AMLO, ?socialista del siglo XXI?
Hasta ahora, el Gobierno del presidente mexicano se ha mostrado bastante apartado de los proyectos de izquierda que marcaron a Latinoam¨¦rica durante los ¨²ltimos 20 a?os
El triunfo electoral de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el primer presidente de izquierda en la historia de la democracia mexicana, ha canalizado, por lo menos hasta ahora, una buena parte del descontento que en el resto de Am¨¦rica Latina han generado las deudas pol¨ªticas y sociales acumuladas tanto por la era neoliberal como por los l¨ªmites y contradicciones de los reg¨ªmenes bolivarianos. Este descontento se ha manifestado visiblemente mediante la reciente ola de protestas, movilizaciones y estallidos sociales que han marcado la vida pol¨ªtica de la regi¨®n durante el ¨²ltimo a?o.
En este contexto, vale la pena retomar la interpretaci¨®n, por parte de algunos observadores, acerca de la posibilidad de que la llegada de AMLO al poder en M¨¦xico podr¨ªa significar nada menos que una suerte de reactivaci¨®n del ciclo pol¨ªtico progresista de la ¡°marea rosa¡± y su proyecto de construir un ¡°socialismo del siglo XXI¡±. Protagonizado en la primera d¨¦cadas del siglo por los reg¨ªmenes bolivarianos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, pero tambi¨¦n en cierto sentido por los gobiernos de izquierda de Brasil, Argentina y Uruguay, todos estos proyectos pol¨ªticos compartieron de alguna manera una misma voluntad de reinterpretar las premisas del proyecto hist¨®rico del socialismo, pero adapt¨¢ndolas a las condiciones del presente y a la situaci¨®n de Am¨¦rica Latina. Pero, en el caso de AMLO, ?qu¨¦ podr¨ªa significar tal reactivaci¨®n? ?Y en qu¨¦ sentido el programa del presidente mexicano podr¨ªa considerarse, o no, una nueva versi¨®n de esa tarea de actualizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de los ideales socialistas?
Al tratar de responder estas preguntas, un hecho resalta de inmediato: por diversas razones, resulta dif¨ªcil clasificar a AMLO dentro de la perspectiva bolivariana. En lo que va de su administraci¨®n, iniciada a finales de 2018, L¨®pez Obrador ha favorecido una l¨®gica de gobierno que ha estado alejada tanto de pol¨ªticas de nacionalizaci¨®n de la econom¨ªa como de posturas antiimperialistas militantes, ambos rasgos distintivos que caracterizaron a los reg¨ªmenes de la ¡°marea rosa¡±. AMLO ha adoptado en realidad ideas muy diferentes de las bolivarianas, tales como su defensa de la ¡°austeridad republicana¡± (los recortes a los sueldos y gastos de la burocracia del sector p¨²blico) como medio para financiar nuevos programas sociales, o su esfuerzo por preservar ciertos pilares del proceso de integraci¨®n asim¨¦trica de M¨¦xico con Estados Unidos (otorgando prioridad al sostenimiento del acuerdo de libre comercio con ese pa¨ªs) o incluso crear unos nuevos (como lo ha sido la adopci¨®n de una pol¨ªtica migratoria punitiva y alineada con los intereses norteamericanos).
M¨¢s a¨²n, el proyecto de L¨®pez Obrador se ha mostrado, hasta ahora, bastante apartado de los rasgos m¨¢s rescatables del legado de la ¡°marea rosa¡±, como podr¨ªan ser, por ejemplo, el reconocimiento desde las instituciones democr¨¢ticas de la pluralidad ¨¦tnica y cultural de los pueblos latinoamericanos (el caso de Bolivia), la afirmaci¨®n constitucional de la naturaleza como sujeto de derechos (el caso de Ecuador, cuya constituci¨®n consagr¨® esta idea que podr¨ªa ser la base de una nueva ecolog¨ªa pol¨ªtica) y, especialmente, la b¨²squeda de una sinergia positiva entre el Estado y los movimientos sociales.
AMLO no representa entonces una nueva encarnaci¨®n del ¡°socialismo del siglo XXI¡± en un sentido bolivariano. Y habr¨ªa que agregar que este sentido de la expresi¨®n est¨¢ ahora ya caducado, como lo demuestra el hartazgo social frente a los fracasos de los gobiernos bolivarianos en las naciones que han tenido gobiernos de ese signo pol¨ªtico. No obstante, dado el creciente ascenso de la desigualdad y la llegada de nuevas formas de exclusi¨®n ocasionadas por el cambio tecnol¨®gico y la globalizaci¨®n, hay una cuesti¨®n de fondo que sigue siendo relevante: ?cu¨¢les podr¨ªan ser los contornos de un socialismo ¡°del siglo XXI¡±, es decir, uno que fuera realmente contempor¨¢neo? Y aterrizando esta cuesti¨®n en la circunstancia latinomericana actual, ?en qu¨¦ medida las ideas y pol¨ªticas de una figura como AMLO podr¨ªa contribuir a la revitalizaci¨®n de ese proyecto?
Sin duda, un aspecto fundamental de cualquier programa para un socialismo contempor¨¢neo deber¨ªa ser la articulaci¨®n de una postura frente a los flujos econ¨®micos globales y sus consecuencias en la sociedad. En esta ¨¢rea, la propuesta de AMLO se podr¨ªa describir, en t¨¦rminos generales, como una reivindicaci¨®n de la dimensi¨®n nacional de la pol¨ªtica y la econom¨ªa. Esta reivindicaci¨®n se ha expresado en el plan de acelerar el crecimiento y la redistribuci¨®n de la riqueza mediante medidas como el est¨ªmulo de la demanda interna, el fomento de la soberan¨ªa alimentaria y energ¨¦tica y la generaci¨®n de redes de protecci¨®n social, sobre todo mediante programas de transferencia de efectivo a grupos vulnerables. En el contexto de una globalizaci¨®n que ha relativizado la capacidad de acci¨®n de los gobiernos nacionales, con efectos muchas veces destructivos, pol¨ªticas de este tipo sin duda pueden representar una opci¨®n leg¨ªtima y contribuir a generar una sociedad m¨¢s igualitaria. Sin embargo, y debido precisamente a la naturaleza internacional ineludible de una parte fundamental de los procesos econ¨®micos, este tipo de medidas son probablemente insuficientes para la reformulaci¨®n de una nueva versi¨®n del socialismo adaptada a las condiciones del presente.
Esta insuficiencia hace resaltar una de las principales debilidades del proyecto del presidente mexicano: la ausencia de un discurso internacional. Como es bien sabido, AMLO ha insistido en repetidas ocasiones que ¡°la mejor pol¨ªtica exterior es una buena pol¨ªtica interior¡±, pero en un mundo globalizado esta postura tiene l¨ªmites evidentes. Si bien se puede contribuir a una sociedad m¨¢s incluyente mediante pol¨ªticas internas, lo cierto es que el efecto de largo plazo de esas pol¨ªticas va a ser siempre incompleto si no se complementa con respuestas propiamente globales a los problemas de desigualdad. De hecho, la falta de una conciencia internacional por parte de L¨®pez Obrador podr¨ªa ser lo que explicar¨ªa, por ejemplo, el hecho de que su gobierno ha buscado no la ruptura sino la continuidad de los acuerdos de libre comercio con Norteam¨¦rica creados y negociados por los gobiernos neoliberales anteriores. A falta de un discurso propio, cr¨ªtico, de izquierda, sobre lo global, AMLO se ha visto condicionado a heredar y mantener las pol¨ªticas del pasado.
En el mismo sentido, la administraci¨®n de L¨®pez Obrador no ha mostrado inter¨¦s en lo que deber¨ªa ser uno de los aspectos esenciales de un aut¨¦ntico y efectivo socialismo contempor¨¢neo: la creaci¨®n de una nueva infraestructura de instituciones regionales y globales que puedan contribuir a la puesta en pr¨¢ctica de pol¨ªticas para afrontar los actuales desaf¨ªos transnacionales, como la desigualdad econ¨®mica, la regulaci¨®n de las tecnolog¨ªas digitales o la crisis clim¨¢tica. Desde esta perspectiva, ?qu¨¦ podr¨ªa significar entonces el anuncio hecho por AMLO acerca de que su gobierno representa el ¡°fin de la era neoliberal¡±? Es dif¨ªcil proclamar algo as¨ª si las pol¨ªticas en el ¨¢mbito nacional no est¨¢n acompa?adas de pol¨ªticas internacionales que aspiren a ser efectivas en el ¨¢mbito global, que es precisamente el espacio en el que se mueve el neoliberalismo y que lo hace tan dif¨ªcil de regular o controlar.
De hecho, dada su importancia regional, con un gobierno de izquierda M¨¦xico podr¨ªa tomar el relevo en uno de los proyectos m¨¢s llamativos de la izquierda latinoamericana reciente: la construcci¨®n de nuevas instituciones internacionales (como lo fueron en su momento los foros y organismos de integraci¨®n latinoamericana), e incluso llevarlo m¨¢s all¨¢, hacia una propuesta de reforma de las organizaciones internacionales ya existentes o la creaci¨®n de nuevos institutos globales de cooperaci¨®n en ¨¢mbitos como la regulaci¨®n de las agencias calificadoras o el combate a la evasi¨®n fiscal. El fin del ciclo de la ¡°marea rosada¡± ha puesto al gobierno de AMLO en un lugar que parece no querer ocupar: el de un liderazgo progresista internacional, una dimensi¨®n indispensable en un momento como el actual en el que la naturaleza de los problemas demanda inevitablemente ese tipo de aproximaci¨®n.
Otra ¨¢rea en la que el gobierno de AMLO carece de una perspectiva realmente cr¨ªtica e indispensable para la articulaci¨®n de un socialismo adecuado a las demandas de la actualidad es el medioambiente. Muy alejado del impulso a las energ¨ªas renovables o de iniciativas m¨¢s radicales y novedosas para conciliar el bienestar colectivo con la preservaci¨®n de la naturaleza y la igualdad social (como el decrecimiento o el ¡°Green New Deal¡±), el proyecto de L¨®pez Obrador ha puesto m¨¢s bien el ¨¦nfasis en una serie de ¡°megaproyectos¡± de impacto ambiental incierto y probablemente nocivo, como el Tren Maya y el Corredor Trans¨ªstmico. Tambi¨¦n ha hecho un particular hincapi¨¦ en la explotaci¨®n de los combustibles f¨®siles ¨Clos m¨¢s contaminantes¨C mediante la construcci¨®n de nuevas refiner¨ªas y la entronizaci¨®n de Pemex, la compa?¨ªa petrolera nacional, como ¡°motor econ¨®mico de M¨¦xico¡±. Una parte de estos planes se han justificado apelando a la l¨®gica de la soberan¨ªa energ¨¦tica. Y, aunque ciertamente no se puede ignorar la geopol¨ªtica de la energ¨ªa, muchos menos se puede ignorar la cat¨¢strofe clim¨¢tica y la probable contribuci¨®n de estos proyectos a su intensificaci¨®n.
Finalmente, un aspecto adicional y en especial inquietante del gobierno de AMLO es lo que por momentos parece ser un marcado desinter¨¦s por los movimientos sociales. Como lo muestra su rechazo a recibir y dialogar con los representantes de la Marcha por la Paz, la reciente movilizaci¨®n de las v¨ªctimas de la violencia encabezada por Javier Sicilia y Juli¨¢n LeBar¨®n, L¨®pez Obrador parece mantener en ocasiones una actitud de indiferencia, incluso desd¨¦n, frente al activismo social independiente. El lopezobradorismo parece no darse cuenta de que el triunfo democr¨¢tico de un proyecto pol¨ªtico de izquierda no tiene por qu¨¦ implicar una pausa del dinamismo c¨ªvico ni de la autonom¨ªa de los movimientos sociales como generadores de nuevos temas, demandas y horizontes. Y es que, para tener ¨¦xito en tanto gobierno de izquierda con ambiciosos proyectos igualitarios, para llegar a acercarse a la propuesta de un socialismo verdaderamente contempor¨¢neo, el proyecto de AMLO en realidad precisa de m¨¢s, y no menos, exigencias y apremio por parte de la sociedad.
Humberto Beck es profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de M¨¦xico. Es autor de Otra modernidad es posible: el pensamiento de Iv¨¢n Illich y co-editor de El futuro es hoy: ideas radicales para M¨¦xico. Su libro m¨¢s reciente es The Moment of Rupture: Historical Consciousness in Interwar German Thought. @humbertobeck
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