Am¨¦rica Latina: del estallido al coronavirus
La erosi¨®n de la hegemon¨ªa estadounidense y la debacle del bloque bolivariano producen un evidente vac¨ªo de liderazgo regional
Los ¨²ltimos a?os de la pasada d¨¦cada, en Am¨¦rica Latina, estuvieron caracterizados por una sucesi¨®n de estallidos sociales que evidenci¨® el agotamiento de dos modelos que, aunque caracterizados por importantes diferencias internas, se disputaban la hegemon¨ªa de la regi¨®n desde principios de siglo: el neoliberal y el progresista. Los estallidos hab¨ªan comenzado emplazando a gobiernos ubicados en el polo de izquierda (Brasil, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia) y r¨¢pidamente se extendieron a gobiernos que impulsaban proyectos de derecha (Argentina, Chile, Per¨², Colombia, Puerto Rico).
A lo largo de los ¨²ltimos meses, la serie Encrucijadas ha intentado ofrecer hilos anal¨ªticos que permitan ordenar la comprensi¨®n de estas crisis, en un espacio pol¨ªtico, econ¨®mico y social, como el latinoamericano, movedizo, inquieto y, por su complejidad, tradicionalmente dif¨ªcil de observar en su conjunto. El reto era fijar una imagen capaz de mirar m¨¢s all¨¢ de lo evidente y lo superficial o de cubrir la distancia entre la compleja realidad y su representaci¨®n anal¨ªtica, a trav¨¦s de un campo visual m¨¢s profundo que el que predomina en los debates de opini¨®n.
Los art¨ªculos publicados en ¡°Las encrucijadas de Am¨¦rica Latina¡± han recorrido algunas de esas crisis y han llamado la atenci¨®n sobre fen¨®menos transversales, que impactan todo el espectro pol¨ªtico de la regi¨®n, como la dependencia de instituciones financieras internacionales, el aumento de la desigualdad y la violencia, el reordenamiento de la geopol¨ªtica global, la erosi¨®n de la hegemon¨ªa estadounidense, el ascenso del poder¨ªo de China y la recuperaci¨®n del de Rusia, y, finalmente, el estancamiento de los foros de integraci¨®n continental o hemisf¨¦rica.
La imagen que resulta es la de una regi¨®n donde el quiebre de los dos polos ideol¨®gicos que hab¨ªan vertebrado la pol¨ªtica latinoamericana, despu¨¦s de la Guerra Fr¨ªa, no encuentra todav¨ªa una fisura, sino solamente esbozos de posibles salidas. Una regi¨®n donde la reubicaci¨®n internacional de Am¨¦rica Latina en un contexto poco definido no acaba de sedimentarse. De este repaso se desprenden algunas conclusiones que habr¨¢ que preservar como posibles claves para los estudios latinoamericanos en los pr¨®ximos a?os.
La serie muestra, en toda su gravedad, el costo social de pol¨ªticas econ¨®micas neoliberales que, en materia de ingreso, educaci¨®n, salud, vivienda y trabajo, han pasado factura por medio del descontento con la democracia y las movilizaciones populares. Es significativo que sea justamente en Chile, el pa¨ªs que en los a?os 70 empez¨® la experimentaci¨®n neoliberal latinoamericana, donde la cr¨ªtica a tal modelo ha encontrado su oposici¨®n m¨¢s radical. Como explica Ra¨²l Letelier, la revuelta chilena permite visualizar todos los l¨ªmites de un modelo que ha favorecido el empoderamiento de exiguas ¨¦lites econ¨®micas, sin ofrecer a la mayor¨ªa una respuesta cre¨ªble a sus problemas de subsistencia digna. Parte importante de las tensiones, violencia social y estado de inquietud que atraviesa la regi¨®n procede justamente de los estragos generados por las recetas desreguladoras y del impacto que han tenido en las instituciones y normas democr¨¢ticas. Es muy probable que la crisis sanitaria del coronavirus exalte de manera m¨¢s dram¨¢tica esas limitaciones. Los recortes a programas sociales, t¨ªpicos de la agenda neoliberal, dejan una regi¨®n con un sistema sanitario p¨²blico cuyas capacidades de hacer frente a la actual emergencia, protegiendo a los sectores m¨¢s vulnerables, est¨¢n colapsadas.
De la serie se desprende, tambi¨¦n, la forma problem¨¢tica con que los progresismos latinoamericanos intentaron corregir las deficiencias estructurales del modelo neoliberal, por medio de estrategias desarrollistas y extractivas. Estas, en muchos casos, los llevaron a descuidar o abandonar pol¨ªticas sociales a favor de los pueblos originarios, las comunidades rurales, el medio ambiente y los derechos de g¨¦nero. Los gobiernos progresistas, m¨¢s que una transformaci¨®n radical de las sociedades y los sistemas pol¨ªtico-econ¨®micos, produjeron una contenci¨®n, en muchos casos moderada, de d¨¦ficits hist¨®ricos. Las experiencias progresistas de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile tuvieron un impacto positivo sobre la redistribuci¨®n de la riqueza, pero no empujaron aquellos procesos de transformaci¨®n hacia horizontes m¨¢s ambiciosos. El reto actual, se?alan varios autores de la serie, es, justamente, volver a reelaborar una agenda transformadora, capaz de integrar ejes estrat¨¦gicos, como el feminismo y el ambientalismo, en las nuevas agendas de izquierda. En otras palabras, los progresismos latinoamericanos se enfrentan a la encrucijada de completar su transici¨®n hacia una izquierda democr¨¢tica, con una agenda de transformaci¨®n radical de la sociedad.
Frente al agotamiento de los modelos delineados en las dos primeras d¨¦cadas del siglo XXI se abri¨® un flanco de experimentaci¨®n que intentaron cubrir los ¨²ltimos proyectos de izquierda de la regi¨®n, especialmente, los de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en M¨¦xico y Alberto Fern¨¢ndez en Argentina. Aunque que con la ventaja que ofrecen los diagn¨®sticos de las crisis previas, esos gobiernos, como apuntan autores como Maristella Svampa y Humberto Beck, no se libran totalmente de algunas inercias ideol¨®gicas de las izquierdas anteriores.
Otra lecci¨®n que emerge de los ¨²ltimos estallidos en Am¨¦rica Latina es que el universo de los movimientos sociales, tan importante en los a?os 90, no est¨¢ paralizado y se revitaliza con actores cada vez m¨¢s plurales: estudiantes, mujeres, comunidades ind¨ªgenas, grupos LGTBIQ, sindicatos. La represi¨®n de las revueltas ha sido brutal en algunos pa¨ªses, como Chile, Bolivia y Venezuela, lo que confirma lo poco que cuentan las ideolog¨ªas a la hora de aplicar doctrinas de seguridad nacional y estados de excepci¨®n en Am¨¦rica Latina. Si bien es evidente que hubo una clara tendencia al autoritarismo en la rama bolivariana del heterog¨¦neo bloque de izquierdas (reelecci¨®n indefinida, concentraci¨®n de poder, partidos hegem¨®nicos, criminalizaci¨®n de medios de comunicaci¨®n independientes¡), no es menos cierto que las nuevas derechas gobernantes tambi¨¦n apelan a la polarizaci¨®n de la sociedad, la militarizaci¨®n de la seguridad nacional y diversas formas de exclusi¨®n pol¨ªtica, como ilustran los casos de Sebasti¨¢n Pi?era en Chile, Jair Bolsonaro en Brasil o Iv¨¢n Duque en Colombia, estudiados por Marisa von B¨¹llow, Mariana Llanos y Luciana Cadahia.
Estas m¨²ltiples crisis se dan en un contexto internacional donde una lenta, pero sensible transici¨®n hacia un orden o, m¨¢s bien, un desorden multipolar genera importantes incertidumbres. La erosi¨®n de la hegemon¨ªa estadounidense y la debacle del bloque bolivariano producen un evidente vac¨ªo de liderazgo regional. Sin embargo, la re-emersi¨®n de China y Rusia como posibles contrapesos a la hegemon¨ªa estadounidense no parece tener ni la fuerza ni la aceptaci¨®n suficientes como para representar alternativas tangibles.
La regi¨®n enfrenta este tr¨¢nsito, adem¨¢s, en medio de la conclusi¨®n del s¨²per ciclo de los commodities, que le hab¨ªa permitido disfrutar de recursos econ¨®micos y financieros sumamente importantes, a?adiendo as¨ª incertidumbre a la incertidumbre. La coyuntura internacional ser¨ªa favorable a la rearticulaci¨®n de nuevos proyectos de integraci¨®n latinoamericanos, no solamente comerciales, como los que se dieron en la etapa neoliberal, sino pol¨ªticos. Estos podr¨ªan servir para reforzar el margen de gobernanza frente a los dilemas que la interdependencia plantea y reforzar la capacidad de iniciativa de cara a un orden internacional incierto. Sin embargo, como muestran los art¨ªculos de esta serie, con la posible excepci¨®n de Argentina, ning¨²n gobierno parece tener la legitimidad y la convicci¨®n para reactivar alguno de los foros integracionistas latinoamericanos ya existentes.
En el arranque de 2020, estas encrucijadas de Am¨¦rica Latina se ven rebasadas por la emergencia sanitaria que impone la pandemia del coronavirus. En algunos pa¨ªses ¨Clos menos-, la amenaza del Covid-19 provoca la unificaci¨®n de la clase pol¨ªtica en el trazado de una estrategia de Estado. En otros, como Brasil o M¨¦xico, la ambivalente actitud gubernamental ha provocado un desplazamiento de la polarizaci¨®n al debate sobre las mejores opciones de pol¨ªtica p¨²blica para enfrentar la expansi¨®n del virus.
La pandemia parece relegar a un segundo plano problemas regionales como el golpe de Estado en Bolivia y las pr¨®ximas elecciones en ese pa¨ªs andino, las derivas autoritarias en Venezuela y Nicaragua o la crisis de legitimidad en Chile y el proceso constituyente en esa naci¨®n del Cono Sur. Tambi¨¦n difiere a un mediano plazo realidades del contexto internacional, como la posible reelecci¨®n de Donald Trump o el avance de la nueva derecha en Europa, que tendr¨¢n un efecto negativo en una Am¨¦rica Latina que enfrenta el coronavirus con econom¨ªas fr¨¢giles y sociedades presas de la inseguridad.
Am¨¦rica Latina entra a la tercera d¨¦cada del siglo XXI en medio de una contingencia sanitaria, que nadie sabe, con certeza, cuanto durar¨¢ ni cual ser¨¢ el volumen final de sus da?os a la salud y a la econom¨ªa. No es este el momento de olvidar o considerar superadas las demandas de los estallidos sociales y la crisis de gobernabilidad en tantos pa¨ªses de la regi¨®n. Esas demandas no solo no desaparecer¨¢n , sino que se profundizar¨¢n si los gobiernos persisten en los mismos errores de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Vanni Pettin¨¤ y Rafael Rojas son profesores de El Colegio de M¨¦xico.
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