Marjane Satrapi: ¡°Pelear¨¦ por que las mujeres puedan llevar velo aunque yo lo deteste¡±
Veinte a?os despu¨¦s de Pers¨¦polis, un fen¨®meno de la novela gr¨¢fica llevado a la gran pantalla, la autora franco-iran¨ª explica por qu¨¦ cambi¨® el c¨®mic por el cine. Su quinta pel¨ªcula, Radioactive, explora la vida de Marie Curie.
LA LIBERTAD¡±. Lo dice as¨ª, en castellano. En varios momentos de la conversaci¨®n de m¨¢s de una hora en franc¨¦s, Marjane Satrapi repite la misma palabra. Como si fuese el argumento de su vida y de su obra. Y como si, al cambiar de idioma, quisiera subrayarlo. La ni?a exc¨¦ntrica y precoz de la burgues¨ªa progresista de Teher¨¢n que, muy joven, abandon¨® el opresivo Ir¨¢n de los ayatol¨¢s y se march¨® a Europa y lo cont¨® todo en Pers¨¦polis, un c¨®mic que le dio fama mundial. La mujer que, despu¨¦s de consagrarse con este y otros libros, aprendi¨® a hacer cine y no ha vuelto ni piensa volver a las historietas. La iran¨ª que lleva 20 a?os sin regresar a su pa¨ªs de origen y que ahora, a los 50, no tiene claro que pueda volver. La libert¨¦, la libertad: el hilo que todo lo une. ¡°Cuando debo tomar una decisi¨®n dif¨ªcil, siempre me pregunto dos cosas. ¡®?Esto me matar¨¢?¡¯. Y ¡®?Me meter¨¢n en prisi¨®n?¡±, dice. ¡°He aqu¨ª lo que cuenta para m¨ª: ser libre y tener aire en los pulmones. El resto viene por a?adidura¡±.
Marjane Satrapi aparece puntual a las once de la ma?ana en su estudio del distrito XI de Par¨ªs, y lo primero que llama la atenci¨®n es que la Satrapi real es id¨¦ntica a la de sus obras. El mismo aspecto de Mafalda persa con el que se autorretrat¨®, la misma convicci¨®n en sus argumentos, el mismo lunar en la nariz cuya aparici¨®n marca la metamorfosis de su adolescencia en su c¨®mic m¨¢s famoso, o el irremediable cigarrillo en los labios (fuma desde los 13 a?os). Al empezar a hablar, cualquier lector suyo tendr¨¢ la sensaci¨®n de que es una vieja conocida. Sus libros y alguna de sus pel¨ªculas ¡ªLa banda de los Jotas, por ejemplo, donde aparece interpret¨¢ndose a s¨ª misma¡ª no enga?an; es ella, sin ficci¨®n.
De casi todo hace ya 20 a?os, y tambi¨¦n de Pers¨¦polis, cuyo primer tomo apareci¨® en el a?o 2000. En los a?os siguientes, hasta 2003, public¨® otros tres. El impacto fue inmediato. Por lo que contaba: la historia de la revoluci¨®n de 1979 en Ir¨¢n desde la perspectiva de una adolescente, mezclando la Historia en may¨²scula, terrible y dram¨¢tica, con la historia en min¨²scula con las alegr¨ªas y miserias de un personaje con el que pod¨ªa identificarse cualquiera en cualquier lugar. Y por c¨®mo lo contaba: con vi?etas y burbujas. Una d¨¦cada despu¨¦s de Maus, de Art Spiegelman, Marjane Satrapi contribu¨ªa a convertir la llamada novela gr¨¢fica en un g¨¦nero para un gran p¨²blico.
Ahora el sello Reservoir Books publica en castellano una edici¨®n de los cuatro tomos completos de Pers¨¦polis en un solo volumen y con una nueva traducci¨®n de Carlos Mayor. La conmemoraci¨®n coincide con el estreno de la quinta pel¨ªcula de Satrapi, Radioactive, que se centra en el personaje de Madame Curie. Aquellos a?os ¡ªla vida de estudiante extranjera en Francia, las tentativas en los cuentos infantiles ilustrados, el ¨¦xito de su debut¡ª quedan lejos. Hoy ella vive en otro mundo: el cine y sus pinturas. Pero Pers¨¦polis no ha envejecido. Y persiste el misterio: c¨®mo fue posible que una artista sin apenas experiencia, llegada unos a?os antes a Francia para estudiar en la Escuela de Artes Decorativas de Estrasburgo, fabricara un cl¨¢sico que no ha perdido ni un ¨¢pice de magia y que sigue iluminando a los lectores sobre la historia del Ir¨¢n contempor¨¢neo y sobre la de aquella muchacha tan particular y tan universal.
¡°Cuando era estudiante ten¨ªa clara una cosa: iba a ser pobre. Vivir¨ªa en una buhardilla, comer¨ªa siempre pasta y nunca ir¨ªa de viaje, pero trabajar¨ªa en lo que me gustara. Con Pers¨¦polis, ni siquiera pensaba que encontrar¨ªa un editor. Cre¨ªa que har¨ªa 50 fotocopias para que lo leyesen mis amigos¡±, dice. Menos cre¨ªa a¨²n que su historieta acabar¨ªa vendiendo millones de ejemplares y convirti¨¦ndose en emblema del g¨¦nero de la novela gr¨¢fica, t¨¦rmino que Marjane Satrapi raramente usa; prefiere el franc¨¦s BD, siglas de bande dessin¨¦e, literalmente tira dibujada, o historieta, o tebeo. ¡°Hay gente que me dice que antes de m¨ª nunca hab¨ªa le¨ªdo c¨®mics. Pero no me gusta mucho analizar mi trabajo. De entrada, tengo la impresi¨®n de haber ganado el Oscar de la vida. ?Cu¨¢nta gente puede decir que vive de lo que adora hacer?¡±, se pregunta.
El primer milagro de Pers¨¦polis fue que era un libro primerizo de una desconocida; otros artistas necesitan d¨¦cadas para realizar su gran obra. Ella no era una lectora de c¨®mics. Aprendi¨® el oficio en Francia, sobre la marcha. ¡°No conoc¨ªa los c¨®digos¡±, dice. ¡°Mi amigo el dibujante ?mile Bravo, de origen espa?ol, me ayud¨® enormemente¡±.
Pers¨¦polis retrata un mundo ex¨®tico y al mismo tiempo cotidiano, reconocible. ¡°Durante un tiempo justifiqu¨¦ el ¨¦xito diciendo que era porque era una mujer o porque era iran¨ª, pero pienso, sin arrogancia, que hice un buen libro¡±, afirma. Parti¨® de lo m¨¢s concreto, de aquello que conoc¨ªa mejor: su propia vida, su familia, su barrio. ¡°Pensaba en Tolst¨®i, que dec¨ªa: ¡®Si quieres hablar al mundo, habla de tu aldea¡¯. Si hablas de grandes cosas, como los iran¨ªes o los espa?oles, no significa nada. En cambio, puedes identificarte en una persona concreta. El dibujo ayuda: con un lenguaje que se usaba antes que la escritura todo el mundo puede identificarse. Las emociones humanas tambi¨¦n son las mismas: re¨ªmos y lloramos de la misma manera. Tuve la suerte de llegar despu¨¦s de alguien como Abbas Kiarostami: sus pel¨ªculas presentaban Ir¨¢n y en ellas ya se ve¨ªa que no era un pueblo de tarados¡±.
Ella nunca se relee, pero sigue vi¨¦ndose reflejada en la Marjane Satrapi de Pers¨¦polis. ¡°Somos la misma¡±, garantiza. Pero despu¨¦s de publicar Pers¨¦polis y otros dos c¨®mics de tema iran¨ª, Bordados, de 2003 y Pollo con ciruelas, de 2004, dio carpetazo. ¡°Soy como un coche sin marcha atr¨¢s, siempre tengo que avanzar. En mi vida nunca he mirado atr¨¢s. Ya no tengo ganas de hacer c¨®mics, y si no te apetece hacer algo, mejor no hacerlo¡±, responde. ¡°Quiz¨¢ en otro momento s¨ª me gustar¨ªa escribir libros¡±. Tiene pendiente uno, del que lleva tiempo hablando, sobre su abuela paterna, que fue la und¨¦cima mujer en obtener el bachillerato en Ir¨¢n. Se titular¨¢ La und¨¦cima laureada. La abuela materna ya disfruta de un lugar central en su obra. Es su inspiradora, casi un alter ego, una mujer independiente, libre y moderna que se hab¨ªa divorciado cuando pocas lo hac¨ªan y que no ten¨ªa pelos en la lengua. ¡°Era una mujer sin filtros, muy recta, hasta el punto de chocar. No ment¨ªa, era muy directa¡±, describe. ¡°Me hac¨ªa re¨ªr porque lo que no conven¨ªa decir, ella lo dec¨ªa. Me gusta la gente que no es c¨®moda. Prefiero que me insulten a que me ataquen por la espalda¡±, dice la autora de c¨®mics y cineasta. La abuela muri¨® en 1999, sin poder ver el ¨¦xito de su nieta.
El paso de la historieta al cine, para Marjane Satrapi, no fue buscado. ¡°En un momento dado me propusieron hacer Pers¨¦polis en pel¨ªcula. Y yo pens¨¦: ¡®?Para qu¨¦? ?Para qu¨¦ pasar tres a?os con una historia a la que ya le hab¨ªa dedicado cuatro?¡¯. Al mismo tiempo, una voz me dec¨ªa: ¡®Te pagar¨¢n para que aprendas un nuevo oficio, ser¨ªa una pena desaprovecharlo¡¯. La gente va 5 a?os a la escuela de cine y debe esperar 15 para hacer la primera pel¨ªcula. En el peor de los casos habr¨¢s hecho una mala pel¨ªcu?la, pero habr¨¢s aprendido algo. As¨ª que lo hice¡±. Y, de nuevo, le sali¨® bien. Pers¨¦polis obtuvo ex aequo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2007 y fue nominada a los Oscar. Despu¨¦s llegaron Pollo con ciruelas, basada en el c¨®mic hom¨®nimo, y La banda de los Jotas, una personal road movie en la costa valenciana y en Andaluc¨ªa. Y The Voices, la historia macabra de un asesino en serie en un pueblo de la Am¨¦rica profunda.
El embri¨®n de la nueva pel¨ªcula puede rastrearse en Pers¨¦polis, donde la peque?a Marjane Satrapi ya dec¨ªa que quer¨ªa estudiar qu¨ªmica y ser Marie Curie. ¡°S¨ª, es la ni?a de Teher¨¢n cuya madre le dice que debe ser una mujer independiente. Y le ofrece dos modelos: Marie Curie y Simone de Beauvoir. No tienes por qu¨¦ ser guapa ni casarte, lo que tienes que hacer es ser independiente¡±, dice al recordar las palabras de su madre.
Un motivo recurrente en Pers¨¦polis es el velo con el que ella, como todas las iran¨ªes, se vio obligada a cubrirse la cabeza tras la revoluci¨®n. El velo es tambi¨¦n un motivo recurrente de pol¨¦mica en Francia, donde prolifera entre las mujeres musulmanas y al mismo tiempo es visto por algunos defensores de la laicidad como una afrenta a los valores de la Rep¨²blica. ¡°Yo estoy totalmente en contra del velo. S¨¦ lo que quiere decir: que yo, como mujer, soy un objeto sexual y que este objeto sexual no debe verse porque la mera visi¨®n de los cabellos puede provocar una erecci¨®n general en la calle. Detesto el velo. Pero m¨¢s importante que lo que yo deteste son los derechos humanos, un texto escrito en este pa¨ªs que dice que la gente tiene el derecho a ejercer la religi¨®n que quiera y a vestirse como quiera. Como considero que los derechos humanos son superiores a mi punto de vista personal, pelear¨¦ por que estas mujeres puedan llevar el velo aunque yo lo deteste¡±.
De nuevo la libertad, que hace dif¨ªcil encerrarla en una ideolog¨ªa o una identidad. ?Autora de novela gr¨¢fica? ?Cineasta? ?Iran¨ª? ?Francesa? En La banda de los Jotas, el personaje que ella interpreta se presenta como ¡°una tercermundana¡±. No tercermundista, sino tercermundana. ¡°En Europa, normalmente la gente del Tercer Mundo viene por razones econ¨®micas. Los iran¨ªes no se marcharon de Ir¨¢n por razones econ¨®micas. Normalmente era gente de izquierdas, bien instruida, de clase media y con un cierto nivel de vida. Era una inmigraci¨®n pol¨ªtica. En mi caso, al llegar a Francia mi nivel de vida se dividi¨® por cinco. En Teher¨¢n ten¨ªa un apartamento de 130 metros cuadrados y me encontr¨¦ en uno de 25 metros cuadrados. All¨ª ten¨ªa mujer de la limpieza, iba en coche. Pero vine porque quer¨ªa la libertad. Tercermundana significa que eres tercermundista pero no pobre¡±.
Despu¨¦s de tantos a?os en Francia, su identidad se ha modificado. ¡°Me considero franco-iraniana. A nivel sentimental soy muy iran¨ª; a nivel cerebral soy muy cartesiana, muy francesa¡±, dice. No ha intentado regresar a Ir¨¢n, donde a¨²n viven sus padres. No le quedan amigos all¨ª, todos se fueron. ¡°No es buena idea volver. Me lo han desaconsejado. No me arriesgo. No soportar¨ªa estar en prisi¨®n¡±, dice. ¡°Si me encerrasen, morir¨ªa a las dos semanas. ¡°La libert¨¦¡±, resume. Y a?ade: ¡°La libertad¡±.?
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