¡°Ya hemos luchado contra la pobreza demasiado tiempo¡±
El director de Operaciones de la Fundaci¨®n Ecobank, Carl Manlan, intenta que su acci¨®n tenga impacto en las comunidades y, especialmente, en las mujeres
Carl Manlan (Abiy¨¢n, 1978) ocupa el puesto de director de Operaciones de Ecobank desde mayo de 2016. Ecobank es una firma potente en el sector bancario africano, que opera en 23 pa¨ªses del continente y adem¨¢s mantiene oficinas en Londres, Par¨ªs, Dubai y China. Manlan dice que se le ha encomendado la tarea de asegurar el impacto de la fundaci¨®n Ecobank en las comunidades y que ayudar a las mujeres es, tambi¨¦n, dar oportunidades a las mujeres. Eso le obliga, dice, ¡°a leer mucho, escuchar mucho y entender hacia d¨®nde va el continente y c¨®mo podemos contribuir como instituci¨®n¡±.
Pregunta: ?Cu¨¢l es el papel del sector privado y espec¨ªficamente de bancos y fundaciones como la suya en el desarrollo del continente africano?
Respuesta: Mi trabajo en la fundaci¨®n es usar los sistemas del banco para contribuir a la transformaci¨®n del continente a trav¨¦s de los servicios financieros digitales y la educaci¨®n. Usamos los servicios financieros para asegurarnos de que clientes como las mujeres tengan acceso a ellos y de que exista un registro del capital, que les acerque tambi¨¦n a la posibilidad de conseguir cr¨¦dito, si es necesario. En lo que se refiere a la educaci¨®n, mantenemos una academia que queremos utilizar como plataforma de apoyo y formaci¨®n de individuos de la comunidad. A finales de octubre, escogimos a 25 gestores de programas de salud en ocho pa¨ªses africanos para formarles en gesti¨®n financiera, liderazgo y ejecuci¨®n. Les damos el mismo nivel de formaci¨®n que damos a nuestro propio equipo. ?Por qu¨¦ hacemos esto? Encontrar un grupo de gestores financieros que entiendan su papel, no s¨®lo como fiduciarios, sino tambi¨¦n como l¨ªderes en el sector de la salud, asegurar¨¢ que aquellos que invierten en salud logren resultados. Por supuesto, el sector bancario tiene que ser un negocio rentable, pero tambi¨¦n queremos usar nuestros fondos para apoyar a la comunidad: es un compromiso escrito desde que se cre¨® el banco en 1985.
P: ?C¨®mo se refleja este compromiso en el caso de las africanas?
R: Cada vez hay m¨¢s consenso sobre diferenciar servicios para las mujeres y los datos apoyan esta opci¨®n. Las mujeres trabajan, a menudo, en sectores tradicionales, como la alimentaci¨®n, la ropa, la gesti¨®n de la venta al por menor, mientras que los hombres suelen trabajar en la log¨ªstica de transporte, que es donde se da el crecimiento econ¨®mico. La cuesti¨®n es qu¨¦ tipo de apoyo se les puede proporcionar para que haya una transici¨®n de una zona que no necesariamente va a crecer a otra donde hay m¨¢s oportunidades. Esto es clave.
Lo que queremos conseguir es un lugar en el que, de una generaci¨®n a la siguiente, construyamos cosas
P: ?C¨®mo se da en la pr¨¢ctica?
R: Una cosa que hemos hecho es facilitar el proceso para abrir una cuenta bancaria. El usuario puede hacerlo sin abandonar el lugar donde est¨¢ trabajando o su casa, simplemente con un m¨®vil. Es una posibilidad en 33 pa¨ªses en los que estamos. Esa cuenta permite a una mujer, por ejemplo, realizar transacciones, recibir dinero y tener un monedero m¨®vil. Poder abrir una cuenta con tu n¨²mero de m¨®vil sin trasladarte a una oficina es, creo, una manera de empoderar a las mujeres, sabiendo que la seguridad es uno de los desaf¨ªos que tiene el acceso a los servicios financieros. Adem¨¢s, as¨ª las mujeres pueden gestionar su propio dinero. Como continente en el que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n son mujeres, queremos asegurarnos de que ¡°jugamos¡± para todos, de que pueden tener un acceso igual al de los hombres a los servicios financieros, de que pueden sacar adelante sus negocios. Es un desaf¨ªo en t¨¦rminos de narrativa: no hay que verlo como un reemplazo de los hombres, sino como una manera de expandir el pastel. Cuando aumenta, nos aseguramos de que quienes est¨¢n infrarrepresentados puedan participar en esa expansi¨®n.
P: ?Cu¨¢l es el papel de la tecnolog¨ªa en este proyecto?
Una carrera para poner un toque innovador y humano a la econom¨ªa
Antes de trabajar en la Fundaci¨®n Ecobank, Manlan trabaj¨® para la Red de la Uni¨®n Africana contra el ?bola en ?frica occidental, en un proyecto fruto del partenariado de la instituci¨®n con el sector privado y dirigido a enviar trabajadores sanitarios africanos a Guinea, Sierra Leona y Liberia. Todav¨ªa antes, estuvo en la Comisi¨®n Econ¨®mica para ?frica (UNECA), junto a Carlos Lopes, hoy economista de referencia y consejero de Paul Kagame.
Manlan escribe para medios como Mail & Guardian, Project Syndicate o incluso Planeta Futuro. Pas¨® por Casa ?frica, en Gran Canaria, con motivo del I Encuentro de Empresarias de la CEDEAO (Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental), donde fue uno de los dos hombres incluidos en un programa de trabajo y conferencias exclusivamente femenino. No es la primera vez que pasa por la instituci¨®n ni ser¨¢ la ¨²ltima.
¡°Mi papel me permite estar en la intersecci¨®n de lo p¨²blico, lo privado y la sociedad civil¡±, explic¨® ¨¦l, en una pausa del encuentro. ¡°Estos tres sectores son extremadamente importantes si queremos conseguir resultados, especialmente para los j¨®venes. Hay 20 millones de africanos que entran en el mercado laboral cada a?o. Y si nosotros encontramos una manera de comunicarnos mejor, encontraremos una manera de entendernos mejor y, sobre todo, de crear pol¨ªticas que se ajusten al objetivo general de crear puestos de trabajo para millones de j¨®venes. Es esencial¡±.
R: Hay espacio para el crecimiento en el continente africano y se puede facilitar el acceso a nuevos trabajos con la tecnolog¨ªa. Tambi¨¦n se pueden mejorar sectores como la agricultura, donde trabajan sobre todo mujeres. ?C¨®mo podemos asegurarnos de que esas tecnolog¨ªas encajan en el continente africano que tenemos? Hace falta mucho debate sobre el ?frica que queremos. Es importante saber a d¨®nde queremos ir y d¨®nde queremos estar. Tambi¨¦n debemos entender el progreso que vamos haciendo y c¨®mo se traduce en crear riqueza a todos nos niveles, no en luchar contra la pobreza. Ya hemos luchado contra la pobreza mucho tiempo. Se han conseguido resultados, pero se podr¨ªa cambiar la mentalidad de que lo que intentamos conseguir es cruzar la barrera virtual de los dos d¨®lares al d¨ªa. Si tomamos, por ejemplo, una comunidad agr¨ªcola que tiene acceso a herramientas modernas y tecnolog¨ªa, as¨ª las mujeres no invertir¨¢n todo su tiempo en el trabajo agrario. Si logramos mejorar la log¨ªstica y el sistema de transporte, gracias a la cooperaci¨®n entre sectores p¨²blico y privado y sociedad civil, la producci¨®n llega al mercado antes y conseguimos eliminar intermediarios para que logren precios justos. Son cuestiones pol¨ªticas. Resolviendo estos problemas, una mujer consigue mejores precios y acceso a su propio dinero, a oportunidades para la familia y a crear riqueza. Lo que queremos conseguir es un lugar en el que, de una generaci¨®n a la siguiente, construyamos cosas. No una soluci¨®n donde cada generaci¨®n tenga que empezar desde varios pasos atr¨¢s, porque la previa no pudo mantener sus logros.
P: Ha hablado de la agricultura. Las mujeres tambi¨¦n trabajan mayoritariamente en el sector informal y existe un debate persistente en el continente africano sobre c¨®mo convertir lo informal en formal y aumentar la capacidad del estado a trav¨¦s de impuestos.
R: La gente que trabaja en el sector informal paga impuestos. Si piensas en el pan, por ejemplo, hay un impuesto al valor a?adido que hay que pagar, seas rico o pobre. Tambi¨¦n pagas impuestos cuando utilizas el transporte p¨²blico. Nosotros analizamos los movimientos en los servicios financieros digitales para entender c¨®mo funcionan, si son simples transferencias entre personas o beneficios generados por negocios, por ejemplo. Opino que todos los africanos tienen que tener un carn¨¦ de identidad y el proceso de identificaci¨®n debe ligarse a c¨®mo etiquetas a la persona. Estar identificado no es suficiente. Podemos priorizar la agenda digital para que todos los ciudadanos est¨¦n identificados y sepamos c¨®mo debe tributar. Pero para eso hay que analizar los datos que tenemos y mantener una conversaci¨®n con los sectores p¨²blico y privado y con la sociedad civil para saber qu¨¦ podemos considerar un impuesto aceptable. Mucho dinero no llega a las arcas del estado y si no se da esta discusi¨®n, no va a aparecer.
P: ?En qu¨¦ acciones pr¨¢cticas se transforma esta filosof¨ªa?
R: Si queremos llegar a un punto en que el efectivo desaparezca del sistema y todo sea digital, tienes que saber qu¨¦ dinero hay y a d¨®nde va y qu¨¦ hace falta para lograr que tribute. Y si la mayor¨ªa del dinero est¨¢ en el sector informal, hay que apoyar este sector hasta que, en alg¨²n momento, cuando est¨¦ preparado, cuando tenga recursos y estructuras disponibles, se convierta en sector formal. Una vendedora callejera es t¨¦cnicamente una emprendedora, pero no una emprendedora tecnol¨®gica. No todo el mundo puede convertirse en emprendedor tecnol¨®gico. Los emprendedores tecnol¨®gicos no se consideran parte de la econom¨ªa informal, pero los vendedores callejeros s¨ª. As¨ª que la pregunta ser¨ªa, ?c¨®mo facilitamos que los vendedores callejeros reciban pagos de una plataforma digital, por ejemplo, sin que se les cobren impuestos de manera intencionada, pero con el prop¨®sito de entender los flujos de dinero que genera y con qu¨¦ tipo de servicios podemos ayudarles? Si la gente observa, adem¨¢s, que el dinero del sistema digital se usa para programas que les benefician, se les incentiva a que sigan usando ese sistema y se queden en ¨¦l.
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