Todo lo que nos falta para lograr la inmunizaci¨®n universal contra el coronavirus
La experiencia de organizaciones como Gavi ofrece lecciones valiosas en la lucha contra la covid-19
Londres acoge hoy la conferencia internacional de refinanciaci¨®n de Gavi, la Alianza Mundial por la Inmunizaci¨®n. El objetivo son 7.400 millones de d¨®lares para financiar programas de vacunaci¨®n en 73 pa¨ªses pobres del planeta. En plena crisis del coronavirus, el ¨¦xito de esta organizaci¨®n puede determinar la estrategia mundial contra la pandemia. El desarrollo de una vacuna supone un proceso complejo de al menos una d¨¦cada, en el que buena parte de las candidatas se quedan en el camino por ser poco seguras o ineficaces. La del coronavirus est¨¢ tratando de reducir ese plazo a la friolera de 18 meses, tensando las costuras de los sistemas de investigaci¨®n, producci¨®n y distribuci¨®n con los que cont¨¢bamos hasta este momento. Ante este panorama, la experiencia de Gavi y de otras iniciativas de naturaleza similar ofrece valiosas lecciones. Estas son cuatro de ellas:
1. Los desaf¨ªos cient¨ªficos y financieros de este proceso son, posiblemente, los que menos nos deben preocupar. Salvo sorpresas, la catarata de financiaci¨®n disponible nos permitir¨¢ tener una o varias vacunas eficaces en los pr¨®ximos meses. Entonces nos enfrentaremos a problemas m¨¢s pedestres, como envasar y transportar las dosis. Lo explican mis compa?eros Rafael Vilasanjuan y Adelaida Sarukhan en un an¨¢lisis publicado hoy por ISGlobal: el mundo cuenta con un stock de 200 millones de viales, necesitamos 4.000 y actualmente no tenemos la capacidad de producirlas (o el incentivo para invertir y quedarse con una infraestructura no necesariamente ¨²til). Por no hablar de una distribuci¨®n que precisar¨¢ una red que a¨²n es d¨¦bil o inexistente en buena parte del planeta.
2. Vamos a necesitar organizarnos mejor de lo que lo hemos hecho hasta ahora. M¨¢s all¨¢ de los juegos de distracci¨®n de Donald Trump, la realidad es que la gobernanza de la salud global lleva casi dos d¨¦cadas construy¨¦ndose en paralelo a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). La crisis del coronavirus ha dado lugar a un liderazgo de facto en el que organizaciones multilaterales y p¨²blico-privadas se reparten el trabajo en la b¨²squeda, producci¨®n y distribuci¨®n de diagn¨®sticos, tratamientos y vacunas. El llamado ACT-Acelerador (ver figura adjunta) es una respuesta temporal a un desaf¨ªo concreto, pero me sorprender¨ªa mucho que, tras esta experiencia, las cosas volviesen a su lugar original. La nueva gobernanza de la salud global est¨¢ obligada a aprovechar lo mejor de cada parte ¨Ctambi¨¦n de actores privados como sociedad civil, empresas y fil¨¢ntropos¨C, bajo el mandato de un liderazgo multilateral,? representativo y democr¨¢tico.
3. Si se permite a las farmac¨¦uticas comportarse como lo hacen habitualmente, nos vamos al carajo. El modelo global de propiedad intelectual concede al propietario de una patente un poder casi omn¨ªmodo para definir precios, producci¨®n y distribuci¨®n de un medicamento. Y eso, sencillamente, no nos vale en este momento. Como se?alan Vilasanjuan y Sarukhan, existen opciones m¨¢s o menos coercitivas que permitir¨ªan a los gobiernos garantizar un retorno razonable a las compa?¨ªas por el riesgo de sus inversiones, al tiempo que se asegura un volumen suficiente de vacunas, a precios accesibles para la mir¨ªada de pa¨ªses que las van a necesitar. Mucho m¨¢s cuando son los contribuyentes quienes han hecho posible todo el proceso gracias a la fabulosa inversi¨®n p¨²blica que est¨¢n realizando nuestros Estados.
4. La covid-19 no es la ¨²nica enfermedad que necesita una vacuna. Ni siquiera es la m¨¢s mort¨ªfera. La principal amenaza del coronavirus no est¨¢, parad¨®jicamente, en sus v¨ªctimas directas, sino en las que podr¨ªa provocar al desplazar otras prioridades de la salud global. Como recuerda un informe hecho p¨²blico hoy por la organizaci¨®n Every Breath Counts, 2,6 millones de personas ¨Centre ellos, 800.000 menores de cinco¨C mueren cada a?o como consecuencia de enfermedades f¨¢cilmente prevenibles con vacunas que ya est¨¢n a nuestra disposici¨®n. Del ¨¦xito de la refinanciaci¨®n de Gavi depende en buena medida la posibilidad de que estos n¨²meros no se disparen en los pr¨®ximos a?os. Un ejemplo: la comunidad internacional se hab¨ªa planteado como objetivo expandir la cobertura de una vacuna como la del neumococo (PCV) ¨Cque en este momento solo llega al 47% de los ni?os del planeta¨C y reducir la mortalidad en 83.000 personas. Renunciar a este objetivo no solo supone arriesgarse a perder el camino recorrido durante veinte a?os, sino multiplicar los riesgos asociados a las coinfecciones por covid-19. Si lo piensan, el dilema no es tan complejo.
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