La supernova que viene
Betelgeuse, la gigante roja de la constelaci¨®n de Ori¨®n, podr¨ªa estar pr¨®xima a su fin
Nos plante¨¢bamos la semana pasada la posibilidad de que hubiera planetas enanos m¨¢s peque?os que Hig¨ªa, que, como vimos, tiene unos 400 km de di¨¢metro. Recordemos que la condici¨®n que ha de cumplir un planeta enano -adem¨¢s de describir una ¨®rbita alrededor del Sol y no ser un sat¨¦lite- es que su propia gravedad le haga adoptar una forma aproximadamente esf¨¦rica. Dicho de forma m¨¢s t¨¦cnica, esto significa alcanzar el ¡°equilibrio hidrost¨¢tico¡±, que es el que se produce en un fluido en el que la presi¨®n y la gravedad se contrarrestan mutuamente. En la atm¨®sfera terrestre, por ejemplo, la gravedad atrae el aire hacia la superficie, y eso hace aumentar la presi¨®n atmosf¨¦rica a medida que nos acercamos al nivel del mar, y esa presi¨®n impide que las capas superiores de la atm¨®sfera sigan comprimi¨¦ndose.
En el caso de un planeta en formaci¨®n, ese equilibrio de fuerzas, por su homogeneidad, hace que adopte una forma esf¨¦rica; pero, para ello, el planeta ha de ser lo suficientemente masivo como para que su propia fuerza gravitatoria lo obligue a adoptar esa forma de m¨¢xima concentraci¨®n de la materia. Aunque m¨¢s que de masa hay que hablar de densidad, pues la gravedad tambi¨¦n depende del radio. Y tambi¨¦n hay que tener en cuenta la viscosidad: cuanto mayor sea, m¨¢s le cuesta a la gravedad ¡°moldear¡± el objeto astron¨®mico y darle forma esf¨¦rica.
Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, es poco viable un planeta enano con una densidad inferior a 3 g/cm3 y un di¨¢metro de menos de 200 km. Pero, en teor¨ªa, un esferoide m¨¢s denso podr¨ªa ser m¨¢s peque?o. Por ejemplo, se cree que Vesta tiene un n¨²cleo de hierro y n¨ªquel similar al de la Tierra; si el asteroide perdiera su envoltura rocosa y ese n¨²cleo, con una densidad de aproximadamente 8 g/cm3, quedara desnudo, seguir¨ªa siendo esf¨¦rico. ?Cu¨¢l tendr¨ªa que ser su di¨¢metro, como m¨ªnimo, para que as¨ª fuera?
Betelgeuse
En el caso de las estrellas, al equilibrio hidrost¨¢tico se a?ade otro factor, que es determinante: la enorme energ¨ªa generada por las reacciones de fusi¨®n en su interior, por lo que la gravedad -y por ende la masa- necesaria para mantener unida una estrella es much¨ªsimo mayor. El di¨¢metro del Sol es cien veces mayor que el de la Tierra (109, para ser exacto), y es un enano comparado con otras estrellas de nuestra galaxia. Como Betelgeuse, la gigante roja de la constelaci¨®n de Ori¨®n, con un di¨¢metro de unos mil millones de kil¨®metros, que ¨²ltimamente ha sido objeto de algunos titulares sensacionalistas. Y a su vez, Betelgeuse es peque?a comparada con algunas estrellas supergigantes (?hay un l¨ªmite para el tama?o de una estrella?).
Betelgeuse es peque?a comparada con algunas estrellas supergigantes. ?Hay un l¨ªmite para el tama?o de una estrella?
El brillo de Betelgeuse ha disminuido notablemente en los ¨²ltimos meses, y eso podr¨ªa indicar que est¨¢ a punto de convertirse en una supernova (¡°a punto¡± en t¨¦rminos astron¨®micos, se entiende, o sea, en los pr¨®ximos milenios); pero su menor luminosidad tambi¨¦n podr¨ªa deberse a una fluctuaci¨®n peri¨®dica, algo que probablemente se aclarar¨¢ en las pr¨®ximas semanas.
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
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