El s¨¦ptimo enano
De momento, Vesta es solo el asteroide m¨¢s brillante, pero podr¨ªa convertirse en el s¨¦ptimo planeta enano
Darle vueltas a la conjetura de Collatz, de la que nos ocupamos la semana pasada, ha dado lugar a interesantes comentarios, que en el momento de escribir estas l¨ªneas a¨²n no han cesado, y que vienen a confirmar las palabras de Terence Tao, el matem¨¢tico que recientemente ha realizado importantes avances en el camino de su resoluci¨®n: ¡°Puedes acercarte todo lo que quieras a la conjetura de Collatz, pero seguir¨¢ fuera de tu alcance¡±.
Esta irritante propiedad de parecer al alcance de la mano y escabullirse en el ¨²ltimo momento, la conjetura de Collatz la comparte con la de Goldbach (todo n¨²mero par mayor que 2 puede expresarse como suma de dos primos), de la que algunos matem¨¢ticos piensan que es imposible de demostrar. ?Podr¨ªa ser este tambi¨¦n el caso de la Conjetura de Collatz? En principio, no parece tan inaccesible como la de Goldbach, al no estar directamente implicados en ella los escurridizos n¨²meros primos, pero¡
Vesta
Tambi¨¦n inaccesibles, de momento, los recursos del cintur¨®n de asteroides, en el que nos detuvimos hace unas semanas, justo antes del largo par¨¦ntesis que ha interrumpido nuestro viaje por el Sistema Solar en busca de agua e indicios de vida. Concretamente, nos detuvimos en el cintur¨®n para hablar de los planetas enanos, que, adem¨¢s de Plut¨®n, son Ceres, Eris, Makemake, Haumea e Hig¨ªa, Pero el n¨²mero de enanos podr¨ªa subir de seis a siete (como pide la tradici¨®n) con la posible incorporaci¨®n de Vesta.
Aunque es algo m¨¢s peque?o que Ceres, Vesta es el asteroide m¨¢s brillante del cintur¨®n, y el ¨²nico que en ocasiones se puede ver a simple vista. Por esta raz¨®n, fue tambi¨¦n el primero en ser descubierto, y al principio se pens¨® que era un planeta. Lo descubri¨® Olbers (el de la famosa paradoja astron¨®mica que lleva su nombre) en 1807, y el asteroide tuvo un padrino de excepci¨®n, pues fue Gauss quien le sugiri¨® a su amigo Olbers que le pusiera el nombre de la diosa del hogar en la antigua Roma.
Algunos fragmentos de? Vesta se convirtieron a su vez en asteroides denominados ¡°vestoides¡±
Uno de los aspectos m¨¢s interesantes de Vesta es que hace ¡°solo¡± unos mil millones de a?os sufri¨® un violento impacto que mand¨® al espacio, en forma de fragmentos de muy variados tama?os, una parte importante de su masa. Muchos de estos fragmentos cayeron en la Tierra, y son una valiosa fuente de informaci¨®n sobre la composici¨®n de los asteroides. Algunos de los fragmentos de esta colisi¨®n fueron tan grandes que se convirtieron a su vez en asteroides (denominados ¡°vestoides¡±).
Al igual que la Tierra, Vesta tiene un n¨²cleo de hierro y n¨ªquel y una estructura de capas conc¨¦ntricas, y su forma se aproxima bastante a una esfera achatada por los polos, por lo que es posible -incluso probable, seg¨²n algunos astr¨®nomos- que pronto se convierta en el s¨¦ptimo planeta enano.
Volviendo al agua, base de la vida tal como la conocemos, en entregas anteriores la hemos buscado en la Luna, Marte, Mercurio, Venus, Enc¨¦lado, Europa, Tit¨¢n, Ceres¡ ?D¨®nde deber¨ªamos seguir buscando?
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
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