Brindar tras el confinamiento
Desde catas online hasta la creaci¨®n de clubes donde los productores venden de forma directa, pasando por el turismo enol¨®gico. El sector vin¨ªcola se reinventa para responder al nuevo mercado.
HAY DOS FOTOS fijas de los ¨²ltimos meses dif¨ªciles de olvidar. La primera, los aperitivos virtuales con la familia y los amigos, nacidos de la necesidad de socializar y de mantener esa costumbre tan espa?ola de reunirse en torno a una mesa. La segunda, la urgencia de muchos de repetir la misma ceremonia en el minuto uno en que se abrieron las primeras terrazas. Los elaboradores de vino han estado muy pendientes de si la bebida elegida para acompa?ar esos momentos era la suya. A juzgar por las estad¨ªsticas de las ventas en el canal de alimentaci¨®n, el vino fue uno de los productos preferidos durante el confinamiento, aunque las cifras que empiezan a conocerse son preocupantes. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta realizada por la Federaci¨®n Espa?ola del Vino entre sus asociados ¡ªque toma en cuenta las ventas nacionales y la exportaci¨®n¡ª, la facturaci¨®n cay¨® en torno al 38% en el primer semestre del a?o, pero lleg¨® al 50% en empresas de menos de 10 trabajadores. Asociaciones de peque?os productores como Bodegas Familiares de Rioja, que cuenta con 57 miembros, elevan la debacle al 70% por la gran incidencia que ha tenido en su caso el cierre de la hosteler¨ªa.
El gran foco de atenci¨®n esta primavera ha estado tambi¨¦n en el campo, donde las lluvias han generado su propio desastre en forma de hongos. Quiz¨¢s por esa gran capacidad de adaptaci¨®n de quien se las ve cada a?o con fen¨®menos clim¨¢ticos caprichosos e impredecibles, productores y distribuidores han sido particularmente activos durante los meses de aislamiento.
Son notables las actuaciones solidarias como las experiencias gratuitas para sanitarios. M¨¢s de 10.000 profesionales se han apuntado ya a la iniciativa #EnoturismoparaSanitarios, en la que participan generosamente 240 bodegas. El dinamismo del mundo del vino se ha visto tambi¨¦n en las redes sociales, especialmente en Instagram, con catas y charlas virtuales para todos los gustos, desde las m¨¢s frikis a las de tono m¨¢s desenfadado. Aunque menos frecuentes con la vuelta a la normalidad, los directos forman ya parte del nuevo d¨ªa a d¨ªa; una ventana para quien quiera asomarse a este universo y descubrir los buenos momentos que se pueden construir en torno a una botella de vino.
Pocas bebidas ofrecen tanta diversidad en t¨¦rminos de estilos, texturas, grados de intensidad o de vejez sin dejar de llamarse vino. Espa?a tiene una riqueza clim¨¢tica y una orograf¨ªa lo suficientemente compleja para elaborar pr¨¢cticamente todos los estilos salvo los propios de climas muy fr¨ªos y, casi siempre, con precios muy razonables. Aunque tanta diversidad a veces abrume, no hay nada m¨¢s sencillo que el acto m¨¢s o menos distra¨ªdo (la atenci¨®n que se preste a lo que hay en el vaso depender¨¢ del grado de inter¨¦s de cada individuo) de disfrutar de una copa de vino.
Cualquier acto de consumo o decisi¨®n de compra en el contexto actual es indirectamente un gesto de apoyo. Probablemente, es el momento de beber local ya sea de modo f¨ªsico o emocional: el vino de su pueblo, del pueblo de sus abuelos, de aquellas vacaciones que este a?o no pueden repetirse, el que trae recuerdos, el estilo que le gusta o que le hace sentirse mejor. Pero tampoco es mal momento para explorar. La crisis ha llevado a muchos productores a vender de forma directa. Ya sea a trav¨¦s de sus propias tiendas online, muchas de reciente creaci¨®n, de las de terceros o mediante la creaci¨®n de clubes, algunas etiquetas de producci¨®n limitada son m¨¢s accesibles que nunca.
Aquellos que hayan descubierto el vino durante el confinamiento pueden aprovechar el verano para mirar un poco m¨¢s all¨¢ ahora que una gran mayor¨ªa de bodegas est¨¢ reabriendo sus puertas a los visitantes. Pasar unos d¨ªas en una regi¨®n vin¨ªcola encaja muy bien con unos desplazamientos vacacionales previsiblemente m¨¢s cortos y la preferencia l¨®gica por espacios abiertos y planes en plena naturaleza. No hay que ir muy lejos en Espa?a (incluidos los dos archipi¨¦lagos) para encontrar un vi?edo, una bodega, un paisaje ¨²nico y unos vinos que hablen de ese lugar.
Para disfrutar
La Montesa 2018 (Rioja). Tinto.?Palacios Remondo.?Garnacha. 14%. Precio:?11,50 euros.
De peque?o productor
La Mujer Caballo Azul 2018 (Valencia). Tinto. Fil-loxera y C¨ªa. Arco. 13,5%. Precio: 23,50 euros.
Esta bodega de Fontanars dels Alforins (Valencia), miembro del grupo de peque?os productores Artisan Wine Attraction, nunca ha superado las 40.000 botellas de producci¨®n entre sus seis referencias. La Mujer Caballo es el nombre que utilizan para su gama de uvas recuperadas de producciones muy limitadas, entre las que se incluye este tinto elaborado con arco, una variedad que permite conseguir un perfil muy fresco en latitudes mediterr¨¢neas. Una deliciosa rareza: profundo, silvestre, expresivo, vibrante.
Descubrimiento
Lumi¨¨re 2017 (C¨¢diz). Blanco.?Muchada-L¨¦clapart. Palomino. 12,5%. Precio: 50 euros.
Camino de convertirse en el nuevo proyecto de culto, la alianza entre la estrella biodin¨¢mica de Champagne David L¨¦clapart y el joven Alejandro Muchada ya ha llamado la atenci¨®n de la cr¨ªtica internacional. El d¨²o firma blancos muy personales, sin fortificar ni filtrar, elaborados con vi?edos del Marco de Jerez. Con vi?as viejas del vi?edo de La Platera en el Pago de Miraflores, este es un blanco puro y sin artificios, con un paladar redondo, equilibrado y persistente, y con un final de sal, tiza y p¨®lvora de los que gustan a los aficionados.
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