Las novelas del coronavirus
El autor propone tres argumentos a desarrollar durante estos d¨ªas de encierro y anhelos literarios
Vivimos un momento peligroso. Corremos el riesgo, por ejemplo, de contagiarnos de covid-19, la enfermedad que tiene a medio mundo encerrado en casa. O de sufrir mermas econ¨®micas y laborales y pasar penurias por culpa de la pandemia. Sabemos, sin embargo, que un buen d¨ªa esto pasar¨¢. Y mucha gente, entonces, querr¨¢ contar sus experiencias sobre el trauma general o, al menos, verlas reflejadas en las historias de otros. Por ello, propongo aqu¨ª a mis colegas escritores tres argumentos de novela infalibles, con el covid-19 como tema de fondo, que estoy seguro de que los har¨¢n ganar premios y suculentos cheques de adaptaciones audiovisuales. De hecho, puedo apostar que estos argumentos, que se me ocurrieron en cinco minutos, ya est¨¢n siendo elaborados ahora mismo. As¨ª que, si usted no es escritor, al menos tome nota de que esto puede que sea lo que est¨¦ en las mesas de novedades y en la pantalla de su casa dentro de unos meses.
Primer argumento: Las centurias. El personaje es un escritor aburrid¨ªsimo pero muy elocuente. Al principio de la novela, el tipo se encierra en su departamento a pasar la cuarentena y all¨ª, dir¨¢ la contraportada, ¡°para evadir el tedio, decide ordenar su biblioteca de nueve mil doscientos once vol¨²menes y, de ese modo, hace un repaso de toda la historia, la filosof¨ªa y el arte occidentales y orientales, comenzando por las cuevas de Lascaux, y avanzando paso a paso, hasta llegar a la posmodernidad¡±. Un recurso genial: la salud del narrador se refleja en el periodo hist¨®rico que aborda. Cuando recuerda las pinturas rupestres, por ejemplo, se siente vital y salvaje y recuerda la alocada relaci¨®n que tuvo con una poeta veintid¨®s a?os antes. Pero para cuando alcanza el arte contempor¨¢neo, ya est¨¢ infectado y a punto de dar la ¨²ltima boqueada y solo dice cosas apocal¨ªpticas y desalentadoras. Y, bueno, si se quiere que la novela sea ¡°de avanzada¡± solo hace falta desordenar los periodos hist¨®ricos y poner al personaje a hacer unos dibujos muy feos (que se entreveran en el texto) y a decir que no cree en la linealidad, porque eso equivaldr¨ªa a defender ¡°hegemon¨ªas caducas¡±. Premio seguro.
Segundo argumento: D¨ªas de guardar. El personaje es una escritora. Puede ser aburrid¨ªsima pero es obligado que sea ¨¦ticamente impecable. Al principio de la novela, el personaje se encierra en su departamento a pasar la cuarentena con su hijo de un a?o. Nos explica el doloroso proceso de cuidar de alguien y saberse responsable de un ser fr¨¢gil siendo un ser fr¨¢gil a su vez. Acto seguido, llega al departamento su exmarido (quien no es el padre del ni?o), que sufre una discapacidad. Nuestro personaje tiene que cuidarlo. Nos vuelve a explicar el doloroso proceso... Tocan a la puerta. Son los ancianos que viven al lado: ya no tienen comida ni fuerzas. Nuestro personaje pasa a ser su cuidadora. Nos vuelve a explicar lo explicado, cada vez con menos paciencia. La narradora enferma el d¨ªa en que se levanta la cuarentena. El padre del ni?o aparece y se lo lleva. Nadie cuida a la agotada protagonista. Intuimos que morir¨¢. Premio seguro.
Tercer argumento: Cuarentena final. El personaje es un escritor esc¨¦ptico, divorciado, pero que en el fondo tiene un coraz¨®n de oro (a media novela sabremos que fue rescatista voluntario en el sismo del 85 y los horrores que vio entonces lo endurecieron). Vive en un edificio de departamentos; todos los vecinos se han encerrado por la cuarentena. Una noche se escuchan gritos. El tipo del departamento tres sale a un pasillo, malherido, y rueda por las escaleras. Muere. El portero y la ¨²nica c¨¢mara de seguridad, que est¨¢ en la entrada, indican que nadie entr¨® ni sali¨® del edificio antes del episodio. La polic¨ªa, rebasada por la emergencia mundial, dice que tardar¨¢ dieciocho horas en llegar. Pero nadie conf¨ªa en la polic¨ªa y los vecinos est¨¢n seguros que su oportunidad de saber la verdad es tomar el asunto en sus manos. As¨ª que nuestro personaje propone, a trav¨¦s de mensajes de Whatsapp, que los habitantes del edificio (portero incluido) se sumen a una indagaci¨®n para aclarar el crimen. Todo para que la contraportada diga: ¡°Echando mano de las nuevas tecnolog¨ªas, se investiga en una carrera contra el reloj¡±. Los vecinos indagan pista a pista, todo por mensajes, discuten entre ellos, se acusan falsamente y se van descartando. Al final, nuestro personaje no solo resuelve el crimen (el vecino del cinco, un ricazo insensible, es el asesino; al verse descubierto, el tipo salta de su balc¨®n) sino que se liga a la guapa del seis, quien es una chica ruda pero con un coraz¨®n de oro (fue rescatista voluntaria en los sismos del 2017 y lo que vio entonces la endureci¨®). No ganar¨¢ premios pero ser¨¢ adaptada para pel¨ªcula o miniserie. ?xito seguro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.