toma de decisiones para resolver problemas. Vienen municipios y organizaciones sociales y nos piden colaboraci¨®n. Por todo, considero que hay que desarrollar una nueva m¨¦trica para poder encontrar una forma de evaluar tambi¨¦n a los investigadores y a los becarios que van al territorio y ayudan a resolver problemas locales y regionales de Am¨¦rica Latina. Nos interesa la cooperaci¨®n Sur-Sur en tem¨¢ticas que nos atraviesan, como la pobreza, las enfermedades regionales, y el impacto regional de la crisis clim¨¢tica. A veces se copian temas de pa¨ªses desarrollados, pero que no tienen nada que ver con nuestras necesidades.
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