Un teatro casero para Le¨®n y otras muestras de amor en confinamiento
El personal de cooperaci¨®n suele estar acostumbrado a las cat¨¢strofes y las muestras de solidaridad en pa¨ªses lejanos. Para esta trabajadora de Unicef, la novedad es comprobarlo ahora en sus carnes, en su d¨ªa a d¨ªa, en su propio edificio
El tiempo transcurre tan extra?o durante el confinamiento, que he tenido que coger mi calendario para ver en qu¨¦ d¨ªas exactamente ha sucedido todo. Nuestro director ejecutivo envi¨® un comunicado el martes 10 de marzo con el plan de actuaci¨®n y contingencia frente a la COVID-19 a todo el personal de la organizaci¨®n en la que trabajo. Se suprimen las reuniones grandes, se cancelan los viajes, se extreman las medidas de higiene en la oficina y se desaconseja la asistencia a cualquier evento, entre otras medidas para cuidar y proteger al personal.
Se anuncia, adem¨¢s, la puesta en marcha de teletrabajo para dar la posibilidad a los padres y madres de cuidar a sus hijos ¡ªel Gobierno regional hab¨ªa anunciado el d¨ªa anterior el cierre de colegios y universidades en Madrid¡ª y para todas las personas que entran en el perfil de riesgo por diferentes patolog¨ªas m¨¦dicas. Una de esas soy yo. As¨ª que comienza mi reclusi¨®n el mi¨¦rcoles 11 de marzo.
Pero todo avanza muy r¨¢pido, demasiado r¨¢pido.
Ese mismo mi¨¦rcoles voy a visitar a mi sobrino Le¨®n por la tarde, por lo que pudiera pasar. Le¨®n tiene siete meses y desde que naci¨®, lo reconozco, me muero de amor por este ni?o. Ese d¨ªa le cant¨¦ canciones, le hice caranto?as como siempre y le llev¨¦ de regalo un mordedor en forma de pl¨¢tano porque le est¨¢n empezando a salir los dientes. Pero no le toqu¨¦, ni le bes¨¦ ni le abrac¨¦, por miedo a la posibilidad de contagiarlo. Me cost¨® mucho; normalmente cada vez que nos vemos y me acerco a su silla, me coge la cara con sus manitas enanas y yo, obviamente, me lo como a besos. Nunca me alegrar¨¦ tanto de haber hecho una visita as¨ª ese martes 10 de marzo.
El d¨ªa 12 recibimos un segundo comunicado y todo el personal de la organizaci¨®n comenzamos a teletrabajar. Y el d¨ªa 14 por la noche, s¨¢bado, el presidente del Gobierno anunciaba el estado de alarma en Espa?a.
Todo avanza muy r¨¢pido, demasiado r¨¢pido.
Los primeros d¨ªas transcurren entre la incredulidad y la sensaci¨®n de estar viviendo dentro de una pel¨ªcula de ficci¨®n. Piensas que te vas a despertar por la ma?ana relatando que hab¨ªas tenido un sue?o muy curioso, sobre una especie de pandemia mundial. Pero no: todo es real.
Conocemos el inmenso sufrimiento que miles de ni?os viven en diferentes lugares del mundo y eso nos hace enfrentarnos a esta pandemia de una forma diferente
Trabajo en Unicef desde hace 10 a?os y creo que mis colegas y yo estamos familiarizados con las emergencias y las crisis. Unos las hemos vivido pisando el barro, en el kil¨®metro cero, y otros desde lejos pero muy implicados, conectados emocionalmente y trabajando contrarreloj para dar las mejores soluciones. Hemos aprendido de los ni?os y sus familias lo que es la resiliencia.
Reconozco que esta familiaridad hace que quiz¨¢ vivamos esta situaci¨®n de otra manera. Conocemos el inmenso sufrimiento que miles de ni?os viven en diferentes lugares del mundo: Siria, Sud¨¢n del Sur, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Yemen, por mencionar algunos. Lugares que son aut¨¦nticos infiernos para los m¨¢s peque?os. Esa empat¨ªa, ese conocimiento, nuestro trabajo diario, nos hace enfrentarnos ¡ªen mi opini¨®n¡ª a esta pandemia de una forma diferente. Conocemos el sufrimiento y trabajamos para paliarlo.
Pero las emergencias ¨²ltimamente han golpeado ¡ªpara una europea como yo¡ª a pa¨ªses que est¨¢n a m¨¢s de seis horas de avi¨®n de mi casa. Ahora nos toca a nosotros y tenemos que estar a la altura, que para m¨ª implica: como ciudadana, ser responsable y cumplir estrictamente todas las medidas que nuestro Gobierno nos pide para evitar la expansi¨®n del virus. En segundo lugar, como personal de una organizaci¨®n humanitaria y de desarrollo, trabajar m¨¢s que nunca por los m¨¢s vulnerables. Los de aqu¨ª y los de all¨ª. Hoy, son mis vecinos de puerta. Est¨¢n muy cerca y muchos tienen a familiares infectados o que han muerto. Ya todos mis compa?eros y yo tenemos familiares o gente muy cercana que est¨¢ grave. Sin olvidar a los que est¨¢n en pa¨ªses empobrecidos y con escasos servicios m¨¦dicos.
Desde que he empezado a teletrabajar, mi d¨ªa a d¨ªa transcurre con mucho orden. He le¨ªdo bastante sobre el impacto psicol¨®gico de una cuarentena y me he preparado para tratar de hacer las cosas bien, mantener un buen equilibrio f¨ªsico y mental.
Una vez termino mi jornada laboral y mis sobrinas sus deberes, he impuesto de modo estricto que hagamos una hora de deporte en casa todos los d¨ªas. Hacemos una tabla de ejercicios y esto nos hace sentirnos mucho mejor. Mens sana in corpore sano.
Otra de mis rutinas es hacer una video llamada con mi sobrino Le¨®n y sus padres. Cada vez que enciendo la c¨¢mara y le llamo por su nombre, sonr¨ªe con su boca desdentada y acerca las manos a la pantalla, como queriendo tocar mi cara como es su costumbre. Le sigo cantando las canciones que le gustan y mueve sus piernecitas de la emoci¨®n.
Le¨®n y sus padres viven en un piso en el centro de Madrid. Sus vecinos de la puerta de al lado, con los que comparten un patio interior, hacen un teatro a Le¨®n todas las tardes desde que comenz¨® la cuarentena. De ventana a ventana cada d¨ªa le cuentan una historia. Le¨®n est¨¢ fascinado con su plan vespertino. El ser humano es extraordinario. Si algo estoy viendo estos d¨ªas, son unos gestos maravillosos de solidaridad.
En momentos dif¨ªciles, y esto lo he vivido trabajando en Hait¨ª tras el terremoto y en Filipinas despu¨¦s del tif¨®n Haiyan, sale lo mejor de la gente. S¨ª, dicen que tambi¨¦n lo peor, pero yo me quedo con lo mejor. El teatrillo diario de los vecinos de Le¨®n es una muestra de ello.
Venceremos esta pandemia juntos. Todo ir¨¢ bien. Y Le¨®n ser¨¢, sin duda, un ni?o resiliente.
Diana Valc¨¢rcel es directora de marca en UNICEF Comit¨¦ Espa?ol
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Confinamiento
- Coronavirus Covid-19
- Pandemia
- Aislamiento poblaci¨®n
- Unicef
- Coronavirus
- Medidas contenci¨®n
- Virolog¨ªa
- Infancia
- Enfermedades infecciosas
- Microbiolog¨ªa
- Epidemia
- ONU
- Enfermedades
- Salud p¨²blica
- Medicina
- Pol¨ªtica sanitaria
- Organizaciones internacionales
- Sanidad
- Sociedad
- Salud
- En primera l¨ªnea
- Planeta Unicef
- Planeta Futuro