Mostrar el culo
Shakira y JLo deber¨ªan haberse hecho acompa?ar en esa imagen por unas cuantas nalgas desnudas masculinas
SI NO HAN visto el famoso show de Shakira y Jennifer Lopez en el intermedio de la Super Bowl, la final de la liga de ese violent¨ªsimo deporte que es el f¨²tbol americano, les aconsejo que le echen una ojeada: en EL PA?S se colg¨® un buen v¨ªdeo de resumen. Es una producci¨®n fastuosa con muchos decibelios y un ritmo fren¨¦tico. Ha habido algunas cr¨ªticas, en general de los sectores puritanos m¨¢s ultras: cristianos radicales que han demandado a la organizaci¨®n por presentar un espect¨¢culo pornogr¨¢fico y cosas as¨ª. Pero la mayor¨ªa de los comentarios hablan del triunfo de lo latino y de que fue una muestra del empoderamiento de la mujer. Lo cual me deja anonadada.
Yo lo que vi fue a dos artistas importantes, dos mujeres que han luchado mucho y que son en efecto poderosas, saliendo al escenario a vender unos cuantos kilos de carne. ?De verdad que es necesario que dos int¨¦rpretes de esa dimensi¨®n tengan que actuar casi en pelotas a los 43 y a los 50 a?os, respectivamente, ense?ando entrepierna y meneando caderas todo el rato en una pantomima de un calent¨®n er¨®tico? Tan s¨®lo pensar en el depilado total imprescindible para aparecer de esa guisa me produce una fatiga abrumadora. La diferencia entre el vestuario y la, digamos, oferta carnal de Shakira y JLo y el de los raperos que actuaron invitados fue espectacular: los cantantes varones salieron tan tapados como monjes trapenses. Ahora imaginen, por ejemplo, que Julio Iglesias, por seguir con lo latino, hubiera tenido que salir a cantar a los 50 a?os, en lo m¨¢s alto de su ¨¦xito, en purititos cueros, con correajes de l¨¢tex marcando abdominales y un tanga negro hincado entre las nalgas. La imagen espeluzna bastante, ?no es as¨ª? Y no s¨®lo espeluzna: choca y alucina. ?Por qu¨¦ no nos choca cuando son mujeres?
La Super Bowl, ya se sabe, es el s¨ªmbolo de la Am¨¦rica m¨¢s convencional y m¨¢s machista. La sociedad de los Trumps, por entendernos. El cine estadounidense, que sabe ser autocr¨ªtico, nos ha dejado esa imagen ic¨®nica del marido barrig¨®n que, derrumbado en un sof¨¢, mira la final en la tele con una caja de cervezas al lado. Cien millones de personas ven en directo el espect¨¢culo, lo que supone una presi¨®n de p¨²blico y dinero muy importante, una fuerza retr¨®grada que puede hacer mucho da?o. Se lo hicieron a Janet Jackson en 2004, cuando en el mismo intermedio de la Super Bowl ense?¨® un pez¨®n (ni siquiera eso: estaba cubierto por una pezonera), supuestamente destapado por accidente por su compa?ero de escenario Justin Timberlake. La carrera de Timberlake prosigui¨® sin problemas, pero la de Janet Jackson se hundi¨® para siempre: otra prueba del sexismo reinante.
Y es en este templo del reaccionarismo m¨¢s rancio y m¨¢s macho en donde Shakira y JLo se muestran dispuestas a actuar de mujeres objetos. Antes ten¨ªamos claro que poner a una se?ora ligera de ropa en posici¨®n lasciva para vender un coche, por ejemplo, era una utilizaci¨®n sexista, reductora y zafia de la mujer. Ahora aparecen estas dos grandes artistas teniendo que hacer lo mismo para venderse a ellas mismas, y a eso le llamamos empoderamiento. No s¨¦ en qu¨¦ tramo del camino hemos perdido de tal manera el criterio.
Para mayor revent¨®n mental, en un momento del espect¨¢culo de Jennifer Lopez se enciende en el escenario el tradicional s¨ªmbolo femenino, ya saben, el c¨ªrculo con la cruz, lo cual ya me parece el colmo del caos ideol¨®gico (ni?as, no hag¨¢is caso, ser mujer no consiste obligatoriamente en salir en cueros y mont¨¢rselo sinuosamente con una barra). Instantes despu¨¦s de aparecer este signo, y ya casi como final del espect¨¢culo, una imagen televisiva definitiva: el encuadre de los dos culos juntos de las dos divas, mene¨¢ndose y agitando flecos como batidoras. Y se me ocurre que Shakira y JLo desaprovecharon la oportunidad de compensar un poco tanta carne de hembra: deber¨ªan haberse hecho acompa?ar en esa imagen por unas cuantas nalgas desnudas masculinas, que seguro que tambi¨¦n hubieran entusiasmado a un porcentaje de los espectadores (tengo la teor¨ªa de que cuanto m¨¢s macho, m¨¢s gay). De verdad, ?no les apena que la apoteosis del espect¨¢culo de dos t¨ªas estupendas tenga que ser mostrar el culo? Ya te digo.
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