C¨®ctel de bacterias con fresas
Una investigaci¨®n identifica 150 cepas de microorganismos que favorecen el crecimiento de la planta, la protegen de pat¨®genos y reducen la necesidad de agua hasta en un 30%
Las fresas que hoy llegan a los hogares espa?oles y a uno de cada tres del resto de Europa proceden de la provincia de Huelva, la mayor productora nacional y una de las primeras del mundo, seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAOSTAT). Esta producci¨®n, de extraordinario valor econ¨®mico y social, se genera en gran parte en un territorio que rodea el Parque Nacional de Do?ana, un patrimonio mundial reconocido por la Unesco por su alto valor ecol¨®gico. Conciliar estas dos realidades ha llevado a un grupo de investigadores de las facultades de Biolog¨ªa y Farmacia de la Universidad de Sevilla a desarrollar una f¨®rmula que permita cultivar esta fruta con un 30% menos de agua, con una capacidad de producci¨®n similar sin que merme la calidad y sin necesidad de la utilizaci¨®n generalizada de fertilizantes y plaguicidas qu¨ªmicos. La receta: un c¨®ctel de bacterias y el conocimiento detallado del funcionamiento de las plantas.
El agua es el bien m¨¢s preciado en Do?ana. De ella depende su existencia. El ecofisi¨®logo Enrique Mateos, natural de Hinojos, un pueblo de la zona, ha crecido en un entorno agr¨ªcola donde la tensi¨®n entre el desarrollo y la conservaci¨®n es habitual. ¡°Se nos ocurri¨® estudiar los aspectos microbiol¨®gicos en las plantas de las marismas [ecosistema predominante en la zona], investigar el comportamiento de la vegetaci¨®n en situaci¨®n de estr¨¦s por falta de agua o por la alta salinidad y los mecanismos que les permiten desarrollarse en entornos tan peculiares, tan hostiles¡±, comenta Mateos.
El proyecto comenz¨® en diciembre de 2016 con financiaci¨®n del Programa Estatal de I+D+i Orientado a los Retos de la Sociedad (MINECO Proyecto CGL2016-75550-R Feder) y ha continuado en colaboraci¨®n con un equipo de Farmacia para trasladar los hallazgos sobre la vegetaci¨®n estudiada, tolerante a la sequ¨ªa o a la salinidad, a una producci¨®n clave para Espa?a como es la fresa y en un entorno de especial relevancia, gracias al proyecto financiado por el Programa Operativo Feder Andaluc¨ªa (Feder_US_126203). ¡°M¨¢s del 70% se cultiva en el ¨¢mbito de influencia de Do?ana y nos propusimos ayudar a un cultivo de extraordinario impacto social y econ¨®mico¡±, relata el investigador.
El actual modelo de producci¨®n de fresa, caracterizado por el uso intensivo del terreno y por la necesidad de emplear gran cantidad de agua, plaguicidas y fertilizantes qu¨ªmicos para mantener la producci¨®n, se ha relacionado con diversos problemas medioambientales como, por ejemplo, la contaminaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas por el lixiviado del exceso de residuos derivados de los procesos de fertilizaci¨®n qu¨ªmica o el control de pat¨®genos. Para evitarlo, durante los ¨²ltimos a?os se ha innovado en diferentes t¨¦cnicas de cultivo, como el biocontrol de pat¨®genos mediante el empleo de microorganismos del suelo. Pero en gran medida, se ha infravalorado el potencial de los microorganismos como herramientas para mejorar la tolerancia de los cultivos a la escasez de agua o a la mayor concentraci¨®n salina.
Las bacterias aisladas han sido probadas en laboratorio y en c¨¢maras clim¨¢ticas donde han llegado a simular escenarios que generar¨¢ el calentamiento global
En ese campo entr¨® el equipo de la Universidad de Sevilla, que ha aislado, identificado y caracterizado hasta 150 cepas de bacterias beneficiosas, con capacidad de promover el crecimiento y la tolerancia de los cultivos, favorecer la absorci¨®n de nutrientes y la fijaci¨®n de nitr¨®geno y protegerlos frente a pat¨®genos. Las bacterias aisladas han sido probadas en laboratorio y en c¨¢maras clim¨¢ticas donde han llegado a simular escenarios que generar¨¢ el calentamiento global. Toda la investigaci¨®n, distinguida con el Premio Losada Villasante (convocado por la Cadena SER, con la colaboraci¨®n del Ayuntamiento de Carmona, la Fundaci¨®n Cajasol, Mercadona, Foro Interalimentario y la Universidad de Sevilla), pasar¨¢ a partir de septiembre a fase de prueba en campo.
¡°Hemos cogido las mejores, hemos juntado las que no se pelean entre ellas y las hemos inoculado¡±, afirma Mateos para intentar explicar con t¨¦rminos m¨¢s comprensibles el trabajo de investigaci¨®n. Algunos de los resultados ya obtenidos es que ¡°la bacteria mejora el uso eficiente del agua y la tolerancia frente al exceso de salinidad y la sequ¨ªa de la planta a trav¨¦s de una mejora de su respuesta fotosint¨¦tica¡±, a?ade.
"Las bacterias utilizadas son aut¨®ctonas, viven en contacto con las ra¨ªces de las plantas, cumplen todos los requisitos de seguridad alimentaria y se aplican, en esta primera fase, mediante el riego. En futuras investigaciones tambi¨¦n se abordar¨¢ la posibilidad de aplicaci¨®n como abono s¨®lido y el aprovechamiento tambi¨¦n de microorganismos beneficiosos con capacidad para desarrollarse en el interior de las plantas", explica Mateos.
La puerta abierta es esperanzadora. No solo por la reducci¨®n del consumo de agua y qu¨ªmicos en un 30% y la capacidad de aprovechamiento de aguas de peor calidad, sino porque la aplicaci¨®n de este modelo se puede extender a otros cultivos, a la regeneraci¨®n de suelo o a la restauraci¨®n de zonas degradadas.
En este sentido, un estudio en el que han participado cient¨ªficos de nueve pa¨ªses y una veintena de instituciones sobre un centenar de ecosistemas terrestres, publicado en Nature Ecology and Evolution y liderado por el Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosist¨¦mico de la Universidad Pablo de Olavide, demuestra que los distintos grupos de organismos del suelo son esenciales para el funcionamiento adecuado de los biomas de la tierra y tienen efectos sobre la regulaci¨®n del clima, la fertilidad la producci¨®n de comida, la descomposici¨®n de desperdicios y la mantenci¨®n de suelos con una carga reducida de pat¨®genos y genes de resistencia a antibi¨®ticos.
El estudio destaca la necesidad de mantener la biodiversidad de distintos grupos de organismos del suelo, desde bacterias a lombrices y, sobre todo, de identificar y proteger aquellas especies con especial importancia funcional y que se encuentran altamente conectadas dentro de la red tr¨®fica. ¡°Organismos del suelo como las lombrices, los nematodos o los protistas, pueden parecer mucho menos atractivos, a simple vista, que otros como las plantas, aves y mam¨ªferos. Sin embargo, la vida en la Tierra simplemente no existir¨ªa sin ellos¡±, explica Manuel Delgado-Baquerizo, investigador Ram¨®n y Cajal y autor principal del art¨ªculo.
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