La otra cara de las estrellas del f¨²tbol: as¨ª ayudan a su comunidad cuando nadie los ve
Ganan fortunas, son adorados por millones, a menudo se presentan al mundo con una imagen exc¨¦ntrica y algunos viven rodeados de controversia. Pero muchos vienen de ambientes pobres y ahora, con medios y poder, no los han olvidado
Keita Bald¨¦
Hasta hace un par de d¨ªas Keita Bald¨¦ (Arbucias, 1995) era una antigua promesa de la cantera cul¨¦ que, tras no haber encontrado su hueco en un equipo plagado de estrellas, hab¨ªa buscado acomodo en otras ligas europeas. Pero hoy el actual jugador del M¨®naco ocupa titulares por un suceso ajeno al f¨²tbol. Mientras el mundo contemplaba estupefacto las revueltas raciales de Estados Unidos, este hispano-senegal¨¦s nos ha mostrado que no tenemos que mirar muy lejos para consternarnos por el racismo. Indignado por la situaci¨®n de 200 temporeros senegaleses que viv¨ªa en las calles de Lleida, decidi¨® tomar cartas en el asunto y ofrecer su ayuda: durante cuatro meses les financiar¨ªa alojamiento, ropa y alimento. Gracias a la ayuda de la activista Nogay Ndiaye la maquinaria se puso a funcionar, pero su sorpresa fue que ni siquiera con dinero pod¨ªa conseguirles un techo porque los hoteles de Lleida se negaron a alojarlos.
La operaci¨®n, que iba a ser an¨®nima, se hizo viral cuando el internacional por Senegal explot¨® en un directo de Instagram: "Si no quieren ayudar que no lo hagan, pero que dejen que los dem¨¢s ayuden¡±. Tras el rechazo inicial ha encontrado un alojamiento para al menos sesenta de esos trabajadores en un edificio de tres plantas que todav¨ªa carece de luz y agua. La raz¨®n de su gesto tiene una explicaci¨®n muy sencilla y muy lejos de la b¨²squeda de una publicidad que no necesita: ¡°Soy padre y quiero que le quede un mundo mejor a nuestros hijos. Si uno solo puede ayudar a doscientos, pensemos en qu¨¦ mundo podr¨ªamos construir entre todos¡±. Que los vecinos de la zona del inmueble que acoger¨¢ a los trabajadores se hayan empezado a quejar deja claro que falta mucho para ese ¡°todos¡±.
Sadio Man¨¦
El delantero del Liverpool Sadio Man¨¦ (S¨¦dhiou, 1992), es una de las grandes estrellas del mercado actual, un delantero ¨¢gil e impredecible por el que se pelean los mejores clubs de Europa. Pero si hay algo que encandila a los que le conocen, aparte de su regate el¨¦ctrico y su trabajo constante en el campo, es su actitud fuera de ¨¦l. Con un sueldo anual de unos quince millones de euros y un precio en el mercado de 120 millones seg¨²n Transfermark (al menos antes que el coronavirus pusiese el mundo patas arriba,) Man¨¦ no es el tipo de megaestrella del bal¨®n al que estamos acostumbrados. Y lo certifican las declaraciones que hizo al programa de la televisi¨®n senegalesa Talents d'Afrique: "?Para qu¨¦ querr¨ªa yo tener diez Ferraris, veinte relojes de diamantes o dos aviones, qu¨¦ cambiar¨ªan estos objetos para m¨ª y para el mundo?¡±.
Un discurso poco habitual en una futbolista de ¨¦lite que se viraliz¨®, al igual que el v¨ªdeo en el que se le ve ayudar a un utillero a descargar unos bidones de agua mientras sus compa?eros de la selecci¨®n de Senegal pasan de largo. U otro en la que le vemos limpiar los ba?os de la mezquita de la que es devoto. Pero lo suyo no son s¨®lo palabras o peque?os gestos: tambi¨¦n colabora econ¨®micamente con un programa de prevenci¨®n del VIH en Malawi y don¨® 300.000 euros para levantar una escuela en su natal Bambaly cuyas obras supervisa durante sus vacaciones. Adem¨¢s, proyecta la construcci¨®n de un hospital y entrega mensualmente 70 euros a cada una de las familias de su paup¨¦rrimo barrio. Este rara avis del f¨²tbol de ¨¦lite no asiste a esas fiestas que cada cierto tiempo sacuden los cimientos de la Premier, no lleva tatuajes y no se pasa horas ante la Playstation, porque tiene muy claras sus prioridades: "Yo pas¨¦ hambre, trabaj¨¦ en el campo, jugu¨¦ descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente¡±.
Juan Mata
El de Juan Mata (Villafranca Montes de Oca, 1988) es uno de los primeros nombres que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en solidaridad en el mundo del bal¨®n. Tras ganar la Champion con el Chelsea en 2012, el centrocampista se detuvo a observar la celebraci¨®n de sus compa?eros en el vestuario y lo que vio fue a un grupo de distintas nacionalidades y credos compartiendo una alegr¨ªa com¨²n, un gesto que le hizo pensar que si aquel equipo hab¨ªa aprovechado su uni¨®n para lograr una de las grandes metas de un futbolista, todos los futbolistas del mundo podr¨ªan hacerlo para conseguir un objetivo m¨¢s elevado.
Aquel pensamiento se materializ¨® en 2017 en Common Goal, una iniciativa auspiciada bajo el paraguas de Streetfootballworld ¨Cuna ONG que apoya a m¨¢s de 120 organizaciones en todo el mundo¨C y cuyo objetivo es que el mundo del f¨²tbol sirva como herramienta para paliar las desigualdades sociales. El requisito para ingresar en este club consiste en donar el 1% del sueldo a proyectos de apoyo a los ni?os vulnerables y ya incluye a 150 futbolistas y entrenadores entre los que se encuentran estrellas como Chiellini de la Juve, Matts Hummels del Borussia Dortmund , Kasper Schmeichel del Leicester, Shinji Kagawa del Zaragoza, las norteamericanas Alex Morgan y Megan Rapinoe y tambi¨¦n futbolistas retirados como Eric Cantona.
Cristiano Ronaldo
Ha ganado una Eurocopa, cinco Champions League y cinco balones de oro y su rivalidad con Messi ha sido uno de los atractivos de la Liga durante la pasada d¨¦cada, pero hay un top que ha encabezado del que no se habla tanto y que probablemente sea uno de los que le haya sentir m¨¢s orgulloso. En 2015, la web Athlete Gone Good nombr¨® a Cristiano Ronaldo (Funchal, 1985) el deportista m¨¢s solidario del mundo. Un reconocimiento que a veces cuesta asociar a un jugador cuya actitud en el campo y en las redes sociales tiene muchas veces un punto de ego¨ªsmo y arrogancia.
Pero lo cierto es que el portugu¨¦s es uno de los que primero se ofrece para ayudar ante las tragedias como cuando en 2017 sufrag¨® los gastos m¨¦dicos de 370 afectados por los incendios de Portugal. Su ayuda es de lo m¨¢s diversa, desde una donaci¨®n a un ni?o que requer¨ªa cirug¨ªa cerebral, hasta los 150.000 d¨®lares que don¨® para ayudar al centro en el que su madre se estaba tratando de un c¨¢ncer, pasando por las campa?as contra el ?bola, la potabilizaci¨®n de agua en Brasil y el apoyo a las campa?as de donaci¨®n de sangre y plasma; ¨¦l mismo es donante y lo comparte en sus redes sociales para crear conciencia. Y, por supuesto, se ha implicado en la lucha contra el coronavirus: junto a su agente Jorge Mendes don¨® cuatro millones de d¨®lares para equipar cuatro UCIS en Portugal.
Lionel Messi
Aunque su car¨¢cter es muy diferente tanto dentro como fuera del campo al de Cristiano Ronaldo, su gran rival por el t¨ªtulo de mejor jugador del mundo, su actitud solidaria no es muy distinta. Lionel Messi (Rosario, 1987) ejerce una labor de ayuda a los necesitados que ocupa menos titulares que sus goles, pero tiene la misma o m¨¢s relevancia. Una noticia que sorprendi¨® a los que la desconocen fue el hecho de que en su boda con Antonella, su amor de la infancia, no hubo regalos, el diez s¨®lo pidi¨® donaciones para Techo, una ONG que ayuda a m¨¢s de tres millones de personas en Argentina. Precisamente en las zonas m¨¢s desfavorecidas de su pa¨ªs es d¨®nde mejor conocen su labor silenciosa porque cuando realiza subastas ben¨¦ficas, visita a hospitales o realiza donaciones no suele haber c¨¢maras presentes. Donde s¨ª las hay es en sus acciones a favor de Unicef, de quien es embajador desde 2004 porque para ellos lo m¨¢s importante es la visibilidad que les aporta como estrella global.
Adem¨¢s de colaborar con Unicef, tambi¨¦n desarrolla distintos proyectos desde su fundaci¨®n creada en 2007, como la colaboraci¨®n con distintos hospitales de Barcelona, lo que le llev¨® a recibir la Creu de Sant Jordi otorgada por la Generalitat de Catalunya. Por supuesto, tambi¨¦n ha querido unirse a la lucha contra el coronavirus y ha donado un mill¨®n de euros a repartir entre un hospital argentino y el Clinic de Barcelona.
David Beckham
Hay quienes han criticado que las diversas campa?as solidarias del rubio exfutbolista son una manera de promocionarse, pero lo cierto es que con una imagen tan poderosa como la suya el beneficio es mayor para las acciones en las que se implica que para ¨¦l mismo. Eso pens¨® tambi¨¦n Unicef cuando nombr¨® a David Beckham (Londres, 1975) Embajador de Buena Voluntad.
Tras su retirada, el legendario siete del Manchester United se mueve con igual soltura por las sesiones de fotos de moda que por las campa?as de concienciaci¨®n contra el maltrato f¨ªsico o sexual contra los ni?os. En el trabajo que lleva desarrollando para Unicef desde hace m¨¢s de una d¨¦cada ha viajado a pa¨ªses como Camboya o Indonesia para conocer de primera mano la violencia que sufren los ni?os, el acoso escolar y el matrimonio infantil.
Didier Drogba
Para el Chelsea, club con el que gan¨® catorce t¨ªtulos, es un h¨¦roe, pero para su pa¨ªs, Didier Drogba (Abiyan, 1978) es un icono, una figura esencial que trasciende lo deportivo gracias a sus gestos fuera del campo. El m¨¢s significativo fue el que tuvo lugar en octubre de 2005 cuando tras conseguir por primera vez la clasificaci¨®n de Costa de Marfil para un mundial se arrodill¨® junto a sus compa?eros, tom¨® el micr¨®fono y se dirigi¨® a sus compatriotas: "Ciudadanos del norte, del sur, del este y del oeste: les pedimos de rodillas que se perdonen los unos a los otros. Un gran pa¨ªs como el nuestro no puede rendirse al caos. Abandonen las armas y organicen unas elecciones libres". Unas palabras que consiguieron que un semana despu¨¦s se firmase un alto al fuego tras tres a?os de guerra sangrienta que ya hab¨ªan provocado cuatro mil muertos.
No fue la ¨²nica vez que sus palabras trajeron paz a su castigado pa¨ªs. En 2007 consigui¨® que se celebrase un partido de la Copa de ?frica en Bouak¨¦, el territorio marfile?o m¨¢s castigado por la guerra, al que acudieron los l¨ªderes de ambos bandos. "Ver a los dos bandos juntos, cantar al un¨ªsono el himno de mi pa¨ªs fue muy especial. Sent¨ª que Costa de Marfil volv¨ªa a nacer", declar¨® emocionado. Por acciones como esa, la ONU lo nombr¨® embajador itinerante y la revista Time lo nombr¨® una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo.
Pero la ayuda a su pa¨ªs no se ha limitado a los gestos. Tambi¨¦n ha utilizado su dinero para construir cinco hospitales con una ¨²nica condici¨®n: que todos los servicios a los ni?os necesitados sean gratuitos. Como muchos jugadores del continente africano, sabe lo que es vivir una infancia llena de necesidad. Ahora puede usar su poder para aliviar la de los dem¨¢s.
Jermain Defoe
La historia que conmocion¨® a los aficionados brit¨¢nicos en 2016 se desarroll¨® lejos de los campos de juego. Durante a?o y medio, el pa¨ªs entero se mantuvo en vilo pendiente de la fr¨¢gil salud de Bradley Lowery, un ni?o de apenas 6 a?os enfermo de neuroblastoma, un c¨¢ncer terminal, cuya historia se populariz¨® gracias a su entra?able amistad con el internacional Jermain Defoe (Londres, 1982). El delantero, hoy en las filas del Rangers, jugaba por entonces en el Sunderland, el equipo favorito del peque?o Lowry y cuyas andanzas consegu¨ªan hacerle evadirse de su realidad. Todo el club se volc¨® con ¨¦l, al igual que el resto de la Premier, pero nadie se implic¨® tanto como su jugador favorito.
Defoe, que se reun¨ªa con ¨¦l siempre que sus compromisos se lo permit¨ªan, ayud¨® a visibilizar su situaci¨®n y a recaudar la inmensa suma que su tratamiento costaba en Estados Unidos: casi un mill¨®n de d¨®lares, de los cuales parte fueron donados por el Everton, otro club que tambi¨¦n quiso colaborar con el peque?o hincha. Un tratamiento que nunca lleg¨® a recibir porque la enfermedad avanz¨® demasiado r¨¢pido. El internacional entr¨® de la mano del ni?o al campo en un partido de la selecci¨®n inglesa contra Lituania y le dedic¨® su gol, uno de los momentos m¨¢s emocionantes en la corta vida del peque?o, seg¨²n su madre. Pero nada emocion¨® tanto a todos los que segu¨ªan la historia con el coraz¨®n encogido como unas im¨¢genes en las que se ve¨ªa al jugador dormido en la cama de un Lowry ya muy enfermo que no quer¨ªa separarse nunca de su ¨ªdolo.
Durante casi dos a?os, Lowery recibi¨® toda clase de tratamientos y su ¨ªdolo Defoe permaneci¨® a su lado. Cuando lleg¨® el triste desenlace, un Defoe destrozado escribi¨®: "La manera en la que dec¨ªas mi nombre, tus sonrisas cuando la c¨¢mara ven¨ªa como una superestrella y el amor que sent¨ªa cuando estaba contigo. Tu coraje y valent¨ªa seguir¨¢n inspir¨¢ndome por el resto de mi vida. Nunca sabr¨¢s la diferencia que causaste en m¨ª como persona. Dios te tiene en sus brazos y yo siempre te llevar¨¦ en mi coraz¨®n. Duerme profundamente, peque?o. Mi mejor amigo". Un a?o despu¨¦s quiso rendir un homenaje m¨¢s al peque?o tatu¨¢ndose su nombre en la mu?eca.
?scar de Marcos
Al igual que en el caso de Keita Bald¨¦, la labor social de ?scar De Marcos (Laguardia, 1989) tambi¨¦n se desvel¨® a trav¨¦s de las redes sociales, aunque en este caso involuntariamente. En 2018 descubrimos que el lateral derecho del Athletic de Bilbao acud¨ªa todos los viernes al departamento de oncolog¨ªa infantil del hospital de Cruces en Barakaldo para visitar a los ni?os enfermos. Lejos de c¨¢maras, De Marcos se pasaba horas charlando con los ni?os y con sus familias, un suceso que hab¨ªa pasado desapercibido para los medios hasta que varias de las personas que le reconocieron quisieron agradecer su labor en sus redes sociales, algo que no le gust¨® demasiado porque temi¨® que alguien pensase que era un gesto cara a la galer¨ªa.
No lo era. El alav¨¦s colabora habitualmente con causas humanitarias en Sudam¨¦rica y ?frica, un trabajo que cuenta en su autobiograf¨ªa Togo. Un libro cuyo origen est¨¢ en una visita a un centro de misioneros salesianos donde el jugador trabaj¨® como voluntariado. ¡°?frica me ha quitado de un guantazo toda burbuja protectora, toda tonter¨ªa, toda fama¡±, escribi¨® en un libro que es tambi¨¦n el repaso de la vida exitosa de un jugador que busc¨® dar alegr¨ªa m¨¢s all¨¢ del campo de f¨²tbol.
Steven Naismith
Una de las principales peculiaridades de la forma de entender el f¨²tbol del pa¨ªs que lo invent¨® es el profundo arraigo que se crea entre los seguidores y los clubs y tambi¨¦n entre muchos futbolistas y la comunidad que los acoge. Un buen ejemplo de ello es el internacional escoc¨¦s Steven Naismith (Irvine,1986), jugador en su momento de hist¨®ricos como el Everton o el Norwich que actualmente pertenece a las filas del Heart of Midlothia de Escocia. Su infancia en un pueblo escoc¨¦s asolado por la reconversi¨®n de la miner¨ªa le hizo ser consciente de lo fr¨¢gil que puede ser el estado de bienestar. A la modesta econom¨ªa familiar se sum¨® una dislexia que le hizo objeto de burlas por parte de sus compa?eros y que le llev¨® a refugiarse en el f¨²tbol. Por ello ahora utiliza su fama y su situaci¨®n econ¨®mica para colaborar con organizaciones no gubernamentales como Dyslexia Scotland o la Glasgow Helping Heroes, asociaci¨®n que ayuda a los veteranos de guerra.
Tambi¨¦n aporta su tiempo y su dinero a Loaves and Fishes, una ONG que ayuda a personas sin hogar y desde hace casi una d¨¦cada es habitual verle ayudando en sus comedores y entre los fogones durante la Navidad para dar comida caliente a los vecinos m¨¢s desfavorecidos. Algo que tambi¨¦n hac¨ªa en Liverpool mientras era jugador del Everton, en un comedor en el que las camisetas de su club se mezclaban con las de los Reds, su gran rival, porque para Naisimith ¨Cque s¨®lo lamenta no poder ayudar m¨¢s¨C, la solidaridad no entiende de colores.
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