Volantazo
La traves¨ªa de Latinoam¨¦rica hacia la estabilidad no ser¨¢ f¨¢cil pero los estragos del coronavirus facilitar¨¢n que se emprenda con determinaci¨®n, reinventando objetivos y herramientas
Los padecimientos que la pandemia infringir¨¢ a los grupos m¨¢s vulnerables de Am¨¦rica Latina ser¨¢n acumulativos. Los Gobiernos deber¨¢n reconducir la convivencia entre capitalismo y Estado para aliviar ese doble castigo, y afrontar la recesi¨®n de econom¨ªas con plomo en las alas desde hace siete a?os. El impacto no ser¨¢ el mismo en Rep¨²blica Dominicana, Panam¨¢ y Bolivia, cuyo PIB crec¨ªa antes del virus, que en Venezuela, Nicaragua y Argentina, afectados por una p¨¢jara que no es consecuencia de los esfuerzos realizados sino culpa de la incompetencia y la generalizada malversaci¨®n de recursos. Si la regi¨®n sobrelleva el presente a trancas y barrancas, su futuro ser¨¢ accidentado, con palos de ciego y griter¨ªo pol¨ªtico.
Aunque heterog¨¦neo en la organizaci¨®n de programas y actividades productivas, la avalancha de n¨²meros rojos complica la vida de un subcontinente que registrar¨¢ el mayor desplome del producto interior desde 1930, y sumar¨¢ 29 millones de nuevos pobres, seg¨²n la Cepal. El pandem¨®nium de heridas causadas por el zarpazo de la Covid-19 agravan la fragilidad de naciones castigadas por errores cr¨®nicos, la servidumbre del endeudamiento y el poco margen para m¨¢s gasto p¨²blico sin la acci¨®n concertada de bancos centrales y organismos financieros multilaterales.
La pandemia no hace sino exponer la indefensi¨®n regional y el retraso en la implementaci¨®n de transformaciones estructurales imprescindibles. Si los indicadores de coyuntura del mundo desarrollado preocupan, el crucigrama latinoamericano agobia pues el bombardeo de millones no resolver¨¢ problemas que no solo son econ¨®micos: corrupci¨®n, inseguridad, riesgos financieros, pasivos empresariales, salidas de capital, miseria, depreciaciones y contracci¨®n de la demanda. UN largo etc¨¦tera se traducir¨¢ en familias sin ingresos, trabajo ni prestaciones, y m¨¢s carne de ca?¨®n para el populismo y la delincuencia.
Los frenazos de las locomotoras estadounidense, china y europea causar¨¢n la ca¨ªda del del turismo hacia el Caribe, y el abaratamiento del crudo azteca y de las materias primas que oxigenan las cuentas de Brasil, Argentina, Per¨² y Chile. Un alud de desgracias sobre pa¨ªses dependientes de la exportaci¨®n de minerales, productos agr¨ªcolas, ensamblaje de manufacturas, y sin redes de protecci¨®n firmes que amortig¨¹en los previsibles descensos.
Sin margen para lo contrario, las entidades financieras habilitar¨¢n l¨ªneas de cr¨¦dito y asumir¨¢n la restructuraci¨®n de deudas que nunca podr¨¢n pagarse. El FMI, el BID y el Banco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina no tendr¨¢n otra opci¨®n que relajar la condicionalidad de cr¨¦ditos y transferencias destinados a la reconstrucci¨®n econ¨®mica y el amparo de pymes y v¨ªctimas de la informalidad laboral.
Aun siendo as¨ª, los Gobiernos solicitantes de esas ayuda deber¨¢n garantizar que sean aprovechadas sin desviaciones hacia proyectos in¨²tiles o espurios y cuentas en el extranjero, como ocurri¨® a los ochenta, cuando la deuda latinoamericana con los bancos comerciales lleg¨® a significar el 50% del PIB regional. La traves¨ªa de Latinoam¨¦rica hacia la estabilidad no ser¨¢ f¨¢cil pero los estragos del coronavirus facilitar¨¢n que se emprenda con determinaci¨®n, reinventando objetivos y herramientas. FIN
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