La supervivencia de Ciudadanos
Si el partido se descentraliza en los territorios podr¨¢ acomodarse a sus votantes locales y mantenerse con recursos propios
Ciudadanos tiene una situaci¨®n complicad¨ªsima. Para un partido nuevo el reemplazo de su l¨ªder fundador siempre es algo delicado, pero tener que hacerlo tras perder dos millones y medio de votos exige de su sucesor un talento pol¨ªtico excepcional.
Para evitar la extinci¨®n, un partido requiere, al menos, dos ingredientes. El primero es construir identidad partidista, es decir, una masa electoral que se identifique con la formaci¨®n de manera intr¨ªnseca al margen de la coyuntura y los liderazgos. Esto, que explica la resiliencia de los partidos cl¨¢sicos, necesita tiempo para armarse, pero Ciudadanos no dispone de ese lujo.
Seg¨²n los datos del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), la formaci¨®n naranja apenas retuvo el 49% de sus apoyos, cediendo el 14% al PP, el 9% a Vox, otro 9% a la abstenci¨®n y el 6% al PSOE. Por si fuera poco, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro, el 26% de los que votaron a Ciudadanos el 10-N se muestran indecisos. Sondeo tras sondeo, la formaci¨®n sigue perdiendo votos. De ah¨ª lo poco conveniente que es amalgamarse con el PP en lugares como Pa¨ªs Vasco o Catalu?a ya que, al desdibujar sus siglas, Cs facilitar¨¢ las fugas hacia los conservadores en el conjunto estatal.
El segundo componente que necesita un partido es organizaci¨®n y estructura. Dicho de otro modo, procedimientos pautados para la selecci¨®n de cuadros y recursos para su mantenimiento. Ciudadanos, en parte como Podemos, fue un partido de aluvi¨®n, en muchos casos con estructura proveniente de otras formaciones armada sobre la marcha.
Es cierto que hoy este partido a nivel estatal apenas controla un grupo de 10 diputados que, por aritm¨¦tica y estrategia, son irrelevantes. Sin embargo, cogobierna las autonom¨ªas de Madrid, Andaluc¨ªa, Murcia y Castilla y Le¨®n, adem¨¢s de un pu?ado de alcald¨ªas. Por m¨¢s que hoy Cs pudiera tener mucho m¨¢s poder institucional de haber negociado mejor tras el 26-M, estas son las ¨²nicas plataformas donde dispone de medios para poder rehacerse. Solo desde esas arenas, incluso subiendo el precio de sus apoyos o cambiando alianzas, dispone de los recursos para edificar organizaci¨®n y asegurar lealtades.
Desde su fundaci¨®n, Ciudadanos esgrimi¨® el antinacionalismo (perif¨¦rico), la regeneraci¨®n (facilitando alternancia) y la tecnocracia (en la gesti¨®n) como sus tres grandes banderas. Tras la moci¨®n de censura se ataron solo a la primera a la caza de un sorpasso en la derecha que acab¨® fracasando. Un fracaso que no vino tanto por la falta de votos como por no saber qu¨¦ hacer con ellos despu¨¦s.
Como consecuencia, hoy Cs confronta una paradoja: solo si se descentraliza en los territorios ganando autonom¨ªa sus ramas regionales podr¨¢ acomodarse a sus votantes locales y tener alguna oportunidad de asegurar su supervivencia con recursos propios. Si no, sin votos ni organizaci¨®n, la reagrupaci¨®n ya es inevitable.
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