Noche de porno premium
M¨¢s de cinco millones de v¨ªdeos de sexo, dos millones de listas de reproducci¨®n, miles de fotos y doce mil estrellas... Todo en abierto. Ah¨ª empieza el l¨ªo
Mi relaci¨®n con la pornograf¨ªa es normal. Es decir, m¨¢s o menos la misma que tiene el resto de los mortales. Es un g¨¦nero que me divierte, que uso y que he incluido en mi vida en la sana proporci¨®n que he considerado. Por eso, cuando me enter¨¦ de que el portal de porno m¨¢s utilizado del mundo (Pornhub) abr¨ªa su contenido ¡°premium¡±, me interes¨®: m¨¢s de cinco millones de v¨ªdeos, dos millones de listas de reproducci¨®n, miles de fotos, doce mil estrellas del porno y regalitos. Todo en abierto. Ah¨ª empieza el l¨ªo.
He pagado por ver porno: lo he hecho para disfrutar con Anneke Necro ¡ªmagn¨ªfica y retorcida¡ª o con el excelente material de Erika Lust. Ahora, que "compramos solo lo que necesitamos" ¡ªcomo muy bien dijo Ricardo Dar¨ªn en Lo de ?vole¡ª, si te regalan porno, bienvenido sea. Lo cierto es que lo del coronavirus ha afectado de lleno a nuestra vida sexual: la libido se nos estrell¨® en el suelo. No conozco a nadie que mantuviera la misma intensidad amatoria a ra¨ªz del confinamiento. Los que no ten¨ªan sexo no lo echar¨¢n de menos, pero los que s¨ª¡ ?Ay, amigos!
Desde el arranque del encierro, estuve cinco d¨ªas sin masturbarme. En m¨ª, algo inimaginable. Tard¨¦ m¨¢s de una semana en cruzarme en la cama con el hombre al que amo. Y esto, aunque lleve quince a?os con el mismo, tampoco es lo usual. Por ello, la oferta de Pornhub me pareci¨® ideal para acariciarme el lomo y lamerme un poco las heridas. Me pareci¨® incluso bonito: quise hacerme pajas mucho mejores, m¨¢s queridas, m¨¢s sentidas. No conozco a nadie que vea porno a solas para mayor gloria que masturbarse. Si alguien tiene otros motivos, ruego me los cuente.
El porno heterosexual gratuito no me gusta: emana sumisi¨®n femenina, prepotencia masculina, coitocentrismo.... No estoy acostumbrada a entrar en los portales de pago habituales y no s¨¦ si es normal que te pregunten: ¡°?C¨®mo te gustan las tetas? ?Los culos? ?Los pubis? Eso fue lo que me requirieron para la ficha. Con decepci¨®n descubr¨ª que inmediatamente despu¨¦s no me preguntaban mis gustos sobre vergas. Aunque en la etiqueta correspondiente me defin¨ª como mujer bisexual, no me preguntaron por el calibre de mis machos. En una cuenta de gama alta esperaba m¨¢s cuidado y calidad, la verdad. Tambi¨¦n que me animaran a ampliar mi repertorio; mi historial en el portal abierto revela mi afici¨®n por la secci¨®n l¨¦sbica.
Navegando, me encontr¨¦ con una de las m¨ªas: Apolonia Lapiedra. No en vano, en el ¨²ltimo informe de consumo de porno de 2019 ya nos contaron que a los espa?oles nos gustaba m¨¢s la producci¨®n patria. Eso s¨ª, me dio lo mismo ver la expresi¨®n toledana de Lapiedra al correrse pagando que gratis. Vi lo mismo de siempre, quiz¨¢s un pel¨ªn m¨¢s elaborado. Pero no m¨¢s diverso: existe un porno m¨¢s pausado y menos forzado.
Tambi¨¦n me sorprendi¨® el porno en vivo: una mujer charlando y actuando para la fauna congregada en el canal. Los t¨ªpicos saludos dieron paso a peticiones de coreograf¨ªas que me hicieron sentir como en el m¨ªtico sex shop madrile?o de la calle Atocha. Sin echar monedas, eso s¨ª. El acceso premium permite realizar peticiones a la moza, pero nunca entablar conversaci¨®n real con ella. Me limit¨¦ a observar y disfrutar, sinti¨¦ndome un se?or con bigote y puro. Me encontraba algo abrumada por las demandas masculinas de alrededor: ?Se puede pedir una felaci¨®n a una se?ora que est¨¢ magre¨¢ndose v¨ªa web cam? Al rato, desvel¨¦ que era una mujer: la artista se mostr¨® m¨¢s cari?osa. Al menos a m¨ª me lo pareci¨®.
Tras un rato de visionados, descubr¨ª que las minas est¨¢n en los extras. Los hay buenos, con enlaces a contenidos con mejor acabado y tem¨¢ticas m¨¢s apetecibles. Pero tambi¨¦n, terror¨ªficos, de una oscur¨ªsima fama. Al menos en dos ocasiones, en la web se han colgado v¨ªdeos en los que aparec¨ªan menores. Por otro lado, el pasado febrero, la BBC denunci¨® que en el portal se hab¨ªan subido v¨ªdeos de violaciones y que los agresores consegu¨ªan monetizarlos. Da miedo.
La noche se alarga y el morbo se relaja. Termin¨¦, de madrugada, hablando con un hacker. ¡°Disfruta de la cuenta premium sin indagar mucho¡±, me avis¨®. Tambi¨¦n me dijo que me pusiera una alarma para no olvidar cancelar la suscripci¨®n pasada una semana: ¡°Si no, se activa autom¨¢ticamente el pago mensual¡±. Tras la jornada, me surge una pregunta: ?Cu¨¢l es el exponente m¨¢ximo de la pornograf¨ªa? Para m¨ª, sacar los actores y actrices porno que llevamos dentro. En mi caso, ya se lo digo, qu¨¦ gran actriz se est¨¢ perdiendo el g¨¦nero. Al menos eso creo yo.
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