?Las mujeres contra el presidente?
En lugar de asumir el problema de los feminicidios y ponerse a la cabeza, como ha hecho en otros casos, L¨®pez Obrador termin¨® por concebirlo como munici¨®n del enemigo y evadirlo
Los feminicidios y el asesinato de F¨¢tima, una ni?a de 7 a?os, un crimen que por su salvajismo ha conmocionado a la opini¨®n p¨²blica mexicana, se han convertido en el nuevo campo de batalla entre el r¨¦gimen de la 4T y sus detractores. Una confrontaci¨®n en la que L¨®pez Obrador ha llevado las de perder desde el primer momento. En otras pol¨¦micas, como el combate al robo de combustibles o huachicol, el estancamiento econ¨®mico, la salud p¨²blica o incluso la rifa de un avi¨®n presidencial, el presidente se las arregl¨® para llevar la iniciativa y estar un paso adelante, gracias a un nuevo anuncio o una medida espectacular. En todos ellos, el mandatario fue capaz de neutralizar los ataques gracias a su capacidad para convencer a las mayor¨ªas de que los problemas (y las cr¨ªticas) ten¨ªan que ver con el neoliberalismo, los conservadores y la corrupci¨®n, en suma, con los males heredados del r¨¦gimen anterior.
Pero en el tema de los feminicidios invocar el neoliberalismo como origen del fen¨®meno no ha surtido el menor efecto. La explicaci¨®n sociol¨®gica (los cr¨ªmenes de g¨¦nero est¨¢n asociados a la descomposici¨®n de valores morales y familiares producto de la deshumanizada sociedad de consumo, l¨¦ase neoliberalismo), podr¨ªa haber sido ¨²til en un ensayo, no en un jefe de Estado de una naci¨®n conmocionada y asustada por un crimen infame y por una epidemia de violencia que se ceba en contra de las mujeres (diez asesinadas por d¨ªa, desde hace unas semanas). El columnista Ricardo Rocha lo dijo de manera impecable: ¡°lo que indigna es que no se le vea indignado. Lo que conmueve es que no parezca conmovido. Lo que ha desatado la furia es que no se muestre furioso¡±.
AMLO ha reaccionado lento, mal, y a contracorriente de sus mejores instintos. Cada respuesta tard¨ªa e insuficiente no ha hecho sino empeorar su situaci¨®n. Un hecho ¡°lamentable¡±, se limit¨® a decir sobre la ni?a a pregunta expresa y sin mencionarla por su nombre.
En realidad L¨®pez Obrador ha sido un hombre sensible a los temas de equidad de g¨¦nero. Sus gobiernos (en la Ciudad de M¨¦xico y ahora en el Gabinete federal) han sido paritarios entre hombres y mujeres, las madres son el eje de sus pol¨ªticas asistenciales y familiares, su discurso sobre los derechos de la mujer ha sido consistente a lo largo de su trayectoria. M¨¢s all¨¢ de un l¨¦xico tradicionalista, producto de sus or¨ªgenes y su generaci¨®n, AMLO no es un hombre mis¨®gino.
Por lo mismo sorprende que el tema lo haya desbordado, que no haya sido capaz de responder sea por convicci¨®n o, al menos, por reflejo pol¨ªtico. Me parece que la desacertada comunicaci¨®n del presidente en este caso obedece, por un lado, a una falta de comprensi¨®n del tema en concreto. Por supuesto que en ¨²ltima instancia el fen¨®meno del feminicidio abreva en la violencia y la inseguridad p¨²blica, en la descomposici¨®n de valores, pero son cr¨ªmenes de odio muy puntuales sobre los cuales el sistema escolar, las autoridades judiciales y policiacas, las comunidades podr¨ªan hacer mucho m¨¢s, lideradas por el Estado y en respuesta a un clamor muy espec¨ªfico de una comunidad indignada e impotente.
Por otro lado, tengo la impresi¨®n de que el presidente le tom¨® tirria al asunto de los feminicidios al advertir que se hab¨ªa convertido en una bandera utilizada por sus adversarios para incriminarlo. Pero en lugar de asumir el tema y ponerse a la cabeza, como ha hecho en otros casos, L¨®pez Obrador termin¨® por concebirlo como munici¨®n del enemigo y, por consiguiente, a restarle importancia o evadirlo.
Para su desgracia, la sesi¨®n de preguntas de la llamada Ma?anera, no le ha dado respiro. Obligado a responder, el presidente ha improvisado mal sin esconder las pocas ganas que tiene de hablar del tema. El resultado es que sus respuestas, o la falta de ellas, alimenta las tertulias de radio y los trending topics en registros cada vez m¨¢s hist¨¦ricos. Textos y micr¨®fonos que en tonos desmesurados lo hacen responsable de la violencia contra las mujeres, acusaciones a diestra y siniestra en redes sociales que lo hacen corresponsable de la muerte de F¨¢tima por la negligencia de su gobierno. Una lapidaci¨®n intensa y generalizada en toda la l¨ªnea y que sus adversarios de siempre han festejado con el arribo de nuevos cr¨ªticos.
Imposible anticipar la factura pol¨ªtica que este desencuentro provocar¨¢ en la imagen de un presidente que hasta ahora ha gozado de muy altos niveles de aprobaci¨®n. Los ataques a su figura han sido sistem¨¢ticos desde el inicio de su gobierno y bajo cualquier pretexto desde los sectores que le son adversos. Pero esta vez parecer¨ªa que est¨¢n alcanzando, a juzgar por los muchos testimonios en redes sociales, a ciudadanos desencantados que votaron por ¨¦l. Desde luego, hay una enorme masa leal que es refractaria a este desgaste y otros segmentos que, si bien no se arrepienten de haber optado por una alternativa ajena al PRI y al PAN, consideran que el presidente se ha equivocado.
M¨¢s all¨¢ de una coyuntura desfavorable, que tarde o temprano pasar¨¢ a segundo plano frente a la vor¨¢gine de la agenda p¨²blica, habr¨ªa que observar si este tipo de desencuentros provocan una erosi¨®n, y en qu¨¦ grado, en la luna de miel que existe entre AMLO y ¡°el pueblo¡±.
Y m¨¢s preocupante a¨²n, habr¨ªa que preguntarse si el presidente comienza a perder la sensibilidad que le ha caracterizado para intuir el sentir de las mayor¨ªas. Su determinaci¨®n para organizar la rifa de un avi¨®n presidencial, aun sin avi¨®n, revela ya un desajuste con el sentido com¨²n del hombre de la calle, pero lo est¨¢ sacando por las justas aunque no sin abolladuras. No obstante, en el tema de los feminicidios los yerros est¨¢n a la vista. Una se?al de alerta para el soberano.
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