Naruhito admite los ¡°altibajos¡± de la emperatriz Masako
La que fuera conocida como la princesa triste a¨²n se recupera del trastorno de estr¨¦s y depresi¨®n que padece desde hace a?os
El emperador japon¨¦s Naruhito ha cumplido los 60. Pese al importante aniversario, el monarca no se dio un ba?o de masas, como estaba previsto, y la congregaci¨®n de decenas de miles de mon¨¢rquicos en las inmediaciones del palacio real qued¨® suspendida para prevenir una mayor propagaci¨®n del coronavirus en territorio nip¨®n. Naruhito, en cambio, compareci¨® solo. Y no evit¨® los temas en boga: la incidencia de Covid-19 en Jap¨®n, y la siempre cuestionada salud de su esposa Masako.
La escena era de por s¨ª elocuente. Naruhito, entronizado el pasado octubre en una multitudinaria ceremonia llena de simbolismo, aparec¨ªa esta vez solo frente a los medios de comunicaci¨®n. Lo hac¨ªa el domingo, con motivo de su sexag¨¦simo cumplea?os. Al no estar Masako junto a ¨¦l, las preguntas sobre el bienestar de la emperatriz estaban servidas. ¡°Todav¨ªa tiene sus altibajos¡±, admit¨ªa Naruhito.
¡°Su fatiga tiende a prolongarse despu¨¦s de un evento grande o cuando tienen lugar uno detr¨¢s de otro¡±, a?adi¨® el emperador para justificar la ausencia de su esposa. ¡°Nunca he querido que se exponga demasiado, sino que contin¨²e haciendo el trabajo que pueda hacer¡±, asegur¨® Naruhito, quien remarc¨® que Masako ¡°todav¨ªa se est¨¢ recuperando¡± y que ¡°es una buena consejera tanto en asuntos privados como oficiales¡±.
La salud de la emperatriz, quien s¨ª asisti¨® a los fastos por el acceso de Naruhito al trono de Crisantemo en octubre, est¨¢ en boca de los japoneses desde hace a?os. Conocida en su d¨ªa como la princesa triste, los ¡°altibajos¡± de Masako fueron revelados por primera vez en 2004, cuando sus m¨¦dicos le diagnosticaron un ¡°trastorno de adaptaci¨®n¡± por el estr¨¦s de su papel real.
Un estr¨¦s que le aparta desde entonces de actos sociales, y una inadaptaci¨®n que ha sido asociada al contraste entre su brillante pasado laboral y la r¨ªgida vida palaciega. Nacida en Tokio en 1963 en el seno de una familia diplom¨¢tica, Masako se crio entre la URSS y EEUU, aprendiendo ruso, ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n. Pas¨® por el departamento de Econom¨ªa de Harvard en 1981 y despu¨¦s estudi¨® Derecho en Tokio, donde acab¨® seleccionada para ingresar en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pero entonces, all¨¢ por 1986, Masako conoci¨® a Naruhito en una fiesta en honor a la infanta Elena de Borb¨®n. Aunque Masako rechaz¨® inicialmente las propuestas de matrimonio de Naruhito y continu¨® estudiando en Oxford, en 1992 la insistencia del ahora emperador dio frutos y Masako acept¨®. Su renuncia a la carrera diplom¨¢tica, los ataques del gobierno por ser demasiado independiente y los problemas de la pareja para engendrar ¡ªtuvieron finalmente a su hija Aiko en 200¡ª acabar¨ªan pasando factura a Masako.
La entronizaci¨®n de Naruhito parec¨ªa abrir una etapa nueva. Masako pod¨ªa desde entonces manejar algo m¨¢s su rol p¨²blico, conectar con la poblaci¨®n japonesa a trav¨¦s tambi¨¦n de sus propias renuncias, y descansar sabiendo que Hisahito, hijo adolescente del hermano del emperador, garantiza de momento la perpetuidad de la dinast¨ªa. Una continuidad, no obstante, limitada, pues si no cambia pronto la normativa e Hisahito no tiene hijos, acabar¨¢ con ¨¦l, ya que la ley no permite a las mujeres ni reinar ni transmitir el linaje a sus descendientes, patrimonio de los varones.
Por lo que comunic¨® Naruhito, Masako todav¨ªa busca su sitio. El emperador zanj¨® el tema sobre la salud de su esposa y se refiri¨® tambi¨¦n a la salud p¨²blica, con m¨¢s de 750 casos de coronavirus en Jap¨®n, incluyendo los m¨¢s de 620 provenientes de un crucero. ¡°Espero que las infecciones puedan parar lo antes posible¡±, dijo, mientras ped¨ªa por la recuperaci¨®n de los pacientes y agradec¨ªa el trabajo del personal m¨¦dico.
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