Cuando son ellas las que miran, o las nuevas artistas ¡®millennials¡¯ marroqu¨ªes
Las creadoras visuales Randa Maroufi, Imane Djamil y Yasmine Hatimi atesoran una hermosa obra que cuestiona el cuerpo, los cuerpos, el g¨¦nero y la posible nueva masculinidad en el espacio p¨²blico
No se olvidan de donde vienen pero no son costumbristas. No quieren hacer folklore sino arte. Hoy hay, en Marruecos, un grupo de artistas millennials que est¨¢n produciendo valioso arte visual, con un sello contempor¨¢neo y rompedor, y a quienes suele costarles menos llegar a los espacios expositivos (y festivales) en el extranjero que a los de su propio pa¨ªs. Son mujeres nacidas en los a?os ochenta y noventa, en las grandes urbes magreb¨ªes (especialmente, en la fren¨¦tica Casablanca), autodidactas unas y otras formadas en el extranjero, o herederas de Faouzi Laatiris (el ¡®Duchamp marroqu¨ª¡¯).
No reh¨²san hablar de la miseria social de la desigualdad, ni dejan de dar cuenta de los graves problemas de discriminaci¨®n sexual dentro y fuera de su sociedad, pero prefieren reflexionar con lenguajes menos naturalistas que los que la herencia literaria, de cine social o de los cuentacuentos orales les impondr¨ªan.
¡°El arte mim¨¦tico est¨¢ sin duda lejos de la verdad¡±, dej¨® escrito Plat¨®n. Parece que el fil¨®sofo no se refer¨ªa solo a la imitaci¨®n que concierne a la vista, sino tambi¨¦n a lo que se oye, en particular, a la poes¨ªa. Y es poes¨ªa la palabra que seguramente pronunciar¨ªamos al dejarnos llevar por las obras visuales de estas tres artistas marroqu¨ªes que reflexionan sobre los v¨ªnculos humanos y los cuerpos en los espacios p¨²blicos de la no-ficci¨®n y tambi¨¦n en los teatrales, donde evocan conflictos de g¨¦nero y de ¨¦poca, sin necesidad de un relato informativo.
Conviene anotar sus nombres y prestar especial atenci¨®n a Randa Maroufi, Imane Djamil y Yasmine Hatimi, en este singular Ramad¨¢n (que hoy s¨¢bado 23 termina) en que sus modelos y actores habituales ¨Cla mayor¨ªa de ellos veintea?eros (y callejeros)¨C tendr¨¢n que estar guardando riguroso aislamiento sanitario en sus domicilios familiares, sitios a los que antes solo iban a comer y a dormir.
Las coreograf¨ªas de frontera de Randa Maroufi
Randa Maroufi (@randamaroufi, en Instagram) naci¨® en Casablanca y estudi¨® en la Escuela de Bellas Artes de Tetu¨¢n. Nos explica que su padre trabaj¨® siempre en Aduanas, y que de ah¨ª viene su familiaridad con el tema de la antes porosa frontera terrestre de Marruecos con Espa?a (en los bordes de las ciudades de Ceuta y Melilla). Esos pasos, ahora cerrados a causa de la epidemia de covid-19, ya hab¨ªan sido clausurados en diciembre de 2019 al contrabando-hormiga que sustentaba las econom¨ªas familiares de miles de habitantes de la regi¨®n. La ¨²ltima pieza audiovisual de Maroufi pinta un cuadro teatral de esas porteadoras sobrecargadas, obligadas a permanecer por horas, arqueadas, frente a las l¨ªneas de espera. Como en aquella Dogville, de Lars Von Trier, Bab Sebta (La puerta de Ceuta) traza las lindes geogr¨¢ficas en un plano cenital, y tambi¨¦n opta por la mirada desde arriba de esa coreograf¨ªa de la espera y el embudo humano. Se trata de una bell¨ªsima (muy bien iluminada) recreaci¨®n en estudio, con planos fijos a los que luego se les ha agregado el movimiento de c¨¢mara; a pie de calle, se libra la coreograf¨ªa de los empujones y el alivio del desenlace. La pieza ha sido seleccionada para el Kinodot Experimental Film Festival, que este a?o se celebra online hasta el 26.05.20, osea que se podr¨¢ ver en la web.
Trailer Kinodot Experimental Film Festival 2020 en Kinodot de Vimeo.
Randa cuenta con otros cortos experimentales que dan cuenta de las ¡°representaciones arquet¨ªpicas de una cultura¡± desde una teatralidad en disidencia, pero siempre con anclajes en lo real. As¨ª, en su anterior pieza, Le Park, donde pone a un grupo de adolescentes urbanos a reconstruir im¨¢genes cinematogr¨¢ficas con las que probablemente ellos decorar¨ªan su identidad en las redes sociales, se oyen los testimonios de estos j¨®venes (por ejemplo: ¡°Todo lo que los chicos hacen es para que las chicas los miren¡±). Se trata de una pieza de videoarte que pinta notablemente el presente de este continente joven y que ya adquiri¨® el Centre Nacional des Arts Plastiques de Francia, para su colecci¨®n. Tambi¨¦n puede verse durante estos d¨ªas, en abierto, en Vimeo.
Arquitectura y cuerpo femenino: Imane Djamil
?C¨®mo hacer para que unos cuerpos se reconozcan en una identidad individual y dentro de una cultura dada? Esta es quiz¨¢ la pregunta de la que parti¨® Imane Djamil (@idjamil), artista casablanquesa autodidacta, para reparar en el v¨ªnculo entre las ruinas ¨Ccomo referentes hist¨®ricos de unas relaciones humanas¨C y los seres que las observan. Inquieta, no para de viajar y de participar en experiencias de aprendizaje y de creaci¨®n (tambi¨¦n en el terreno po¨¦tico), aunque siempre regresa. En su pa¨ªs concibi¨® Copias dobles, autorretrato en espacios, un proyecto de fotograf¨ªas, textos y performances que ambient¨® inicialmente en Tarfaya, en el Sahara ¨Cque es el sitio donde cuentan que naci¨® El Principito, de Antoine de Saint Exup¨¦ry, y continu¨® en Sarajevo, en una indagaci¨®n sobre el estr¨¦s postraum¨¢tico.
En la serie Les Grandes Vacances (Vacaciones de verano), Imane se inspir¨® en el film emblem¨¢tico de Robert Doisneau para mostrar cu¨¢l es la din¨¢mica de g¨¦nero durante un verano cualquiera, en Marruecos, donde el placer de los hombres est¨¢ garantizado, mientras el cuerpo de la mujer sigue escondido o juzgado. Esta obra se exhibi¨® por primera vez en la selecci¨®n oficial de PhotoEspa?a 2018.
En este momento, Djamil trabaja en una ficci¨®n con personajes que van de lo naturalista a lo fantasmag¨®rico, y cuya trama gira en torno a un lago artificial en plena Casablanca, el Lac Oulfa, nacido de la actividad extractiva de viejas canteras y, sin embargo, de una rara belleza, tambi¨¦n velada a sus habitantes. ¡°La ciudad quer¨ªa vivir r¨¢pido y cuando surgi¨® la oportunidad, sus costas y gargantas sufrieron pactos deshonestos. Surgi¨® la protuberancia donde prevalec¨ªa el amor, seg¨²n los predecesores (¡) Vio en la superficie de su piel el impacto de su consentimiento: los gritos de sus hijos, una planta moribunda, un dique entre los bancos y el cielo, un hombre encolerizado (¡) Poco a poco, su cuerpo se adapt¨® a su nueva arquitectura (¡) Casablanca, ciertamente, no hab¨ªa heredado la gracia de las reliquias, ni el ilustre olor a madera, pero sus verdugos hab¨ªan logrado convertirla en una c¨¦lula mutante, de apariencia generosa y repulsiva¡±, escribe.
Otras masculinidades, seg¨²n Yasmine Hatimi
Yasmine Hatimi (@yamsine9) tambi¨¦n creci¨® en Casablanca, ciudad en la que asisti¨® al Colegio Espa?ol y, como paso natural, luego se form¨® en Espa?a. Vivi¨® diez a?os en Madrid, estudi¨® Fotograf¨ªa en EFTI (Centro Internacional de Fotograf¨ªa y Cine) y volvi¨® a su pa¨ªs, donde desde hace un tiempo crea series imperdibles sobre la masculinidad en Marruecos. As¨ª, en New Romantics (Los nuevos rom¨¢nticos), propone a cada modelo que elija flores con las que expresar sentimientos amorosos. En esta puesta en escena, Yasmine experiment¨® emociones encontradas frente a adolescentes que se sent¨ªan intimidados por la presencia femenina y la observaci¨®n atenta, o gratamente complacidos, en poses en las que pod¨ªan decir cosas diferentes a las viven cotidianamente.
Acerca de sus pr¨®ximos pasos, ella misma los explica: ¡°Sigo trabajando sobre la juventud masculina en Marruecos; estoy haciendo retratos en anal¨®gico, quiz¨¢ la serie se llame La caza de las mariposas. ?Te has dado cuenta de que los chicos j¨®venes en Marruecos caminan siempre en grupo? Me gusta la propuesta de aislarlos, sacarles de contexto y traerlos hacia mi mundo. La idea es extraer otra faceta de ellos, para mirarlos y que se vean de una manera nueva¡±.
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