¡®Sodade¡¯ de pl¨¢stico.
En sus nost¨¢lgicas canciones, Ces¨¢ria ?vora cantaba a Cabo Verde, una isla en cuyas costas de agua turquesa se acumula hoy la basura que acaba en los oc¨¦anos.
La ¡®morna¡¯ caboverdiana, del ingl¨¦s mourn (llorar), est¨¢ entre el rosario de estilos musicales que mejor cantan la esencia del infortunio humano. Emparentada con el fado portugu¨¦s y el lamento angole?o, sus acordes forman parte de la banda sonora del dolor, de esa geograf¨ªa del suspiro que no tiene fronteras, como tampoco las tienen el mar y las canciones de Ces¨¢ria ?vora, quien pase¨® las melanc¨®licas sodades de su Cabo Verde natal por todo el mundo.
Cabo Verde es un archipi¨¦lago del oc¨¦ano Atl¨¢ntico de origen volc¨¢nico que se compone de 10 islas grandes y 5 menores. La isla de Sal debe su nombre a la industria salinera que se desarroll¨® entre el siglo XVIII y mediados del XX. La caricia del viento harmattan, cargado de calima, pinta de blanco sus playas, que gracias al clima c¨¢lido y seco se pueden disfrutar durante todo el a?o. Pero su proximidad al continente africano tiene un punto vulnerable. La corriente de las islas Canarias y la contracorriente ecuatorial trasladan hasta all¨ª una enorme cantidad de desechos.
En el tr¨¢nsito desde la localidad de Santa Mar¨ªa hasta Shark Bay, cerca de las salinas de Pedra de Lume, nos topamos con un litoral de arrecifes de coral rematados por un paisaje salpicado de basura. Neum¨¢ticos, restos de electrodom¨¦sticos y muebles se combinaban con redes de pesca, trozos de prendas de vestir, cajas, bolsas, envases de aerosoles, botes de pintura, latas de aluminio y tapones, entre otros desperdicios. Esta situaci¨®n alarmante no es un problema exclusivamente insular, sino de proporciones globales. Solo de pl¨¢stico, anualmente se vierten en los oc¨¦anos alrededor de ocho millones de toneladas, seg¨²n un informe del Centro Helmholtz para la Investigaci¨®n Medioambiental.
El pl¨¢stico se introduce masivamente en la sociedad y la vida de las personas a mediados del siglo XX. Gracias a su bajo coste y propiedades impermeables, aislantes y anticorrosivas, empez¨® a reemplazar a materiales como la madera, el cart¨®n o el vidrio, e incluso ocup¨® el lugar de algunos metales. Atr¨¢s quedaban los cucuruchos de papel encerado y de estraza, las botellas y tarros de cristal, as¨ª como los saquitos de tela, dando paso a una modernidad encarnada por las bolsas de pl¨¢stico, el film transparente y las bandejas de poliesp¨¢n, materiales omnipresentes en la actualidad en supermercados y cocinas. El desorden empez¨® a hacerse patente cuando al desechar los elementos sint¨¦ticos, tal y como se hab¨ªa hecho siempre con otros residuos de procedencia org¨¢nica, estos no solo no se disipaban, sino que implicaban un rastro perdurable. Es parad¨®jico que siendo la vida ¨²til de un objeto de pl¨¢stico de un solo uso de unas pocas horas o incluso minutos, este genere un problema que puede perdurar siglos. Se estima que una bolsa de polietileno necesita entre 150 y 300 a?os para descomponerse. Mientras el dicho ¡°Ojos que no ven, coraz¨®n que no siente¡± se consumaba tras el h¨¢bito de deshacerse de cualquier forma de la basura, proliferaron las zonas industriales, los vertederos costeros y la producci¨®n y consumo de envases desechables.
Seg¨²n un estudio publicado en la revista Science, solamente se ha conseguido reciclar el 9% de los 6.300 millones de toneladas de residuos de pl¨¢stico generados hasta 2015, mientras una considerable cantidad del resto se descompone en algunas de las conocidas como ¡°islas de pl¨¢stico¡± que vagan a la deriva por los oc¨¦anos. Part¨ªculas agrupadas en una extensi¨®n equivalente a siete veces la superficie de Espa?a, que entran a la cadena tr¨®fica al descomponerse en microfragmentos que los peces confunden con zooplancton. Sodade, un sentimiento, dec¨ªa Ces¨¢ria ?vora, mucho m¨¢s grande que la nostalgia de los exiliados. Un sufrimiento que se mantiene oculto hasta que colma el alma. Hoy la diva de los pies descalzos ya no cantar¨ªa la aflicci¨®n de su tierra, sino de su mar. De un mar herido que agoniza, ahogado en pl¨¢stico y desidia. Eso s¨ª, al contrario de como sol¨ªa hacerlo, cantar¨ªa con el calzado puesto.
Lasa?a de anchoas
Ingredientes
Para 4 personas
Para el sofrito
- 100 gramos de berenjena
- 100 gramos de calabac¨ªn
- 100 gramos de zanahoria
- 100 gramos de pimiento rojo
- 100 gramos de pimiento verde
- 150 gramos de salsa de tomate
- 50 gramos de mayonesa
- Sal
- Aceite de girasol
- 20 l¨¢minas de pasta wonton
- Cebollino picado
Para las anchoas
- 800 gramos de anchoas frescas
- 600 gramos de vinagre de vino
- 400 gramos de agua
- 100 gramos de sal fina
- Aceite de oliva
Para las l¨¢minas de pasta
- 20 l¨¢minas de pasta
- Aceite de girasol
- Las anchoas marinadas
Instrucciones
1. El sofrito
Limpiar la berenjena y el calabacín y cortarlos en dados de 5 milímetros. Pelar la zanahoria y cortarla al mismo tamaño. Limpiar y despepitar los pimientos y cortarlos de idéntica forma. En abundante aceite de girasol, freír por tandas las verduras hasta dorarlas.
Escurrir el aceite y retirar el exceso con un papel absorbente. Dejar enfriar, mezclar con la mayonesa y con la salsa de tomate y poner a punto de sal.
3. Las anchoas
Limpiar las anchoas. Mezclar el agua, el vinagre y la sal. Introducir las anchoas en el líquido durante 8 horas dentro de la nevera. Pasado este tiempo, sacar las anchoas y desespinar con mucho cuidado de no dañar la piel. Colocarlas extendidas sobre una placa con aceite. Conservar en nevera.
4. Las l¨¢minas de pasta
Cocer la pasta en abundante agua con sal. Cuando esté hirviendo, echar la pasta poco a poco y cocer durante 1 minuto. Sacarla y enfriar con agua y hielos.
Una vez fría, coger con los dedos y escurrir bien en el aire. Colocar sobre una placa con papel sulfurizado pintada con un poco de aceite de girasol.
6. Acabado y presentaci¨®n
Ir montando la lasaña primero con una de las cuatro láminas de pasta cocida, luego el sofrito, luego otra capa de pasta y finalizar con las anchoas. Ponemos encima otra capa de pasta, una de sofrito, otra de pasta y otra de sofrito.
Acabar con una última capa de pasta y una capa de anchoas. Refrigerar y dejar reposar durante 20 minutos. Cortar y acentuar con un poco de cebollino cortado.
Aporte nutricional
El pescado posee elevada proporci¨®n de ¨¢cidos grasos poliinsaturados de la serie n-3, EPA/DHA. Presenta vitaminas B, A y D, y minerales como hierro y calcio. Tambi¨¦n es fuente de yodo. EL PLATO Lasa?a de anchoas Las salinas de Pedra de Lume, en la isla de Sal (Cabo Verde).
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