¡°M¨¢s una experiencia que confort¡±: bienvenidos a Casa Moebius, el hogar brutalista
Entramos en la legendaria casa familiar que Ernesto G¨®mez Gallardo proyect¨® en Ciudad de M¨¦xico, empleando un estilo brutalista del que se enorgullec¨ªa tanto que no quiso esperar al final de las obras para mudarse

Una de las ¨²ltimas veces que se reuni¨® casi toda la familia, llegaron a juntarse unas 90 personas, recuerda grosso modo Carlos Matos. Fue en la Navidad de hace dos a?os y le viene a la cabeza la imagen, entre otras cosas, para recordar c¨®mo parte de su familia ni siquiera conoc¨ªa todos los rincones de la casa Moebius, en un rinc¨®n de la megal¨®polis que es la capital mexicana. Junto a sus casi 30 primos, Matos ha pasado aqu¨ª tantas tardes que cuando se le pregunta c¨®mo es vivir en ella no le queda otra que decir que ¨¦l ha crecido en esta obra de arte. Una obra que no deja de ser la definitiva, la m¨¢s representativa de su abuelo, el arquitecto Ernesto G¨®mez Gallardo, y que para Matos y sus primos fue, durante mucho tiempo, un lugar l¨²dico: ¡°Siempre hay un espacio para que sucedan las cosas¡±.
¡°La casa es m¨¢s una experiencia que confort¡±, prosigue Matos, que habla de su abuelo y su obra con la fascinaci¨®n de quien parece haber descubierto algo ahora mismo y no de alguien que se ha sumergido por los recovecos de un espacio ¨²nico. Una casa que el arquitecto tard¨® seis a?os en construir y a la que lleg¨®, se deduce de las palabras de Matos, por la insistencia que en su d¨ªa puso su abuela, ya desesperada porque ve¨ªa que G¨®mez Gallardo no finiquitaba la obra. As¨ª que se fueron a vivir all¨ª a pesar de todo. Sin ventanas, con espacios a¨²n por terminar. ¡°Siempre anduvo trabajando en ella¡±, concede el nieto del arquitecto.
Se puede entrar a calificar la Casa Moebius de G¨®mez Gallardo de forma m¨¢s o menos t¨¦cnica, destacar c¨®mo a finales de los a?os setenta, un tiempo en el que ya se hablaba de posmodernidad, el mexicano opt¨® por que su obra m¨¢s representativa se enmarcara dentro del brutalismo. Hay, sin embargo, dos descripciones que se antojan m¨¢s gr¨¢ficas y precisas. La de su nieto: ¡°Es un queso gruy¨¨re que se va conectando¡±. Y la de Ana Elena Mallet, comisaria y maestra del Tecnol¨®gico de Monterrey: ¡°Es un monumento a la imaginaci¨®n¡±.

La escala de la casa, lo laber¨ªntico (espacios secretos, ¨¢ngulos imposibles, huecos que aparentemente no tendr¨ªan por qu¨¦ tener utilidad, giros inimaginables¡), son algunas de las caracter¨ªsticas con las que se puede intentar describir, con toda la responsabilidad que lleva el t¨¦rmino, la casa de G¨®mez Gallardo (1917-2012).
El arquitecto mexicano se inspir¨®, desde el nombre, en la cinta de Moebius, esto es, una superficie con una sola cara y un solo borde: un concepto matem¨¢tico que se asocia con el infinito. La complejidad geom¨¦trica, que ahora puede resultar aparentemente m¨¢s sencilla y que se puede desarrollar con un programa inform¨¢tico en 3D, la fue haciendo G¨®mez Gallardo con planos de esquema diagram¨¢tico, algo que hoy en d¨ªa es casi una quimera.
La casa, ¡°llena de car¨¢cter¡±, en palabras de Matos, se extiende por el jard¨ªn, con la particularidad de que este fue desarrollado por un estudiante mexicano-japon¨¦s de G¨®mez Gallardo. Tampoco es que haya solo una peculiaridad. ¡°La casa est¨¢ dise?ada y construida con un detalle tan granular como el de una silla, con un manejo del hormig¨®n en el que la est¨¦tica y la eficiencia est¨¢n llevadas al l¨ªmite. Los l¨ªmites de lo horizontal y lo vertical son sui generis¡±, detalla el artista mexicano Pedro Reyes.

Para ¨¦l, el legado de la casa es estructural, de ah¨ª que la familia, tras morir G¨®mez Gallardo y, posteriormente, su mujer, se haya esforzado en garantizar que los nuevos inquilinos sean personas conscientes del valor art¨ªstico de la misma y que as¨ª este pueda perdurar en el tiempo. ¡°Es muy importante conservar la arquitectura¡±, recalca Reyes, que apunta a otro valor a?adido: la casa Moebius de G¨®mez Gallardo probablemente no pasar¨ªa las normas arquitect¨®nicas actuales ¨Cen la teor¨ªa¨C en una ciudad donde el temor a los sismos es una constante. ¡°Es fundamental preservar ejemplos que prueban que el hormig¨®n tiene unas capacidades de carga y elasticidad que, a priori, no se le atribuir¨ªan¡±, profundiza Reyes.
Si para Le Corbusier la casa era una m¨¢quina para habitar, G¨®mez Gallardo, en cierta manera, y aprovechando una expresi¨®n muy mexicana, le dio en la madre al arquitecto franc¨¦s con su definici¨®n, al desobedecer todas las normas de la arquitectura moderna y, sin embargo, lograr un espacio donde se podr¨ªa, se puede, vivir. La comisaria Ana Elena Mullet enmarca a G¨®mez Gallardo en ¡°una generaci¨®n cuyos miembros se entendieron como hombres del Renacimiento¡±, con la sensibilidad suficiente para ver la arquitectura y el dise?o de manera integral.

Lo mismo emprend¨ªan proyectos de grandes edificios como de obras de escala reducida. El mobiliario es una de las partes m¨¢s destacadas de su obra. ¡°G¨®mez Gallardo fue uno de los mejores dise?adores industriales del pa¨ªs, pero no solo eso¡±, asegura Pedro Reyes, que comparte algunas caracter¨ªsticas con ¨¦l: piezas c¨®modas y funcionales, pensadas para llegar a usuarios de cualquier extracci¨®n social, como los pupitres que dise?¨® para escuelas rurales o su mobiliario urbano. El arquitecto fue coautor del edificio de la Facultad de Derecho, y form¨® parte del equipo que desarroll¨® el campus de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), la p¨²blica m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina, que equivale a decir la p¨²blica de habla hispana m¨¢s grande del mundo.
Y tambi¨¦n dise?¨® parte de su mobiliario. Suya es la conocida como silla-paleta, sobre la que millones de estudiantes se han sentado y estudiado durante a?os: una ligera estructura de metal y contrachapado tan pr¨¢ctica que casi resulta an¨®nima, y que todav¨ªa sigue en uso. ¡°Nos hemos acostumbrado tanto a ella que quiz¨¢s no la recalcamos lo suficiente¡±, destaca Ana Elena Mallet sobre esa obra, pudiendo aplicarse la segunda parte de la afirmaci¨®n a toda la de G¨®mez Gallardo.
Porque el reconocimiento de la obra de este gran arquitecto ha sido, en realidad, p¨®stumo, y dista de los parabienes que han recibido otros, como Legorreta o Barrag¨¢n. Esto tambi¨¦n es debido a que, como ha ocurrido con tantos otros talentos, pese a haber participado en innumerables concursos, G¨®mez Gallardo tiene poca obra construida. La grandiosidad de su trabajo no se ci?e a la casa Moebius. Pero es un magn¨ªfico ejemplo.
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