La hora de los bonos sociales

La tormenta del coronavirus est¨¢ azotando al mundo y, si a¨²n es demasiado temprano para evaluar con precisi¨®n la magnitud de los perjuicios que provoca, no lo es para pensar en el d¨ªa despu¨¦s: ?Qu¨¦ haremos? ?C¨®mo repararemos los da?os? Cabe preguntarse c¨®mo har¨¢n los gobiernos de Am¨¦rica Latina y el Caribe para cubrir las abismales necesidades de financiamiento para vivienda, educaci¨®n, salud e infraestructura, y para socorrer a sus poblaciones m¨¢s necesitadas y a sus peque?as y medianas empresas (pymes).

Aqu¨ª es donde pueden entrar en escena los bonos sociales, que son como cualquier otro, pero con la diferencia de que cumplen con unos est¨¢ndares que permiten verificar que se utilizar¨¢n para financiar proyectos tales como el gasto en atenci¨®n m¨¦dica, el apoyo a las pymes o la construcci¨®n de viviendas para sectores desfavorecidos.

Efectivamente, los principios para su emisi¨®n formulados por la Asociaci¨®n Internacional de Mercados de Capitales establecen que, para ser reconocido como un bono social, un tercero imparcial debe verificar que cuente con un sistema robusto de ejecuci¨®n y de monitoreo basado en indicadores e informes peri¨®dicos. Esto ofrece a los inversores no solo informaci¨®n sobre el riesgo o la capacidad de devoluci¨®n de un pa¨ªs, un banco o una empresa, sino tambi¨¦n sobre cu¨¢l va a ser el uso de los recursos, c¨®mo y d¨®nde se van a gastar y qu¨¦ indicadores van a demostrar los impactos sociales esperados.

Fortalecer el v¨ªnculo entre los recursos aportados por los inversores y su uso en finalidades sociales es b¨¢sico para aumentar la rendici¨®n de cuentas de los gobiernos que reciben los fondos y tambi¨¦n del sistema financiero que los canaliza. Adem¨¢s, a igual riesgo crediticio, es de esperar que bastantes inversores est¨¦n m¨¢s dispuestos a prestar su dinero a gobiernos o a empresas si disponen de un mecanismo cre¨ªble para conocer el destino y los resultados alcanzados con sus recursos. Incluso pueden llegar a prestarlo a tasas m¨¢s bajas, como muestra un estudio del Banco Internacional de Pagos de Basilea, seg¨²n el cual la reducci¨®n se situar¨ªa en torno a 20 puntos b¨¢sicos.

Los bonos sociales permiten verificar que se utilizar¨¢n para financiar proyectos tales como el gasto en atenci¨®n m¨¦dica, el apoyo a las pymes o la construcci¨®n de viviendas para sectores desfavorecidos

Aunque pueden ser una herramienta clave para la etapa post-pandemia, vender los bonos sociales no ser¨¢ tarea f¨¢cil. Las dificultades de establecer buenos indicadores (claros, relevantes, espec¨ªficos y alcanzables), sistemas de ejecuci¨®n robustos e independientes que garanticen cierta trazabilidad de los recursos o de sensibilizar a pa¨ªses, instituciones financieras, e inversores con estos instrumentos no son menores.

Pero es imperativo superar estos obst¨¢culos porque estos bonos pueden cumplir una funci¨®n social crucial cuando se sabe ya que la pandemia va a provocar fuertes necesidades de financiamiento por parte de los gobiernos para atender la situaci¨®n de los hogares y empresas m¨¢s vulnerables. Poner luz y taqu¨ªgrafos sobre la actividad del sistema financiero puede adem¨¢s contribuir a mejorar la percepci¨®n social de este tan lastrada tras la ¨²ltima crisis financiera internacional.

Todav¨ªa, los bonos sociales representan apenas el 1% del mercado global. No obstante, al igual que el de los verdes ¡ªsimilar, pero basado en inversiones destinadas a combatir o mitigar el cambio clim¨¢tico¡ª, el mercado de bonos sociales ha crecido mucho en los ¨²ltimos a?os, alcanzando 17.000 millones de d¨®lares en 2019, una cifra promisoria pero a¨²n por debajo de los 258.000 millones de los bonos verdes, seg¨²n reporta la calificadora de cr¨¦dito Moody¡¯s.

En enero de este a?o, aprovechando una de las pocas ventanas ofrecidas por el mercado, Ecuador fue el primer gobierno del mundo en emitir un bono social soberano. El mismo, por valor de 400 millones de d¨®lares, se destin¨® a financiar vivienda social y fue respaldado por una garant¨ªa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El bono ecuatoriano, que recibi¨® adem¨¢s el premio a la estructura m¨¢s innovadora de Environmental Finance ¡ªun prestigioso servicio de informaci¨®n y an¨¢lisis sobre desarrollo sostenible y mercados ambientales¡ª es tambi¨¦n un ejemplo del rol crucial que pueden desempe?ar los bancos multilaterales, apoyando el acceso de los gobiernos al mercado mediante garant¨ªas que no solo mejoran las condiciones financieras, sino tambi¨¦n la transparencia y los resultados sociales. La mejora crediticia proporcionada por la garant¨ªa del BID redujo el coste financiero para Ecuador en cerca de 200 puntos b¨¢sicos, lo que supone unos 120 millones de ahorro para el pa¨ªs o, dicho de otro modo, la oportunidad de construir unas 3.000 viviendas sociales adicionales.

Mucho se habla de los riesgos de contagio del coronavirus. Tal vez sea hora de empezar a hablar de la oportunidad de los bonos sociales como el de Ecuador, que muestran el camino que pueden tomar los gobiernos de Am¨¦rica Latina y el Caribe para reconstruir servicios b¨¢sicos y dar alivio a los sectores m¨¢s golpeados por esta pandemia de manera m¨¢s transparente y econ¨®mica.

Joan Oriol Prats es el especialista l¨ªder de la Divisi¨®n de Conectividad, Mercados y Finanzas del Banco Interamericano de Desarrollo.

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