La ciencia es internacional o no es

Tiempo y colaboraci¨®n, as¨ª de simple. Es la receta de Herbert Holden Thorp para posibilitar que la ciencia resuelva la crisis pand¨¦mica. Qu¨ªmico, m¨²sico, inventor y director de la revista Science, Thorp es una de las personas mejor informadas sobre la actividad cient¨ªfica en el mundo, sobre qu¨¦ persiguen los investigadores, qu¨¦ les preocupa y qu¨¦ obst¨¢culos encuentran para aportar su talento y experiencia a la causa. Tiempo y colaboraci¨®n. ¡°La mayor¨ªa de los l¨ªderes mundiales no parecen concentrados en dotar a la comunidad cient¨ªfica y biom¨¦dica de esas dos cosas¡±, dice Thorp.

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A diferencia de los pol¨ªticos, Thorp admite sus propios errores, a veces de manera sutil y compleja. Escribi¨® un editorial en febrero que sosten¨ªa que la opacidad de Pek¨ªn hab¨ªa costado muchas vidas. Unos d¨ªas despu¨¦s, reconoci¨® que esa tesis era demasiado provocadora. Pero ahora vuelve a pensar que ten¨ªa raz¨®n al principio, porque las evidencias confirman que el secretismo chino y el retraso del Gobierno en reaccionar cost¨® vidas. Pero el cient¨ªfico tambi¨¦n sabe que los retrasos y la falta de transparencia de otros Gobiernos han tenido un coste similar. Poca gente puede eludir su responsabilidad en esa contabilidad macabra, empezando por m¨ª mismo, que tampoco vi venir la magnitud de la pandemia.

La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha sido acusada de una connivencia con China que ha impedido una mejor gesti¨®n de la crisis. Es cierto que su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, debe su puesto a los votos de Pek¨ªn, pero tambi¨¦n lo es que sin un pa¨ªs de 1.400 millones de habitantes, que adem¨¢s ha sido el foco de varios virus antes de este, resulta imposible gestionar una pandemia. El doctor Tedros lleva desde enero haciendo malabarismos para movilizar al mundo sin cabrear a China. La decisi¨®n de Donald Trump de suspender su aportaci¨®n financiera a la OMS, cerca de un 15% del presupuesto del organismo de Naciones Unidas, ha exasperado a la comunidad cient¨ªfica planetaria, incluida la estadounidense, e incluido el principal asesor cient¨ªfico de la Casa Blanca, Anthony Fauci. Este gran epidemi¨®logo ha logrado parar varios balones t¨®xicos chutados por su presidente, pero no ha podido con este. Fauci es un santo. ?Qui¨¦n querr¨ªa su trabajo?

Thorp revela que la mayor¨ªa de las investigaciones importantes sobre el coronavirus que su revista, Science, ha publicado en el ¨²ltimo mes y medio provienen de China o de colaboraciones internacionales con China. Que un mercado de animales vivos de Wuhan haya sido el foco de la pandemia no impide que necesitemos a la ciencia china para resolver la crisis. La necesitamos, y las supuestas connivencias con Pek¨ªn del doctor Tedros son casi una ventaja en esta situaci¨®n. La operaci¨®n que ha montado Trump para cortar los lazos cient¨ªficos con China ¡ªel FBI lleg¨® a sacar esposado al jefe de Qu¨ªmica de Harvard¡ª es una p¨¦sima idea, por injustificada, tendenciosa y da?ina para el avance del conocimiento. Los pa¨ªses occidentales tienen d¨¦cadas de experiencia de colaboraci¨®n con los cient¨ªficos, muchos se han formado en los laboratorios de Estados Unidos y Europa, y buena parte de ellos han vuelto a su pa¨ªs a aportar su talento y experiencia. Tiempo y colaboraci¨®n. La ciencia es internacional o no es.