Liderazgo laborista

La elecci¨®n del moderado y europe¨ªsta Keir Starmer como nuevo l¨ªder del Partido Laborista supone un giro notable en la acci¨®n pol¨ªtica de la izquierda brit¨¢nica tras cinco a?os marcados por la radicalidad verbal y los malos resultados electorales bajo la direcci¨®n de Jeremy Corbyn. Los primeros pasos de Starmer en plena crisis del coronavirus son una reivindicaci¨®n sin concesiones del tradicional principio laborista de defensa de la esfera p¨²blica y la necesidad de inversiones, pero alejada de planteamientos dial¨¦cticos de callej¨®n sin salida que caracterizaron a su predecesor.

Sobre el papel, Starmer asume el cargo en unas circunstancias muy complicadas tanto operativamente ¡ªel Parlamento est¨¢ cerrado¡ª como por la excepcionalidad de la situaci¨®n social y econ¨®mica en Reino Unido. Tambi¨¦n pesa la necesidad urgente de dejar atr¨¢s la estela de las graves acusaciones vertidas contra el partido laborista incluyendo la de antisemitismo y eurofobia ocasional. Sin embargo, es precisamente este panorama el que mejor se adapta a este reputado exabogado defensor de causas por los derechos humanos, acostumbrado a buscar acuerdos en situaciones de par¨¢lisis.

Starmer ha anunciado un ejercicio de responsabilidad escrupuloso como l¨ªder de la oposici¨®n en un Parlamento con mayor¨ªa conservadora, lo que en la pr¨¢ctica supone apoyar ¡ªaunque no de manera incondicional¡ª al Gobierno de Boris Johnson en su intento por frenar la pandemia. Pero al mismo tiempo ha incidido en cuatro puntos que muestran previsi¨®n e iniciativa ante un Gobierno conservador sobre el que arrecian las cr¨ªticas por su gesti¨®n, especialmente en los primeros momentos de la crisis. El nuevo l¨ªder laborista se ha centrado en la realizaci¨®n efectiva de los 100.000 test diarios prometidos por el Gobierno, la facilitaci¨®n inmediata de equipos de protecci¨®n para sanitarios, un calendario de vacunaci¨®n para toda la poblaci¨®n en cuanto esta sea viable y una estrategia de salida clara cuando termine la situaci¨®n de excepcionalidad.

El nuevo l¨ªder laborista tiene ante s¨ª el reto de recuperar la confianza del electorado que dio una importante victoria a las tesis radicales conservadoras encarnadas por Boris Jonhson y su estrategia del Brexit en las elecciones generales del pasado diciembre. Pero el Brexit ha sido eclipsado por una emergencia que est¨¢ poniendo en valor la necesidad de las inversiones p¨²blicas, entre otras en materia sanitaria, que es precisamente uno de los pilares hist¨®ricos de las propuestas laboristas. Y lo que en circunstancias normales pudieron parecer al electorado unas propuestas extremas de transformaci¨®n e inversi¨®n social realizadas por Corbyn se revelan necesarias bajo las nuevas condiciones. Un legado que Starmer no puede arrinconar.