Detr¨¢s de la ¡®mascarilla¡¯
La pandemia le ha sacado los colores al sistema escolar
Solemos escuchar y leer con frecuencia que esta pandemia est¨¢ sacando lo mejor de nosotros, y seguramente, es cierto. Nos tememos que tambi¨¦n lo menos noble. Esta afirmaci¨®n tiene su particular expresi¨®n en el ¨¢mbito de la ense?anza.
El relato que iniciamos trata de eso, de ilustrar algunas vivencias de un profesor ¡®en confinamiento¡¯, que intenta continuar sus tareas profesionales en un escenario muy diferente. El temor global a la propagaci¨®n de la enfermedad, el dolor por la p¨¦rdida de familiares, la incertidumbre y la debilidad de la respuesta del ¡®aparato¡¯ escolar han sido algunas de sus constantes.
En esta ocasi¨®n nos vamos a servir de las vi?etas de un ¡®Diario Visual¡¯. Cada estampa gr¨¢fica representa un an¨¢lisis de los claroscuros de este periodo de ¡®ficci¨®n de educaci¨®n a distancia¡¯. La secuencia cronol¨®gica de las im¨¢genes nos permite seguir la evoluci¨®n de los sentimientos, deseos, frustraciones y aspiraciones de un docente ¡®confinado¡¯.
El docente es Ram¨®n Beson¨ªas, profesor de Educaci¨®n Secundaria, del Instituto P¨²blico de Educaci¨®n Secundaria ¡®San Jos¨¦¡¯ de Badajoz, y los protagonistas de las vi?etas son sus estudiantes, las familias, la opini¨®n p¨²blica, el propio Ram¨®n y su entorno m¨¢s pr¨®ximo, que incluye a su hijo, un estudiante de tercero de ESO. Toda la colecci¨®n de ilustraciones est¨¢ alojada en un espacio virtual, al que Ram¨®n ha denominado... ¡®Diario de Campa?a¡¯.
El confinamiento general que hemos sufrido ha tenido su especificidad en el ¨¢mbito educativo, tal como destapa cada vi?eta del ¡®Diario¡¯. Se representa el inter¨¦s del docente que, tras jornadas maratonianas de horas y horas de preparaci¨®n y esfuerzo, se afana por convertir momentos de interacci¨®n online en tiempos de escucha y acogida.
Aparece el trabajo y la imaginaci¨®n del profesorado que trata de emular ¡®en confinamiento¡¯ una relaci¨®n educativa personal, organizando un entorno de aprendizaje online en el que sea posible conocer y sentir. Se intenta configurar un espacio a resguardo de la abundancia de partes de infectados y muertes, de las preocupaciones familiares sobre el futuro laboral y del ¡®efecto adormidera¡¯ cultivado por las florecientes plataformas online de entretenimiento.
Este ¡®ruido¡¯ es incompatible con cualquier aprendizaje y se amplifica al trabajar con los estudiantes que presentan m¨¢s necesidades. De Sousa Santos nos hace caer en la cuenta de que el riesgo de precariedad, expulsi¨®n, violencia o enfermedad, tambi¨¦n muerte, nunca han actuado para todos por igual; y en ¡®confinamiento¡¯, es evidente que mucho menos.
Tambi¨¦n hemos sido testigos en las redes sociales, de profesoras y profesores que han puesto a libre disposici¨®n sus materiales de trabajo, se han prestado a mantener debates con otros colegas, los han acompa?ado en el uso de las tecnolog¨ªas, mostrando, adem¨¢s, c¨®mo crear entornos virtuales de relaci¨®n.
En muchos portales de Internet y en la prensa, han proliferado las reflexiones sobre el valor de la educaci¨®n en el desarrollo personal, se ha rechazado una dominante concepci¨®n burocr¨¢tica m¨¢s preocupada m¨¢s por ¡®guardar las apariencias¡¯ (el aprendizaje de los estudiantes esta atendido desde la modalidad de ¡®Teleense?anza¡¯, afirman algunos responsables de la administraci¨®n), y se ha denunciado el irresponsable olvido de los estudiantes m¨¢s vulnerables.
Lo anteriormente apuntado ser¨ªa una muestra de lo mejor de nosotros, para la vuelta a la presencialidad de la ense?anza. Sin embargo, paralelamente han existido otros comportamientos menos prometedores, que han tenido su reflejo en las vi?etas de nuestro ¡®Diario¡¯. Se han consolidado actitudes y rutinas de ense?anza poco plausibles. Durante el confinamiento se ha abusado de las tareas acad¨¦micas, de los deberes al uso... y se ha encontrado coartada en la funci¨®n m¨¢s amedrentadora y selectiva de la calificaci¨®n escolar (si es que, si les digo que las tareas no entran en el examen, no me las hacen...).
Hemos sido testigos de las quejas de muchos ense?antes por el des¨¢nimo de sus estudiantes y por su poca o nula participaci¨®n en las conferencias grupales online, sin tomar mucha conciencia del entorno familiar carencial en el que podr¨ªan encontrarse. Tambi¨¦n hemos sufrido el ¡®desaforado¡¯ desembarco de apps, gadgets, redes... que ¡®gratuitamente¡¯ se han facilitado desde las tiendas online, los portales y los repositorios de las mayores empresas tecnol¨®gicas, interesadas en el mercado de la educaci¨®n y que han a?adido m¨¢s simplicidad y confusi¨®n al proceso de aprendizaje.
En estas circunstancias y con esta mochila de ilusiones y desencantos nos enfrentamos esperanzados a la vuelta, a las clases presenciales, a los centros escolares abiertos. Es momento de hacer recuento de lo mejor y lo peor, de lo bueno y lo menos bueno, de lo ocurrido y experimentado en esta etapa de ¡®docencia confinada¡¯. Se dice que la humanidad no suele aprender bien y r¨¢pido de sus errores y es probable que la nueva normalidad tenga mucho de calco de la vieja, para bien y para mal, pero peor ser¨ªa no intentarlo.
En nuestro recuerdo van a estar presentes, durante mucho tiempo, algunas expresiones, comentarios e im¨¢genes de este periodo en confinamiento. Nuestro deseo ser¨ªa que sirvieran de ayuda en la definici¨®n de esa nueva normalidad educativa. Se necesita convicci¨®n y no olvidarse de lo sucedido. No basta la presencialidad para asegurar que las instituciones escolares cumplan sus funciones esenciales; siendo ¨¦sta muy importante e incluso, en ocasiones imprescindible, no es suficiente. La investigaci¨®n y el conocimiento pedag¨®gico ya nos informan de que la presencia escolar en demasiadas ocasiones est¨¢ orientada a ¡°docilitar los cuerpos, a disciplinar las mentes, a escindir alma y raz¨®n¡±, (Aina Tarabini, 2020).
Viernes 13 de marzo
?ltimo d¨ªa de clase presencial
El mismo viernes que se anunci¨® el confinamiento, Ram¨®n ten¨ªa preparada en su centro una infograf¨ªa gigante que servir¨ªa para que los estudiantes distinguieran entre hechos y fakes.
Exist¨ªa una cierta cautela, pero no ten¨ªan a¨²n sensaci¨®n de riesgo. A lo sumo un ¡®al¨¦jate un metro¡¯, unas risas ignorando lo que estaba por venir, y en las alumnas y los alumnos no poco regocijo por lo que intu¨ªan iba a ser una oportunidad para perder unos d¨ªas de clase. De hecho, ya ese viernes muchos se quedaron en casa.
Nadie preve¨ªa que la cosa iba para rato; a lo sumo dieron unas breves instrucciones, mezcla de lo que se sab¨ªa y un tanto de intuici¨®n. No dio tiempo a m¨¢s. Se fueron a casa con lo puesto, menos a¨²n estaba la cosa para un abrazo, esos que hoy tanto se a?oran.
S¨¢bado 14 de marzo
Diario de Campa?a
La infograf¨ªa fue premonitoria. Desde ese d¨ªa Ram¨®n no ha dejado de garabatear lo que ve. Seg¨²n ¨¦l, emociones e ideas hiladas al vuelo. Como dec¨ªa Dickens, ¡°cuando lo hayas encontrado, an¨®talo¡±.
Declarado el estado de alarma, se cierran los centros escolares y comienza otra modalidad de ense?anza, una escuela ¡®vaciada¡¯ de ritos y rutinas, con presencias virtuales, con otros significantes y otro significado.
La confusi¨®n se adue?a del estado de ¨¢nimo de profesorado y alumnado, y la preocupaci¨®n primordial es preparar las tareas acad¨¦micas y que los estudiantes est¨¦n ocupados. En estos primeros d¨ªas, no hay lugar para otros cometidos esenciales y espec¨ªficos de cualquier escuela p¨²blica, com¨²n, obligatoria y gratuita, la de ser instrumento de igualaci¨®n social (Gimeno Sacrist¨¢n, 2000). Sin embargo, es ¨¦sta una funci¨®n que s¨®lo la puede sustentar la escuela como instituci¨®n social, m¨¢s all¨¢ de las muchas limitaciones, sesgos... y de las m¨²ltiples formas de exclusi¨®n.
20 y 21, 27 y 28 de marzo
La ficci¨®n de educar a distancia
Recientemente en la literatura especializada hemos encontrado alg¨²n trabajo que, a nuestro juicio, acertadamente ha denominado a esta modalidad de ense?anza confinada... ¡°la ficci¨®n de educar a distancia¡± (Rogero, 2020).
Esta ficci¨®n viene sustentada en una serie de presupuestos ideol¨®gicos, que tienen su reflejo en las vi?etas de este ¡®Diario¡¯.
Por ejemplo, se piensa sin reparo, que ¡°pueden ense?arse contenidos esenciales a distancia¡±, sin advertir la necesidad de interacci¨®n presencial para el aprendizaje, la dificultad de trabajar y evaluar el trabajo en equipo o la participaci¨®n democr¨¢tica, la gesti¨®n de las emociones, la resoluci¨®n de conflictos y un largo etc¨¦tera.
Otro de los presupuestos, consiste en creer que ¡°la madre o el padre tienen el tiempo y las capacidades para sustituir al docente¡±; una opci¨®n que ser¨ªa s¨®lo parcialmente posible en ¡°familias con condiciones materiales, tiempo y formaci¨®n suficiente como para llevarla a cabo¡±, m¨¢s all¨¢ de la necesaria disponibilidad de habilidades pedag¨®gicas para el desempe?o de las tareas de ense?anza.
La idea tambi¨¦n de que ¡°el hogar puede sustituir a la escuela¡±, cuando sabemos que cuatro de cada diez ni?os y ni?as viven en hogares sin condiciones adecuadas, agravadas de forma pronunciada cuando hay bajos ingresos: ¡°El 62 % del alumnado que vive en los hogares del quintil m¨¢s pobre tiene alguno de estos problemas, por el 16 % de quienes viven en el quintil m¨¢s rico¡± (Rogero, 2020; sobre microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida 2016).
Se instaura tambi¨¦n la creencia de que ¡°el sistema educativo est¨¢ preparado para ense?ar a distancia¡±, otro presupuesto desmentido por la evidencia; o se considera que ¡°la emergencia sanitaria no afecta emocionalmente al alumnado¡±, es decir, que los miles de personas que han necesitado hospitalizaci¨®n o que han muerto durante la pandemia, han sido una circunstancia irrelevante.
31 de marzo, 1 y 2 de abril
No lo duden, el curso ha acabado
¡ª Ram¨®n Beson¨ªas: ¡°A¨²n me pasa. Menos, pero me pasa, esa sensaci¨®n de estar molestando a mis estudiantes con tareas ¡ªpocas, aisladas, motivadoras... Pod¨¦is elegir el calificativo que dese¨¦is.
.... imagina uno de estos alumnos cuando lleg¨® a casa al decretarse el confinamiento. Sin apoyo familiar, sin ambiente de trabajo en casa, sin h¨¢bitos, sin medios y con numerosos problemas serios que le comen el ¨¢nimo al m¨¢s pintado. La educaci¨®n no deja de ser el menor de los problemas para estas familias. Me temo que en septiembre seguir¨¢ siendo as¨ª...¡±
Los alumnos y las alumnas de ESO, en estos momentos, apenas responden. Han intuido sabiamente que el curso ya ha acabado, que ense?ar se ense?a en un aula, que ?vale, es guay eso de las Tics!, pero en clase, cara a cara.
Muchos no ten¨ªan medios digitales, pero no es ¨¦sa la causa principal de ausentarse, de no estar en el ¡®meet¡¯ (encuentro virtual), de esquivarse unos y otros; los estudiantes no acaban de entender eso de aprender si no es con un profesor o una profesora cerca. Para estudiantes, docentes y familias la instituci¨®n educativa vuelve a recobrar su relevancia educativa como entorno esencial de socializaci¨®n.
En el fondo es de alabar esa rebeld¨ªa inconsciente y su desaire a aquellos que creyeron ver en este confinamiento una oportunidad para demostrar que ense?ar online de forma masiva es posible e innovador, sin el arbitrio de la mirada. Dej¨¦mosles sanar las heridas que de seguro est¨¢ dejando, dejar¨¢ esta distop¨ªa, y esperemos que juntos, si puede ser a menos de dos metros, podamos compartirlas.
?Despu¨¦s de mucho m¨®vil y mucha ¡®plei¡¯, lo que aflora en el fondo son emociones de soledad, de necesidad de risa, afecto, libertad... y de ver a los amigos!
14 y 15 de abril
Amazon agota sus existencias de impresoras
La investigaci¨®n pedag¨®gica insiste en afirmar que la competencia digital docente y el uso de las tecnolog¨ªas no est¨¢ en conocer el ¨²ltimo gadget tecnol¨®gico, sino en el uso pertinente, centrado en el estudiante y en el tipo y grado de aprendizaje que se desea promover.
Las tecnolog¨ªas al servicio de un planteamiento pedag¨®gico con sentido necesitan estar disponibles para todos, en su acceso y dominio, plantearse desde un uso cr¨ªtico y consciente y alimentar el placer de aprender y ense?ar. Nada que ver con imprimir apuntes y deberes para enviar por correo postal o electr¨®nico.
No parece que estas recomendaciones de la investigaci¨®n hayan inspirado el uso dominante que se ha hecho de las tecnolog¨ªas durante esta pandemia.
¡ª Ram¨®n Beson¨ªas: ¡°Los alumnos de la ESO recibieron tarde los port¨¢tiles y aun as¨ª la mayor¨ªa no se han sumado a las tareas del profesorado, y no solo por la falta de medios. Los alumnos m¨¢s vulnerables est¨¢n menos preparados para adaptarse a un entorno de aprendizaje ¡®online¡¯.¡±
Es esta desigualdad de oportunidades y de condiciones para el aprendizaje la que ha quedado expuesta, en toda su crudeza, durante este periodo de ¡®escuela confinada¡¯. La pandemia le ha ¡®sacado los colores¡¯ al sistema escolar.
La situaci¨®n de cierre de la escuela presencial a la que nos hemos visto sometidos brinda una oportunidad ¨²nica para probar a qui¨¦n le ha perjudicado m¨¢s esta situaci¨®n. Seguro que nos adelantamos respondiendo que¡a los de siempre. Es verdad que en estas circunstancias la respuesta se ha hecho evidente. Tengamos en cuenta que adem¨¢s de la llamada brecha digital, han existido diferentes activaciones del capital cultural y social de unas familias y de otras y diferentes acciones desplegadas por los distintos tipos de centros que ahondan esa desigualdad.
El sue?o de las TIC produce monstruos.
21 de abril
¡®Anoche tuve un sue?o muy malo... que esto se alargaba¡¯
Han transcurridos los d¨ªas y Ram¨®n comienza a tomar conciencia de que las experiencias que se estaban viviendo y lo que estaban aprendiendo sus alumnos y alumnas durante este confinamiento no estaban recogidas en los curr¨ªculos oficiales, ni pod¨ªan cifrarse en una herramienta de evaluaci¨®n como la r¨²brica.
Algunos docentes y estudiantes pueden pensar que estas semanas han sido una excelente oportunidad para aprender online. Sin embargo, a la luz de las reflexiones de los estudiantes, no parece ser cierto.
Este modelo de ense?anza improvisado, a trasmano, m¨¢s interesado por mantener una irreal sensaci¨®n de normalidad educativa que por honesta voluntad de servicio, ha generado en estudiantes y docentes un estr¨¦s a?adido al que ya de por s¨ª supone el confinamiento.
No hicieron falta muchos d¨ªas para que el profesorado descubriera que su principal objetivo no iba a ser facilitar una continuidad, del todo innecesaria y altamente disruptiva. M¨¢s bien se tratar¨ªa de no agravar la situaci¨®n del alumnado, hacerles el camino m¨¢s llevadero, acompa?arlos, cuidarlos. En eso se iba a convertir la raz¨®n de su tarea. Simplemente en estar ah¨ª, que lo supieran, sin apenas molestar.
En estos momentos, la preocupaci¨®n ya no era esencialmente curricular, ni mucho menos, se trataba de aprovechar las oportunidades que brinda la relaci¨®n telem¨¢tica para sacar fuera de s¨ª lo que sent¨ªan y pensaban en este tiempo de educaci¨®n confinada.
En definitiva, lo mismo que hac¨ªa Ram¨®n al volcar sus sensaciones, reflexiones y comentarios en el diario visual. La incertidumbre les igualaba, la frontera impostada entre estudiantes y docentes se dilu¨ªa por momentos, y una sana necesidad de compartir parec¨ªa crecer en todos.
26 de abril
La escuela seguir¨¢ necesitando no solo dos capas de pintura, sino vigas nuevas que la sostengan
¡ª Ram¨®n Beson¨ªas: ¡°Quiero ser optimista y pensar que el cambio que provoc¨® en nosotros la necesidad de ofrecer respuestas, cuando acabe esto, sin sentir ya la obligaci¨®n, sea la voluntad quien lo haga posible. Pero s¨¦ que somos animales de costumbres, que por mec¨¢nica cl¨¢sica un cuerpo no se mueve si no hay otro cuerpo que lo mueva o una fuerza interna que lo haga posible."
Ram¨®n sigue comentando estas singulares circunstancias y con cierto temor manifiesta... ¡°lo m¨¢s probable es que el docente que ten¨ªa miedo a no terminar el temario siga obsesionado con ello, y el que disfrutaba innovando, siga practicando, haya coronavirus o no. O puede, qui¨¦n sabe, que est¨¦ equivocado, y a la sombra de este infortunio, heridos de incertidumbre, hayamos aprendido algo, a ser m¨¢s emp¨¢ticos, a escuchar, a valorar eso de que a un ni?o lo educa toda la tribu, que ir cada docente a lo suyo en su aula, con sus asignaturas, libros y costumbres quiz¨¢ sea c¨®modo, pero con el tiempo nos aleja de las necesidades reales de nuestros alumnos¡±.
Es posible que cuando se enfr¨ªen los afectos, libres de temor, cada mochuelo volver¨¢ a su olivo, feliz en su rutina. Pero la escuela, no lo duden, seguir¨¢ necesitando no solo dos capas de pintura, sino vigas nuevas que la sostengan. Y braceros que se atrevan con esa empresa ?Te apuntas?
1 y 2 de mayo
En tiempos de incertidumbre, ¡®a la saya se le ve el refajo¡¯
Se quejan con raz¨®n y sin remedio los trabajadores de la cultura ¡ª actrices y actores, escritores y escritoras, libreras y libreros...¡ª de que se les ningunea, no se les considera ¡®esenciales¡¯. Suele pasar lo mismo con la educaci¨®n.
En tiempos de incertidumbre, a la saya se le ve el refajo. Somos una sociedad de bar, playa y cemento. Lo dem¨¢s, est¨¢ bien, pero no tanto, de asueto vale, pero cuando hablamos de la faltriquera, sobran maestros.
La escuela sigue siendo un lugar apacible donde resguardar infantes y tener a los padres tranquilos y hacendosos.
¡ª Ram¨®n Beson¨ªas: ¡°No importa qu¨¦ se hace dentro si el ni?o me aprueba y el maestro no llama a casa. ?Innovar?, ?que innoven otros!, como dir¨ªa el maestro Unamuno. A la escuela se viene a estudiar y a aprobar la selectividad. Lo dem¨¢s es literatura, peor, poes¨ªa. Vano af¨¢n. ?Ains, ya me puse en plan Echanove! Un segundo m¨¢s y mento a la ministra Cela¨¢.¡±
D¨ªa 1 de mayo ?Feliz d¨ªa del trabajo!
Ep¨ªlogo
Este diario de vida docente se ha iniciado, pero nos queda a¨²n mucho que aprender y compartir de c¨®mo docentes y estudiantes se han ¡®adaptado¡¯, por supervivencia, de manera poco deseable, a este escenario de carencias institucionales. Constatar c¨®mo las administraciones educativas han pecado de cortoplacismo y han liderado a expensas de ¨®rdenes de intendencia, sin planes efectivos de prevenci¨®n y apoyo efectivo. De c¨®mo la urgencia del cuidado ha quedado eclipsada por la instrucci¨®n mec¨¢nica, la letan¨ªa de la tarea, el registro, la acumulaci¨®n de burocracia, de informes que aseguren de cara a la galer¨ªa una normalidad a todas luces anormal y dantesca.
Lecturas
Propuestas para impulsar el derecho a la educaci¨®n durante la emergencia. Frenar el virus, no la educaci¨®n. UNICEF Espa?a. Abril, 2020.
Francisco Imbern¨®n, Rodrigo Juan Garc¨ªa, Javier Esteban Marrero y Julio Rogero. Vivencias de un profesorado en confinamiento. Blog 'Por Otra Pol¨ªtica Educariva' en El Diario de la educaci¨®n. 25 mayo, 2020.
Repensar el actual estado de dotaciones de nuestro sistema escolar, las ratios infladas sin pudor y la tentaci¨®n de adoptar modelos presupuestarios d¨¦biles, maquillados de supuesto reformismo, pero que intentar¨¢n eliminar l¨ªneas, adelgazar plantillas y privatizar servicios p¨²blicos... De todo esto hablaremos en el siguiente post.
Continuar¨¢...
(*) Versi¨®n para profesionales en ResearchGate (Descargar en pdf).(**) Ram¨®n Beson¨ªas Rom¨¢n es docente de Filosof¨ªa en el IES San Jos¨¦ de Badajoz y coordinador TIC del centro. Un profesional proactivo en rrss y colaborador en numerosos proyectos de trabajo colectivo y de innovaci¨®n educativa, principalmente relacionados con el uso del pensamiento visual, la radio y los audiovisuales, como Radio San Jos¨¦ (proyecto de radio), Filosof¨ªa por un tubo (proyecto de Visual Thinking en el aula de Filosof¨ªa), ocaSTEM (proyecto colaborativo de ciencia inclusiva y rob¨®tica), Dib¨²jamelas (proyecto colaborativo sobre Visual Thinking), Diario de campa?a (diario visual durante el confinamiento), Dibucedario 2020 (reto: crear una ilustraci¨®n cada d¨ªa de enero), History of art... all art (dise?o gr¨¢fico sobre mujeres pintoras), Frenteal coronavirus, act¨²a (infograf¨ªas), Dibucedario 2019 (reto: crear un marcap¨¢ginas cada d¨ªa de enero), Historia de Pepa y Pepe (dise?o gr¨¢fico de la escalera de la violencia de g¨¦nero), ?Cu¨ªdate, mujer!(dise?o gr¨¢fico en lectura f¨¢cil de gu¨ªa contra la violencia de g¨¦nero), Zona libre de acoso (proyecto educativo con estudiantes de ESO), Historia de mi m¨®vil (reto educativo con estudiantes de ESO), En mi verso soy libre (ilustraciones del concurso de relatos Aulas Hospitalarias), Buzones rojos (proyecto radiof¨®nico de educaci¨®n afectivo-sexual), Ficcionario (proyecto colaborativo internacional de palabras inventadas), eduKacine (ciclo de cine y educaci¨®n, proyecci¨®n y elaboraci¨®n de materiales). Colabora en talleres formativos para docentes y ha colaborado en ¡®Escuelas en red¡¯, con el post: Yo no me meto! ?No sea que...! ?Yo no he visto nada!...(***) Agradecemos a estudiantes, docentes y familias de la comunidad educativa del IES ¡®San Jos¨¦¡¯ de Badajoz el apoyo a esta concepci¨®n, modo de analizar y ejercer la ense?anza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.