Primero te di la vida y luego un ri?¨®n
La historia de un padre experto en trasplantes que don¨® un ¨®rgano a su hijo
Cuando era ni?o, Ignacio S¨¢nchez Josa (Zaragoza, 1984) sab¨ªa que su padre ¡°salvaba vidas¡±, pero no sab¨ªa que salvar¨ªa la suya propia. ¡°Yo tampoco pens¨¦ que pod¨ªa estar al otro lado. C¨®mo me iba a imaginar que mi hijo iba a necesitar un ri?¨®n¡±, dice Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez Miret (Zaragoza, 1951). Despu¨¦s de casi tres d¨¦cadas apelando al altruismo de otros como coordinador de trasplantes auton¨®mico en Arag¨®n, le hab¨ªa llegado el turno. ¡°Es lo mejor que he hecho en esta vida, adem¨¢s de ser coherente, porque pido la donaci¨®n a todo el mundo. Todos los padres preferimos enfermarnos nosotros que nuestros hijos, pero ya el ser t¨² la medicina que le va a curar es algo fant¨¢stico¡±, afirma.
El historial cl¨ªnico de su hijo es tan extenso que resulta casi imposible no perderse en la narraci¨®n que hace su padre de sus ingresos, pruebas y dolencias. ¡°?l dice que tardamos mucho en concebirlo para hacerle tan mal acabado¡±, bromea. Ten¨ªa 17 a?os cuando le diagnosticaron glomeruloesclerosis focal y segmentaria, una enfermedad degenerativa que provoca insuficiencia renal. ¡°Empec¨¦ con medicaci¨®n para intentar preservar los ri?ones lo m¨¢ximo posible. Luego, a consecuencia de los inmunosupresores, me puse malo de mil cosas m¨¢s¡±, recuerda Ignacio hijo. Su vida lleg¨® a transcurrir entre el sof¨¢ y la cama. ¡°Mi mujer y yo sab¨ªamos que tarde o temprano llegar¨ªa el momento del trasplante¡±, cuenta el padre. ¡°Nos hicimos las pruebas de compatibilidad, y Nacho y yo cuadr¨¢bamos como si fu¨¦ramos gemelos¡±, explica con una locuacidad que mantiene durante toda la conversaci¨®n.
El antes, el durante y el despu¨¦s de aquel 3 de julio de 2014, el d¨ªa de la operaci¨®n, est¨¢n condensados en un ¨¢lbum que ambos guardan en el sal¨®n de su casa familiar en Zaragoza. Decenas de fotograf¨ªas inmortalizan desde la declaraci¨®n ante el juez para la cesi¨®n del ¨®rgano hasta las horas previas a las dos intervenciones en el hospital universitario Miguel Servet, compartiendo habitaci¨®n.
¡°Fue muy divertida y emotiva la noche. Ninguno ten¨ªa ganas de dormir¡±, rememora Jos¨¦ Ignacio.
"Ser t¨² la medicina que va a curar a tu hijo es algo fant¨¢stico¡±
¡ª?Hubo miedo?
¡ªNo. Yo por fin ve¨ªa el final del t¨²nel ¡ªdice su hijo, que ahora lleva una vida completamente normal.
¡°Al mes y poco de la operaci¨®n ya me plante¨¦ correr una carrera, que hasta entonces era algo impensable¡±, a?ade. Tampoco pensaba que pudiera casarse, trabajar, tener un hijo. ¡°Tener un proyecto de vida¡±, sintetiza. Tres metas que ha cumplido. ¡°Yo siempre digo que a m¨ª el trasplante me dio un hijo y un nieto¡±, interviene el abuelo.
Casos como el de S¨¢nchez Miret y su hijo son muy minoritarios en Espa?a, pese a las altas tasas de donaciones y trasplantes en este pa¨ªs. En 2019, a?o en que se alcanz¨® un m¨¢ximo hist¨®rico en intervenciones renales (3.423), solo el 9,7% de ellas (335) se realizaron a partir de donantes vivos, aunque aumentaron un 14% respecto al periodo anterior. ¡°Muchas veces se piensa como soluci¨®n el trasplante con donante fallecido, pero el resultado con un ¨®rgano de donante vivo es infinitamente mejor. Lo importante es que al donante no le pase nada, pero el riesgo es de un 0,2%. Hay m¨¢s posibilidades de morirte en un accidente de coche en la Nacional II¡±, argumenta Jos¨¦ Ignacio.
Desde febrero de 2019, est¨¢ jubilado, aunque sigue involucrado. En plena entrevista, interrumpe la conversaci¨®n para atender una llamada.
¡ªYa s¨¦ que vais a tener la primera asistolia [trasplante de un donante fallecido con parada cardiorrespiratoria], enhorabuena.
Al rato cuelga y dice: ¡°Era de un hospital que llevaba detr¨¢s de que pusieran la donaci¨®n en asistolia cuatro a?os. Es que el 90% de mi vida es esto¡±. Su hijo recuerda: ¡°Siempre estaba trabajando. Los primeros a?os ten¨ªa a mi padre en fotos¡±.
El padre dice: ¡°Yo dorm¨ªa en casa dos o tres d¨ªas por semana y llegaba a las dos de la madrugada¡±. Durante a?os, simultane¨® su trabajo como intensivista con su labor como coordinador de trasplantes, primero en el hospital cl¨ªnico Lozano Blesa y despu¨¦s de Arag¨®n; un cargo que le exigi¨® grandes dosis de empat¨ªa: ¡°Tienes que respetar el dolor ajeno, saber que tu papel es ayudar. Las personas que se encuentran a tu alrededor est¨¢n pasando el peor momento de su vida. Entend¨ª que tienen derecho a que la muerte de un familiar les afecte como quieran¡±, reflexiona, y concluye: ¡°Acompa?ar el silencio de los que sufren es lo m¨¢s dif¨ªcil¡±.
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