Bolsonaro queda desnudo al despojarse de las tres banderas que lo llevaron al poder
La ¨²ltima palabra la tendr¨¢n el Congreso y el Supremo, las dos instituciones que pueden intervenir en una posible destituci¨®n del presidente brasile?o
El presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, mantuvo este jueves un duelo hist¨®rico con su exministro de Justicia, Sergio Moro, que le lanz¨® graves acusaciones de haber querido interferir en la Polic¨ªa Federal, para conocer investigaciones de corrupci¨®n sobre su familia.
Es a¨²n pronto para saber cuales ser¨¢n las consecuencias jur¨ªdicas y legales sobre tales acusaciones, pero lo que ha quedado claro es que Bolsonaro se va quedando desnudo al ir rasgando durante su mandato las tres grandes banderas en las que se enfund¨® durante la campa?a electoral y le llev¨® a la victoria en 2018.
Se trataba de la lucha severa contra la corrupci¨®n pol¨ªtica que en aquel momento avergonzaba al pa¨ªs y que el candidato a la presidencia jur¨® perseguir. Fue as¨ª que acept¨® que el palad¨ªn en aquel momento de dicha lucha contra la corrupci¨®n, el entonces juez de la Lava Jato, Sergio Moro, entrara en su Gobierno como un superministro de Justicia. Fue su primer gol.
Esa bandera la fue perdiendo en la medida en que fueron apareciendo posibles esc¨¢ndalos de corrupci¨®n dentro mismo de su familia. Hoy, Bolsonaro, acosado en su presidencia, se est¨¢ refugiando incluso en los viejos diputados envueltos tambi¨¦n ellos en esc¨¢ndalos de corrupci¨®n para que le puedan salvar de un posible proceso de impeachment en el Congreso contra ¨¦l. Y acaba de perder a su mejor espada, el ministro de Justicia, que decidi¨® dejar el Gobierno y lanzar contra ¨¦l acusaciones tan graves que ahora analizar¨¢ el Supremo y podr¨ªan acabar oblig¨¢ndolo a dimitir.
La segunda bandera era la de acabar en Brasil con la llamada vieja pol¨ªtica que gobernaba haciendo acuerdos poco republicanos con los diputados ofreci¨¦ndoles cargos y prebendas para conseguir aprobar los proyectos del Gobierno.
Bolsonaro hab¨ªa jurado deshacerse en su mandato de aquel viejo estilo de Gobierno para gobernar ¡°escuchando m¨¢s al pueblo¡± que a los diputados y senadores.
Dicha bandera que le vali¨® muchos votos en las elecciones, incluso de brasile?os que no gustaban de su cariz militar totalitario, pero que estaban insatisfechos con dichas formas de gobernar de espaldas a la gente, se le ha ca¨ªdo al suelo. Y est¨¢ intentando formar una mayor¨ªa que nunca tuvo en el Congreso y sin la cual vio que era imposible gobernar. Y lo est¨¢ haciendo con los m¨¦todos de la m¨¢s rancia vieja pol¨ªtica.
Le queda, a medio caer, la ¨²ltima bandera: la de llevar a cabo una pol¨ªtica neoliberal, de menos Brasilia y m¨¢s Brasil, menos Estado y m¨¢s capital privado. Para aquella bandera hab¨ªa escogido al economista de la Escuela de Chicago, el superliberal Paulo Guedes. Una bandera que pretend¨ªa revertir la desastrosa pol¨ªtica econ¨®mica de los Gobiernos de Dilma Rousseff, que dej¨® 14 millones de trabajadores en la calle.
Esa bandera liberal ya est¨¢ tambi¨¦n pr¨¢cticamente marchita y la prensa habla abiertamente que despu¨¦s de la salida del ministro estrella, Moro, estar¨ªa ya prepar¨¢ndose la salida de la estrella econ¨®mica Guedes que habr¨ªa perdido la confianza del presidente que pretende revertir la pol¨ªtica econ¨®mica para dar paso a un populismo que le pueda ayudar en la reelecci¨®n.
Este viernes fue significativo que durante el discurso de Bolsonaro para responder a las acusaciones de Moro, durante el que estuvo rodeado por todos los dem¨¢s ministros, el ¨²nico sin traje y corbata, en mangas de camisa y con la m¨¢scara contra el coronavirus, fue el ministro de Econom¨ªa. Guedes con la m¨¢scara mostraba su contrapunto al presidente, que insiste en minimizar la pandemia y sigue abrazando a la gente en la calle y pidiendo que todo vuelva a la vida normal mientras el n¨²mero de muertes se est¨¢ ya multiplicando en mayor velocidad de lo que ocurre en Espa?a.
Despojado de las tres banderas que le dieron la victoria, el presidente, cuyo Gobierno hace aguas por todos lados, aparece cada momento m¨¢s desnudo y solo. Le quedan los ministros-generales del Ej¨¦rcito, cuya reacci¨®n ante las graves acusaciones lanzadas por Moro nadie sabe si decidir¨¢n arropar al presidente desnudo o si har¨¢n alg¨²n malabarismo para cubrir su desnudez con su voto de confianza.
Los pr¨®ximos d¨ªas ser¨¢n decisivos para conocer si una vez m¨¢s, la presidencia caer¨¢ en manos del vicepresidente, el general Hamilton Mourao. La ¨²ltima palabra la tendr¨¢n ahora el Congreso y el Supremo, las dos instituciones que pueden intervenir en el cese de un mandatario.
Es un momento que para Brasil no pod¨ªa ser m¨¢s cr¨ªtico ya que el coronavirus, adem¨¢s de llevarse cada d¨ªa m¨¢s vidas, est¨¢ produciendo una grave crisis econ¨®mica con millones de brasile?os, que sin poder trabajar, vuelven a los a?os terribles del hambre y de la miseria.
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