Somos migrantes de la vida

Hola, me llamo Eugene y soy negro. Bienvenido al universo donde la discriminaci¨®n de piel marca tu vida, donde si eres de color negro, te tratan como a un animal. Pero no solo en Estados Unidos, tambi¨¦n aqu¨ª, en Espa?a. Mira c¨®mo nos miran, mira las fotos de Europa cuando nos almacenan en naves como si fu¨¦semos ganado, mira d¨®nde estamos, mira esas pateras que Europa deja ahogar en el Mediterr¨¢neo...

El racismo est¨¢ tambi¨¦n aqu¨ª, en Madrid, en Sevilla, en Lleida, en Vigo y en tu barrio. Porque a pesar de lo que dicen las leyes, no somos iguales ni en Asia, ni en Estados Unidos, donde ha estallado el choque porque se ha visto claramente que la polic¨ªa mata a los negros. Tampoco en Europa somos iguales y eso es catastr¨®fico: nos quieren por lo que tenemos, no por lo que somos.

Hace falta parar esa falsedad que Occidente se ha cre¨ªdo: porque las leyes dicen una cosa y la realidad pinta otra, muy negra, para nosotros. Hace falta educar en igualdad, romper los estereotipos que apuntan que un negro con capucha es un hombre peligroso. Porque, ?por qu¨¦ me paran en los parques?, ?cu¨¢ntas veces te han pedido, a ti espa?ol y blanco, los papeles por la calle? Me paran porque soy negro.

El racismo no nace, se crea cuando se repite que ?frica es un continente pobre, que pasamos hambre, que venimos a quitar a los blancos su trabajo, su bienestar. No es cierto. ?frica es un continente rico, pero expoliado. Y m¨¢s all¨¢ de eso, ricos o pobres, los derechos son de todos, la tierra tambi¨¦n. Nacemos sin papeles y nos morimos sin ellos. Somos migrantes de la vida, ?o alguien piensa que cuando llega el minuto final nos iremos con un estupendo pasaporte espa?ol o europeo? Somos iguales.

Soy negro y nada puede cambiar esa realidad de un color que me gusta, el negro, el m¨ªo. Vengo de ?frica, el primer continente donde se empez¨® a vivir. Vengo del lugar de las minas de oro y las materias primas que se llevaron y llevan los europeos. Vengo del lugar donde nos trataron como animales, del lugar donde los blancos nos esclavizaron.

Se nos pide ser extraordinarios para tener derechos. Si no lo somos, somo apaleados y tratados como animales

Por eso lanzo dos preguntas: cuando hablamos de derechos humanos universales, ?para qui¨¦n son? ?Para los blancos, para quienes escriben esas leyes y nos tratan como animales? S¨ª, como animales: en el metro, en el campo, en los parques en las calles cuando nos piden los papeles, cuando nos pisan la cabeza...Y dos, que va dirigida a quienes dicen que nos vayamos a nuestra tierra, ?nos llevamos lo que nos expoliaron? ?Qu¨¦ hacemos adem¨¢s hoy, cuando con la crisis de la covid-19 volvimos al campo, al vuestro, a recoger las frutas y verduras que est¨¢n hoy en las neveras de espa?oles?

S¨ª, Europa y todo el mundo tiene que agradecernos. Hoy, por surtir esas fruter¨ªas y ayer por lo que hemos hecho por la humanidad. Nuestras abuelas lucharon aqu¨ª y murieron aqu¨ª por las libertades de todos, se levantaron por la igualdad, en Am¨¦rica, en ?frica o en Europa. Nosotros los seguimos haciendo. Nosotros somos los hijos de esas gentes que so?aron que ¨¦ramos iguales. Porque todav¨ªa aqu¨ª, hoy, un negro solo importa si es espectacular. No hay que ser Obama, no hay que ser el mejor baloncestista del mundo para tener derechos. Los derechos humanos son de todos. Porque se nos pide ser extraordinarios para tener derechos. Si no lo somos, somo apaleados y tratados como animales. Requerimos el respeto de la humanidad. Somos iguales y seguiremos luchando y repiti¨¦ndolo hasta conseguirlo. Hoy tambi¨¦n lo grito de una forma pac¨ªfica y tranquila desde Madrid, donde llegu¨¦ so?ando con un futuro libre.

Eugene Kourouma es activista guineano y tiene 29 a?os. Es tambi¨¦n voluntario de la Fundaci¨®n Luz Casanova, donde empez¨® como usuario. Lleg¨® a Espa?a en patera.