Lozoya, la otra rifa del presidente
Al presidente mexicano le gusta el b¨¦isbol, pero no hay refr¨¢n deportivo que m¨¢s le acomode que el dicho futbolero ¡°no hay buen portero sin suerte¡±
Al presidente mexicano le gusta el b¨¦isbol, pero no hay refr¨¢n deportivo que m¨¢s le acomode que el dicho futbolero ¡°no hay buen portero sin suerte¡±. Lo mismo puede decirse de un presidente. La detenci¨®n en Espa?a de Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex vinculado a los esc¨¢ndalos de Odebrecht, anunciada este mi¨¦rcoles viene de perlas al gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que llevaba varios d¨ªas sumido en el desgastante proceso de defender el sorteo de un avi¨®n (sin avi¨®n) y aguantar la indignaci¨®n de las y los agraviados por declaraciones desafortunadas sobre el tema de los feminicidios.
La aprehensi¨®n del funcionario, s¨ªmbolo de la corrupci¨®n del r¨¦gimen anterior, y la posibilidad de que esto desencadene por fin una investigaci¨®n sobre el expresidente Pe?a Nieto y su c¨ªrculo ¨ªntimo, ayudar¨¢ a poner en perspectiva las verdaderas batallas en la que est¨¢ metida la 4T, m¨¢s all¨¢ de los desgastantes esc¨¢ndalos coyunturales.
En este espacio se ha comentado la importancia estrat¨¦gica que tienen las conferencias de prensa diarias que concede AMLO, las llamadas Ma?aneras, con el prop¨®sito de construir y defender su propia narrativa, habida cuenta del peso medi¨¢tico de sus muchos detractores. Pero responder a los ataques, cr¨ªticas y pol¨¦micas de manera continua e improvisada supone riesgos. En ocasiones pasamos d¨ªas metidos en debates interminables sobre un desliz real o aparente del mandatario o la ocurrencia que, en opini¨®n de sus adversarios, confirma que el hombre est¨¢ desequilibrado.
A mi juicio, en medio de toda esta alharaca perdemos de vista lo que s¨ª est¨¢ pasando. Carlos Slim, un hombre pr¨¢ctico por donde se mire, lo resumi¨® este martes: "Yo creo que han habido resultados en materia econ¨®mica muy importantes, se ha mejorado el poder adquisitivo de la poblaci¨®n, se ha aumentado sustancialmente el salario m¨ªnimo, pero lo bueno es que vino acompa?ado de una inflaci¨®n moderada". Lo que hace falta es inversi¨®n, ya est¨¢n los proyectos, pero hay que acelerarlos, agreg¨®. Y es que, pese a la pasi¨®n encendida de la cr¨ªtica, que har¨ªa pensar en un pa¨ªs al borde del abismo, M¨¦xico est¨¢ metido en un proceso de cambio que era urgente y necesario, y que m¨¢s all¨¢ de las muchas improvisaciones o errores de implementaci¨®n, se ha conducido con estabilidad y responsabilidad.
El peso est¨¢ fuerte, lo que entre otras cosas significa que no hay fuga significativa de capitales, la disciplina ante la deuda p¨²blica es mayor que en gobiernos anteriores, est¨¢ comenzando a revertirse por fin el patr¨®n de desigualdad entre sectores sociales, ramas econ¨®micas y zonas geogr¨¢ficas, se ha declarado la guerra al gasto suntuario y a la corrupci¨®n, se est¨¢ saneando la vida democr¨¢tica de los sindicatos, se ha suspendido la ¡°compra¡± editorial de medios de comunicaci¨®n mediante la publicidad, se ha conseguido firmar el nuevo tratado de comercio en medio de un clima hostil y la dif¨ªcil relaci¨®n con Estados Unidos se ha sostenido con responsabilidad y mesura. No es poca cosa para un primer a?o de gobierno. La econom¨ªa pr¨¢cticamente se estanc¨®, lo cual no es inusual al arranque de sexenio y podr¨ªa tener un crecimiento modesto en 2020. La seguridad p¨²blica sigue devastada, pero apenas comienza a instrumentarse el ambicioso proyecto de incorporar 140.000 elementos a la Guardia Nacional y el gobierno asegura que a fines de este a?o las cifras rojas habr¨¢n comenzado a declinar. Quiz¨¢s. Lo que nadie puede poner en duda es la aplicaci¨®n del presidente al tema, al que dedica la primera hora de la ma?ana, de 6 a 7 todos los d¨ªas, algo que contrasta con el desinter¨¦s negacionista de su predecesor.
En suma, el balance es mucho mejor de lo que permite entender el clima de linchamiento que se respira en muchos ambientes de la sociedad mexicana en contra de AMLO. 71% de los habitantes lo aprueba, pero el otro 29%, o una parte significativa de ellos, lo detesta m¨¢s que hace un a?o. Sea porque sus intereses han sido afectados, porque rechaza ideol¨®gicamente las tesis de la 4T o porque la figura presidencial simplemente les provoca urticaria. Sospecho que mucho del antagonismo tiene que ver m¨¢s con el personaje (su procedencia, sus formas y sus dichos) que con un balance puntual de su administraci¨®n.
Bajo este escenario, la aprehensi¨®n de Lozoya es oro molido para el mandatario porque pone las cosas bajo otra perspectiva. De repente la ocurrencia del surrealista sorteo de un avi¨®n parece anecd¨®tica frente al soborno de 10 millones de d¨®lares o la compra infame de una refiner¨ªa destartalada en 442 millones de d¨®lares. El pecado de no pronunciar las eses, no hablar de corridito o empe?arse en viajar en aviones comerciales parece peccata minuta frente a los contratos leoninos con cargo al erario, el uso de helic¨®pteros oficiales para jugar golf con el presidente o cobrar un mill¨®n de pesos por entrevista a aspirantes a convertirse en proveedores de Pemex.
Con todos sus defectos y peculiaridades L¨®pez Obrador est¨¢ intentando hacer las cosas diferente. Pe?a Nieto era fotog¨¦nico, portaba la corbata perfecta y trataba de decir solo lo pol¨ªticamente correcto, pero dej¨® al sistema en una crisis tal de legitimidad que el M¨¦xico profundo decidi¨® provocar un viraje y L¨®pez Obrador es el resultado. Es lo que es, y m¨¢s all¨¢ del modo y las animadversiones, las intenciones de cambio est¨¢n a la vista. Los resultados tambi¨¦n. El caso Lozoya y lo que destape podr¨ªa convertirse en un antes y un despu¨¦s en el combate a la corrupci¨®n. Veremos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.