10 b¨¢sicos para la casa
Hemos aprendido a conocer nuestra casa como a nosotros mismos. El confinamiento ha puesto a prueba la comodidad, funcionalidad y hasta la resistencia de nuestros muebles. Ya sabemos d¨®nde acertamos y d¨®nde fallamos. Proponemos una selecci¨®n que sigue una receta b¨¢sica: piezas ergon¨®micas, flexibles y que no roben espacio.
10 Zona de trabajo que ocupe poco espacio
¡ª El dise?ador dan¨¦s Rene Hougaard, director del estudio ARDE, tiene claro que, en casa, un escritorio debe ocupar lo menos posible: poco m¨¢s que un ordenador port¨¢til. Tambi¨¦n cree que los mejores estudios han de tener la posibilidad de desaparecer. Sus escritorios lo hacen. El modelo Cupertino en versi¨®n de pared se pliega y se recoge. En versi¨®n mesa, con sobre y remates de nogal y estructura lacada en negro?, apenas ocupa espacio y puede convertirse en un aparador. Ambos los produce BoConcept. Se puede trabajar en casa, pero, cuando llega el descanso, la zona de trabajo es mejor que desaparezca.
1 Sill¨®n de lectura que cuida la espalda
?¡ª La espalda, no los ojos, debe decidir la adquisici¨®n de esta pieza hist¨®rica que es a la vez silla y sill¨®n, es decir, butaca. Fue la ¨²nica colaboraci¨®n entre Eero Saarinen y Charles Eames. Se presentaron a un concurso para amueblar "la vida moderna" convocado por el MoMA. Y lograron, en 1940, un dise?o que no se pudo producir industrialmente hasta que Vitra lo hizo en siglo XXI. Sea usted como sea, la curva de este respaldo se ajustar¨¢ a su espalda. Tanto Saarinen ¡ªcon la silla Tulip¡ª como Eames ¡ªcon la Plastic¡ª dibujaron todas sus sillas a partir de esta idea. No compre nunca una butaca sin probarla.
2 Luminaria multiusos que sube, baja y gira
¡ª Como un funicular, que sube y baja, esta l¨¢mpara del desaparecido y poco reconocido Llu¨ªs Porqueras (1930-2018) se acerca y se distancia de un libro seg¨²n la altura o necesidades del lector. Dobla como l¨¢mpara de ambiente porque, adem¨¢s de subir y bajar, su pantalla puede rotar 360 grados y dirigir la luz hacia una pared o hacia el techo. Con base de goma y cuerpo de hierro lacado, la l¨¢mpara ¡ªde 41 a?os¡ª tiene, como los grand¨ªsimos dise?os, el don de la eterna juventud. Sencilla, ligera y familiar, la produce la empresa Marset.
3 F¨¢cil de montar, nunca la desmontar¨¢
¡ª Su autor, Antxon Salvador, la ide¨® pensando en lo que caracteriza la vida urbana de esta era: las mudanzas. No tiene baldas, tiene cajas que se montan como si fueran ladrillos (brick box) y ya est¨¢n encajados los libros cuando uno se traslada. En roble o en laminado blanco, con fondo suficiente para vinilos y compartimentable para acoger CD, la librer¨ªa tiene espacio para libros grandes y estantes intermedios para vol¨²menes peque?os. Salvador ha ido puliendo el dise?o a lo largo de los a?os a?adiendo puertas, patas o sujeciones para colgar las cajas de la pared. Su empresa, Kazam! (en honor al aparato de los Eames), funciona con este ¨²nico producto. Solo vende por Internet y exporta el 70% de su producci¨®n. Preparada para viajar y f¨¢cil de montar sin herramientas.
4 Mesa grande para uno y para muchos
¡ª Esta es una mesa universal. Crece, se adapta y, adem¨¢s, logra pasar inadvertida. Sirve en una oficina como mesa de juntas y en una vivienda como mesa de diario. Puede ampliarse m¨¢s de un metro. Hay versiones de 1,40, 1,60 y 1,80 metros, pero todas tienen menos de un metro de ancho: 90 cent¨ªmetros. Posee una estructura met¨¢lica y un sobre de madera de roble. Permite multiplicar el espacio cuando muchos trabajan en casa. Tambi¨¦n cuando nos tenemos que distanciar. Sus dise?adores, Lievore, Altherr y Molina, la idearon para la firma valenciana Andrew World. Patricia Urquiola defiende una norma: ¡°Casa peque?a, mesa grande¡±. Se trata de que todos tengan un lugar donde trabajar o estudiar, de poder dejar a un lado los deberes y sentarse al otro lado a comer. Por eso hay ocasiones en las que las mesas deben multiplicarse. Y otras muchas en las que es importante que logren desaparecer.
5 Vivir en el sof¨¢
¡ª ?Qu¨¦ es un sof¨¢ c¨®modo? ?El que nos permite desplomarnos o el que no nos obliga a reordenarlo cada vez que nos levantamos? Es el mueble clave en un sal¨®n por una raz¨®n sencilla: es el de mayor tama?o. Con su color se puede alumbrar o apagar una sala de estar. Ocupando tanto y siendo tan visible, conviene acertar con la elecci¨®n. Un sof¨¢ es una inversi¨®n en bienestar y el sal¨®n, cada vez m¨¢s, una habitaci¨®n para hacer de todo: ver series, descansar, recibir visitas, leer o dormitar. As¨ª lo ha entendido Karim Rashid, que se lo ha quitado todo a su modelo Chelsea (en azul) que produce BoConcept sin reposabrazos ni patas. Anders N?rgaard se preocup¨® de que su modelo Carmo ¡ªla imagen del centro¡ª permanezca siempre ordenado y firme tras cualquier tipo de uso. Y Hella Jongerius hizo con su Polder (Vitra, abajo) m¨¢s una estancia que un asiento.
6 La l¨¢mpara que te sigue a todas partes
¡ª El primer gesto hay que aplaud¨ªrselo a Miguel Mil¨¢: poner un asa a una l¨¢mpara y convertirla en un objeto m¨®vil. La valenciana Inma Berm¨²dez, la primera dise?adora espa?ola que ide¨® productos para el cat¨¢logo de Ikea, recogi¨® el testigo y dio tres pasos m¨¢s. Carg¨® la l¨¢mpara m¨®vil con bater¨ªa. As¨ª, llega a cualquier sitio, interior o exterior. Hizo la pantalla dirigible y emple¨® una bombilla led con tres intensidades. Permite hasta cinco horas de luz sin cable. Una opci¨®n para sacar m¨¢s partido a las l¨¢mparas que produce Marset.
7 Delimitar el campo de juegos
¡ª Una alfombra marca una separaci¨®n sin dividir el espacio. Desplegada sobre un antideslizante ¡ªque evite que se arrugue o mueva¡ª, puede convertirse en un campo de juegos infantil y ayudar a evitar que toda la casa quede invadida por juguetes y balones con los que podemos tropezar. Tejida a mano en la India ¡°con salarios justos y en condiciones laborales dignas¡± ¡ªespecifica Ikea¡ª, esta pieza reproduce un modelo colorista de dos de las dise?adoras londinenses m¨¢s rompedoras del momento. En papeles pintados, esferas de relojes, cajas de cremas, telas o murales, Nicole y Petra Kapitza utilizan los contrastes de color y los juegos geom¨¦tricos din¨¢micos para hacer vibrar las superficies de dos dimensiones.
8 La cama-almac¨¦n y la cama-dormitorio
¡ª Hace tiempo que el bajo de la cama dej¨® de ser un sitio donde esconderse para convertirse en el nuevo almac¨¦n de la casa. Ikea descubri¨® ese fil¨®n poco explotado y en su cat¨¢logo re¨²ne dormitorios enteros con cajones para s¨¢banas, mantas y toallas. El modelo Mandal (arriba), ideado por uno de los dise?adores m¨¢s prol¨ªficos de la empresa, el sueco Nike Karlsson, est¨¢ construido con madera maciza de abedul y tiene cuatro cajones lacados en blanco. El modelo Platsa (a la izquierda) ¡ªobra del equipo de dise?o de la empresa¡ª da un paso m¨¢s y convierte la cama y las estanter¨ªas que la sustentan y rodean en casi una habitaci¨®n m¨¢s, con espacio para almac¨¦n y armario incorporado. Para espacios peque?os o apartamentos abiertos, este sistema logra que la propia cama se convierta ¡ªcomo un biombo o una mampara¡ª en un separador visual.
9 Domesticar la oficina
¡ª La ergonom¨ªa puede ser invisible y el confort puede estar coloreado. Sobre ruedas, giratorias, con palancas para subir asientos o inclinar respaldos, las sillas de oficina facilitan el teletrabajo tanto como asesinan la decoraci¨®n del resto de la casa. Por eso merecen aplauso los dise?adores que han pensado c¨®mo domesticar su aspecto sin perder las prestaciones. El alem¨¢n Konstantin Grcic lidera el grupo. Su silla All Star (a la izquierda) acompa?a ergon¨®micamente el cuerpo sin invadir la casa. Y su nueva butaca Citizen (arriba, ambas producidas por Vitra) consigue que la silla de oficina parezca un lugar de reposo.
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