Argentina: ?qu¨¦ izquierda est¨¢ de vuelta?
Alberto Fern¨¢ndez posee una vocaci¨®n para la negociaci¨®n que no sabemos cu¨¢nto rendir¨¢ en tiempos de vacas flacas
La llegada de Mauricio Macri, en 2015, clausur¨® el ciclo progresista que doce a?os atr¨¢s hab¨ªa iniciado N¨¦stor Kirchner (2003-2007) y continuado Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (2007-2015). El triunfo inesperado de Macri se debi¨® tanto a la intensificaci¨®n de la polarizaci¨®n como a los errores de Cristina Fern¨¢ndez, cuya segunda gesti¨®n mostr¨® varios problemas, tanto econ¨®micos como derivados de la concentraci¨®n del poder y la corrupci¨®n, lo cual conllev¨® el agotamiento de dicho proyecto, presentado como de centro-izquierda. Por un escueto margen, el pa¨ªs apost¨® a la alternancia electoral y no pocos salieron a festejar el ascenso de una derecha supuestamente moderna y abierta al mundo que signar¨ªa el fin del kirchnerismo. Finalmente, esto no sucedi¨®.
Con Macri, la Argentina volvi¨® a las recetas neoliberales, lo cual se tradujo en una serie de ajustes y tarifazos interminables, alta inflaci¨®n, retroceso del salario real, apertura indiscriminada a las importaciones y consecuente cierre de peque?as y medianas empresas. Por si fuera poco, en mayo de 2018, el Gobierno firm¨® un acuerdo con el FMI que le otorg¨® el mayor pr¨¦stamo de su historia y sum¨® a la crisis m¨¢s fuga de capitales, as¨ª como un insostenible sobreendeudamiento. Lejos de la ¡°pobreza cero¡± prometida durante la campa?a, esta fue escalando hasta alcanzar el 40,8% en diciembre de 2019, la m¨¢s alta de la ¨²ltima d¨¦cada. Por su parte, la inflaci¨®n, en 2019, toc¨® el 53,8%, la m¨¢s alta en 28 a?os. En sinton¨ªa, el PBI de 2019 fue tambi¨¦n el m¨¢s bajo de la d¨¦cada.
Hay que volver a los ¨²ltimos a?os de Carlos Menem (1989-1999) y al breve Gobierno de Fernando De la R¨²a (1999-2001) para dimensionar el nivel de sufrimiento social que estas pol¨ªticas excluyentes causaron en amplios sectores sociales. Sin agenda de derechos, pero lejos de recular, el Gobierno de Macri no encontr¨® mejor manera para sobrevivir e intentar la reelecci¨®n que incrementar la polarizaci¨®n, para lo cual cont¨® con el inestimable apoyo de grandes medios de comunicaci¨®n. Esto sin duda rindi¨® sus frutos, pues pese a la desastrosa gesti¨®n en octubre de 2019, Macri mantuvo su base electoral (40%), frente a la f¨®rmula ¡°Alberto Fern¨¢ndez-Cristina F. de Kirchner¡±, que gan¨® en primera vuelta con el 48% gracias a la construcci¨®n de un frente opositor que incluy¨® algo m¨¢s que el kirchnerismo.
El Frente de Todos re¨²ne a una parte importante de la gran familia peronista, pues articula desde sectores progresistas (que incluyen un ala cristinista dura, presente en las dos C¨¢maras); peronistas de centro, con preocupaciones sociales, provenientes del Frente Renovador, hasta sempiternos caudillos de la provincia de Buenos Aires y gobernadores peronistas poco afectos a la participaci¨®n ciudadana. Como socios menores, se incluyeron sectores de la centroizquierda no kirchnerista, hasta hace poco tiempo muy cr¨ªticos.
En su discurso de investidura, Alberto Fern¨¢ndez llam¨® a superar tres muros: ¡°el del rencor y del odio entre argentinos¡±, ¡°el del hambre¡± y "el del despilfarro de las energ¨ªas productivas¡±. Prometi¨® trabajar para terminar con la llamada ¡°grieta¡± y poner ¡°a la Argentina de pie¡±, ¡°encendiendo la econom¨ªa¡±. Tambi¨¦n pronunci¨® los t¨¦rminos ¡°transici¨®n¡± y ¡°cambio clim¨¢tico¡±, adem¨¢s de un ¡°nunca m¨¢s¡±, referido al uso pol¨ªtico de la justicia.
Considerado un pol¨ªtico moderado y pragm¨¢tico, Fern¨¢ndez posee una vocaci¨®n para la negociaci¨®n, que todav¨ªa no sabemos cu¨¢nto rendir¨¢ en tiempos de vacas flacas. A poco de iniciado el mandato, ser¨ªa aventurado extraer conclusiones definitivas, aun si ya est¨¢n trazadas varias de las l¨ªneas directrices del gobierno. As¨ª, el nuevo presidente lanz¨® un Plan de emergencia econ¨®mica, que sube impuestos, aumenta la pensi¨®n m¨ªnima, pone nuevos l¨ªmites al ahorro en moneda estadounidense y un impuesto del 30% a la compra del d¨®lar, as¨ª como a los viajes y compras en el exterior.
Impuls¨® el plan ¡°Argentina contra el hambre¡±, que incluye una tarjeta alimentaria para los sectores que perciben la Asignaci¨®n Universal por Hijo; un plan de refinanciaci¨®n para beneficiar a las Pymes y un ¡°pacto social¡± con referentes de sectores empresariales, sindicales y de movimientos sociales. Por ¨²ltimo, aunque no revel¨® cu¨¢l ser¨¢ su estrategia, design¨® un equipo permanente en Washington para negociar con el FMI. Mientras tanto, al l¨ªmite del default a causa de la deuda heredada, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, comenz¨® a negociar con bonistas.
Por otro lado, en la b¨²squeda afanosa de d¨®lares, Fern¨¢ndez subi¨® m¨ªnimamente las retenciones al sector sojero, aunque las redujo para las compa?¨ªas mineras y petroleras. Confirm¨® a Vaca Muerta (el mayor yacimiento de hidrocarburos no convencionales del pa¨ªs, donde se hace fracking), como proyecto estrat¨¦gico. Pero la promesa de Vaca Muerta no es solo insustentable desde el punto de vista ambiental; es tambi¨¦n un agujero negro en la econom¨ªa, a ra¨ªz de los enormes subsidios al sector, que arrastra una crisis tras otra.
Una se?al importante es la creaci¨®n del Ministerio de la Mujer, G¨¦nero y Diversidad sexual, que se suma a la promesa presidencial de enviar un nuevo proyecto de ley para legalizar el aborto, un reclamo del masivo movimiento de mujeres, Ni una Menos, que lucha contra la violencia de g¨¦nero, y que fuera bloqueado por el Senado en 2018. Sin embargo, queda por saber si el Gobierno no estar¨¢ buscando "blindar" su gesti¨®n incorporando nuevos derechos, para barrer bajo la alfombra otras demandas y derechos. Algo as¨ª sucedi¨® con N¨¦stor Kirchner, cuando su Gobierno asumi¨® una pol¨ªtica de derechos humanos ligada a la condena de los cr¨ªmenes de la ¨²ltima dictadura militar. O cuando Cristina Fern¨¢ndez avanz¨® por la v¨ªa parlamentaria en el reconocimiento a la diversidad sexual. Ambas agendas tambi¨¦n sirvieron para obturar otras demandas, sobre todo, los derechos ambientales y aquellos de los pueblos originarios, ligados a la defensa del territorio y las luchas contra el neoextractivismo.
Durante la campa?a electoral Alberto Fern¨¢ndez no solo habl¨® en favor de la megaminer¨ªa (la actividad extractiva que genera mayores resistencias sociales en el pa¨ªs), sino que, apenas asumido, dio por sentado que ¨¦sta se extender¨ªa incluso en aquellas provincias, como Mendoza y Chubut, donde existen leyes que la proh¨ªben. Las masivas movilizaciones en defensa del agua ocurridas en ambas provincias demostraron que el camino originalmente trazado por el presidente y los respectivos gobernadores era inviable. Adem¨¢s, mostraron las brechas dentro del campo oficialista, una parte del cual entiende que las luchas en defensa del planeta tienen aqu¨ª su anclaje local y territorial, tanto en la oposici¨®n a la megaminer¨ªa, la denuncia de los impactos sociosanitarios del glifosato (el mayor problema ambiental del pa¨ªs), e incluso, en los menos visibles cuestionamientos al fracking.
?Significa esto que la centroizquierda est¨¢ de regreso en Argentina? Nadie podr¨ªa negar que el nuevo Gobierno busca apostar a un programa socioecon¨®mico incluyente y m¨¢s equitativo. Que tal programa tenga ¨¦xito o no, es incierto. Pero, si se lograra, ?podr¨¢ superar los l¨ªmites del progresismo selectivo sin volver a incurrir en los puntos ciegos del pasado? Desde hace a?os, las luchas que interpelan al progresismo y su agenda selectiva de derechos, vienen sosteniendo que no se puede ser feminista y luchar contra el patriarcado y, al mismo tiempo, fomentar la destrucci¨®n de los territorios y el avance del extractivismo. No se puede proponer una sociedad m¨¢s igualitaria, si no se articula justicia social con justicia ambiental y clim¨¢tica. No se puede hablar livianamente del "Green New Deal" como programa de transici¨®n e impulsar la megaminer¨ªa, el fracking, la deforestaci¨®n y las fumigaciones t¨®xicas.
Son numerosos los desaf¨ªos. El clima pol¨ªtico y econ¨®mico es muy diferente al de la d¨¦cada pasada; la deuda externa es inmensa, la demanda social tambi¨¦n y el crecimiento econ¨®mico ya no se puede imponer tan f¨¢cilmente a costa de la salud de las personas y los territorios. A esto se a?ade que las placas tect¨®nicas en Am¨¦rica Latina se mueven cada vez con m¨¢s rapidez y el nuevo Gobierno cuenta con poco tiempo para mostrar los primeros resultados positivos.
Maristella Svampa es soci¨®loga y escritora argentina, investigadora superior del Consejo nacional de investigaciones cient¨ªficas y t¨¦cnicas (CONICET).
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