Pornograf¨ªa y citas ¡®online¡¯
C¨®mo nos vendemos en las citas en Internet frente al porno con el que nos masturbamos
Dos estudios muestran la personalidad del espa?ol consumidor de porno y el que busca pareja en portales de citas online. No es que tengan nada que ver el uno con el otro, pero ambos, cuentan el tipo de personaje que somos. Pasen y dist¨ªnganse.
Sabemos con rotundidad que todo el mundo miente en algo. No lo podemos evitar. Por eso resulta tan curioso que en nuestra rutina diaria hayan entrado h¨¢bitos digitales con los que dejamos nuestro rastro en la red, cargadito de mentiras por un lado y perpetuando evidencias por otro. Todo, diseminando las suficientes pistas como para que sepamos bien el tipo de personaje que somos. Sabemos cu¨¢nto porno vemos y cu¨¢l es el que elegimos. Sabemos si vemos las secuencias enteras o nos vamos, directamente, al turr¨®n. Decimos c¨®mo nos comportamos sin abrir la boca, actuando a golpe de clic, que es como m¨¢s rastro se deja. Nadie consume una pornograf¨ªa que no le excite. Igual que nadie se muestra en las redes sociales como no quiere ser; nos exhibimos, cual pavo real, proyectando el personaje al que aspiramos. Y nos matamos a masturbarnos como m¨¢s nos gusta.
Solteros.es analiz¨® a finales del a?o pasado las fotos de los perfiles de las p¨¢ginas de contactos de diecis¨¦is pa¨ªses en el mundo. M¨¢s de 22 millones de usuarios de orientaciones sexuales diversas. Con datos tan exhaustivos como que el 69,74% de las fotos que se subieron a la red con zorros de por medio, las subieron mujeres lesbianas. O que el 73,4% de los autorretratos en un cuarto de ba?o, lo subieron hombres homosexuales. Y una curiosidad. A la hora de ligar, los espa?oles no apuestan por querer parecer miembros de la judicatura. Apenas un 1% de los usuarios de la web de contactos colocan fotos con birretes y togas. Algo que se estila enormemente en Norteam¨¦rica a la hora de ligar en l¨ªnea.
Espa?a ocupa el tercer puesto en cuanto a aparecer en estos portales escasos de ropa. Los m¨¢s propensos a ense?ar su torso desnudo son hombres, no sufren ninguna censura. La edad, tambi¨¦n, es determinante a la hora de venderse. Los m¨¢s j¨®venes (18-24 a?os) aparecen practicando deportes, siendo el rugby el deporte m¨¢s exhibido, mientras que las mujeres de esa misma edad apuestan por aparecer en lencer¨ªa y vestidos de c¨®ctel, mostrando, adem¨¢s, sus piercings. Con la edad, los hombres tienden a tirar de la ternura de los perros, igual que las se?oras. Conforme cumplimos a?os, entendemos que debemos exhibirnos parecido.
Perm¨ªtanme recurrir a estos datos mientras echamos un vistazo a los datos anuales de consumo de pornograf¨ªa de Pornhub. Me encanta saber qu¨¦ tipo de cosas buscamos para excitarnos, ¨²nico aliciente que le veo en s¨ª al porno. Por cierto, parece que los m¨¢s j¨®venes y los adultos recurrimos a p¨¢ginas diferentes para ilustrarnos en pornograf¨ªa, porque seg¨²n datos de Pornhub, la media de edad del visitante en el mundo son los 36 a?os, 41 en el caso de Espa?a. La educaci¨®n machista es fruto de una educaci¨®n, pero viendo la edad de los usuarios del portal de porno gratuito m¨¢s potente, no me cabe la menor duda de que son muchos los se?oros que se siguen educando con el porno. Quiz¨¢s no debiera extra?arnos tanto cuando nos cogen del pelo. Por primera vez, el Hentai, el porno animado japon¨¦s, es el m¨¢s consumido en nuestro pa¨ªs. Seguido de las MILF (madres que me follar¨ªa) y lesbianas. Que yo recuerde, los ¨²ltimos a?os han sido las escenas l¨¦sbicas las triunfadoras, ahora los dibujos animados pornogr¨¢ficos.
Lo m¨¢s significativo es que el ¨²ltimo a?o nos ha dado por el porno patrio. El t¨¦rmino "espa?ola" subi¨® 59 puestos en las b¨²squedas en el ¨²ltimo a?o. Y "porno espa?ol" subi¨® 39. Cu¨¢ntas dudas sociol¨®gicas se abren respecto a este cambio de consumo.
Con estos datos sobre c¨®mo nos exhibimos, c¨®mo ligamos y c¨®mo nos masturbamos, no se despisten. El d¨ªa menos pensado les ofrecen ser los protagonistas de una serie de televisi¨®n.
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