Anatom¨ªa del beso
Es el nuevo gran tab¨² de nuestro tiempo por la pandemia. As¨ª funciona por dentro.
Cuando yo era joven, los besos en la boca estaban prohibidos por la religi¨®n y ahora que soy mayor los tengo prohibidos por la ciencia. Antes, el castigo era el infierno. Ahora, la neumon¨ªa at¨ªpica.
?Qui¨¦n dice que religi¨®n y ciencia son incompatibles?
Bill Bryson, autor de El cuerpo humano, asegura que la boca es un lugar peligroso. Y a?ade: ¡°Morimos por atragantamiento m¨¢s f¨¢cilmente que ning¨²n otro mam¨ªfero. De hecho, estamos dise?ados para atragantarnos, lo cual resulta sin duda un extra?o atributo¡±.
Di mi primer beso en la boca a los 15 a?os. A los pocos d¨ªas, la chica me inform¨® de que no le ven¨ªa la regla. Le dije que no era posible, pues no nos hab¨ªamos acostado, a lo que respondi¨® que la saliva ten¨ªa propiedades ¡°sem¨¢nticas¡±. Seguramente quiso decir ¡°seminales¡±, porque hab¨ªa estado investigando en una enciclopedia cat¨®lica para transmitirme la noticia con rigor, pero la entend¨ª de todos modos y cre¨ª a pies juntillas durante mucho tiempo en la capacidad fecundativa de cualquier fluido corporal, sin importar de d¨®nde procediera. La chica y yo pagamos en cantidades extraordinarias de angustia y p¨¢nico aquel encuentro agotador de nuestras lenguas en la oscuridad de un cine de sesi¨®n continua.
Un d¨ªa, ya de mayores, nos encontramos en el autob¨²s y result¨® que estaba embarazada. Durante unos segundos de terror pens¨¦ que de aquel beso remoto. Ya nunca nos volvimos a ver, pero a veces pienso en ese ni?o que no conozco, y que tendr¨¢ ahora 30 o 40 a?os, como si fuera m¨ªo.
La imaginaci¨®n es un lugar peligroso.
Dice tambi¨¦n Bryson que tenemos ah¨ª dentro, en la boca, estrat¨¦gicamente repartidas, 12 gl¨¢ndulas salivales con las que segregamos en torno a un litro y medio de saliva al d¨ªa, de ah¨ª que traguemos tanto (no solo en sentido metaf¨®rico): unos 30.000 litros literales a lo largo de una vida media. La saliva, a?ade, ¡°est¨¢ compuesta fundamentalmente de agua y de peque?as cantidades de enzimas que empiezan a descomponer los az¨²cares cuando todav¨ªa se encuentran en la boca, ya que ah¨ª se inicia la digesti¨®n de los alimentos¡±. Y la digesti¨®n del amante o de la amante, a?ado yo.
De la lengua, por su parte, se?ala Bryson que es un m¨²sculo singular y sensible hasta la exageraci¨®n debido a las 10.000 papilas gustativas localizadas en sus protuberancias (se me hace la boca agua solo con escribir ¡°papilas gustativas¡±).
Hay besos de cine y besos de novela o de telenovela y besos de canciones en general y de boleros en particular y besos de Judas. Hay besos castos y besos voluptuosos y besos sat¨¢nicos y besos pederastas y besos maternales o paternales y fraternos. Y est¨¢ tambi¨¦n el beso del cap¨ªtulo siete de Rayuela y El beso de la mujer ara?a y el beso negro o griego, conocido tambi¨¦n como anilingus, y el beso de la muerte, qu¨¦ s¨¦ yo, adem¨¢s del franc¨¦s. Hay tantos besos pertenecientes al ¨¢mbito personal y al hist¨®rico que resultar¨ªa insensato intentar resumirlos o describirlos uno a uno. Venimos de una cadena de besos: los que se dieron por orden cronol¨®gico nuestros antepasados desde el principio de los tiempos, como quien se pasa un testigo, y los que nosotros hemos dado a nuestros descendientes, y los que ellos andan ya repartiendo por el mundo.
En cuanto a los lugares besables, seg¨²n la vieja enciclopedia Espasa, destacan la frente, las mejillas, los labios, las manos, los pies, los vestidos, los cabellos, las reliquias, los retratos y las estatuas de los dioses, adem¨¢s de la piedra de la Kaaba, en La Meca. Como vemos, la enciclopedia Espasa, pese a sus m¨¢s de 100 tomos, se quedaba corta al menos en el asunto que nos ocupa: se olvidaba del culo, por poner un ejemplo.
Me encuentro con el paleoantrop¨®logo Juan Luis Arsuaga en una terraza de verano, donde tras desprendernos de las mascarillas y pedir unas cervezas le pregunto si el beso tiene explicaci¨®n alguna desde la antropolog¨ªa.
¡ªY desde la anatom¨ªa ¡ªme responde¡ª, porque somos una especie de mam¨ªfero con labios gruesos, evertidos, dise?ados precisamente para el beso.
¡ª?Somos los ¨²nicos?
¡ªNosotros y las vacas de Walt Disney, a las que los dibujantes ponen morros para humanizarlas.
¡ªYa.
¡ªLa historia natural del labio es apasionante. Nosotros tenemos el labio superior continuo, mientras que los perros o los gatos, por ejemplo, tienen dos labios superiores divididos por un tabique. Nosotros nos podemos pasar la lengua de un lado a otro de la enc¨ªa propia o de la del amante ¡ªa?ade al tiempo de realizar en s¨ª mismo el gesto que nombra.
¡ª?El chimpanc¨¦ y el gorila no tienen tabique?
¡ªNo, pero tampoco tienen los labios evertidos ni la nariz proyectada.
¡ªPero la nariz proyectada es un estorbo para el beso.
¡ªNo te lo creas. El beso tiene un componente olfativo muy importante.
¡ª?Los chimpanc¨¦s no se besuquean?
¡ªUn poco. Pero el beso en la boca y con lengua es exclusivamente humano y seguramente es el resultado de una ritualizaci¨®n.
¡ª?Qu¨¦ significa eso?
¡ªQue empieza como un acto en el que se transfiere la comida ya masticada al ni?o despu¨¦s del destete, y luego se convierte en un gesto de amantes. Y como se trata de un gesto trascendental, la anatom¨ªa se adapta al gesto.
¡ª?De ah¨ª los labios gruesos y evertidos?
¡ªExacto. El proceso es el siguiente: la madre pasa la comida, ya medio digerida, de su boca a la del ni?o. Digamos que se trata de un potito natural. M¨¢s tarde, la novia y el novio juegan a pasarse cosas el uno al otro. Luego ni siquiera se pasan nada, pero hacen el gesto de pas¨¢rselo. Ese comportamiento ritualizado afecta al ¨®rgano: el labio se engrosa.
¡ªY desaparece el tabique del labio superior.
¡ªNo, el tabique ya hab¨ªa desaparecido. El labio se engrosa porque ha desaparecido el beso desligado de la alimentaci¨®n y empieza a manifestarse como base del cortejo amoroso.
¡ªMe viene a la memoria un cupl¨¦ que dec¨ªa ¡°dame el humo de tu boca, que as¨ª me vuelves loca¡±.
¡ªFumando espero, de Sara Montiel ¡ªconfirma Arsuaga¡ª. Los amantes juegan a pasarse el humo del cigarrillo de una boca a la otra.
¡ªOtros juegan a pasarse un caramelo o un cubito de hielo.
¡ªO un chicle. Ah¨ª lo tienes.
¡ªLo raro es que ese lugar tan besado, la boca, sea uno de los extremos del tubo digestivo.
¡ªY relacionado por lo tanto con la alimentaci¨®n.
¡ªResulta m¨¢s curiosa entonces la pr¨¢ctica del beso negro, que viene a ser como cerrar el c¨ªrculo, como hacer un viaje alrededor de la digesti¨®n.
¡ªClaro, lo natural es chuparse todo. Adem¨¢s, el culo est¨¢ lleno de terminaciones nerviosas.
¡ªY cuando le decimos a un beb¨¦ que nos lo comer¨ªamos a besos, ?hay ah¨ª una reminiscencia can¨ªbal?
¡ªHay mucho de alimentaci¨®n, s¨ª, todo es alimen?taci¨®n.
Arsuaga saca de su mochila un libro titulado Amor y odio, de Iren?us Eibl-Eibesfeldt, donde aparecen ilustraciones de un pigmeo adulto, sentado sobre un elefante reci¨¦n cazado, que reparte con la boca tiras de grasa entre las bocas abiertas (y hambrientas) de sus compa?eros.
¡ªTe presto este libro ¡ªdice¡ª, que es muy interesante. No dejes de leer el cap¨ªtulo titulado ¡®Ritos vinculadores¡¯.
¡ª?Ritos vinculadores?
¡ªSi vas a la playa este verano, f¨ªjate como se expurgan los novios.
¡ªLos novios no se expurgan, se tocan el pelo.
¡ªS¨ª, pero el gesto es el de expurgarse. Ese es un ejemplo cl¨¢sico de gesto que ha perdido su antigua funci¨®n para ritualizarse. En los ritos del amor hay mucho del comportamiento materno-infantil. En el comportamiento humano, como en la evoluci¨®n de los ¨®rganos, hay mucho de bricolaje. Con frecuencia, se echa mano de un comportamiento que ten¨ªa una funci¨®n para otra.
¡ªDame un ejemplo de bricolaje org¨¢nico.
¡ªEl martillo y el yunque originalmente, en los reptiles, formaban parte de la articulaci¨®n de la mand¨ªbula y hoy los utilizamos para o¨ªr. En la evoluci¨®n se echa mano de lo que hay.
¡ªYa. Volvamos a los labios.
¡ªSeg¨²n Desmond Morris, el autor de El mono desnudo, nuestros antepasados copulaban por detr¨¢s por la sencilla raz¨®n de que la vulva, en los mam¨ªferos cuadr¨²pedos, se encontraba en la parte posterior. Cuando pasamos a la c¨®pula frontal por la postura b¨ªpeda, cambi¨® la orientaci¨®n de la pelvis y la vulva se orient¨® ventrafrontalmente. No totalmente dorsal ni totalmente ventral, pero se desplaz¨® y el sexo se hizo cara a cara. Entonces cambia todo porque tienes una relaci¨®n m¨¢s personal, ves la expresi¨®n del otro y sus labios quedan al alcance de los tuyos. En cierto modo, los labios de la vulva pasan a ser los labios de la cara. Los labios de la mujer y del hombre, los labios evertidos y redondos son una r¨¦plica de los labios de la vulva, de la sonrisa vertical, como suele decirse. Los de la cara son una vulva horizontal, por eso se hinchan. Pi¨¦nsalo: ?en qu¨¦ zona de la cara disfrutan m¨¢s los cirujanos pl¨¢sticos?
¡ªComprendo.
A Diego Figuera, que es psiquiatra y psicoanalista, le digo que yo besaba mucho a mis hijos cuando los sacaba del ba?o.
¡ªPero seguramente ¡ªa?ado¡ª no se acuerdan del mismo modo que yo no recuerdo los besos de mi madre.
¡ªPor debajo de los cuatro a?os ¡ªresponde¡ª nuestra memoria consciente no recuerda nada, o muy poco, pero nuestro cuerpo s¨ª. El tacto, para bien o para mal, es fundamental en la primera etapa del ser humano y el beso es una parte del tacto, casi una continuaci¨®n de la caricia. La piel nos transmite una informaci¨®n muy compleja acerca de c¨®mo nos han querido. Esto est¨¢ muy estudiado desde la teor¨ªa del apego.
¡ª?El beso del cari?o y del sexo son distintos?
¡ªHay una parte de la se?al que es coincidente, pero los ni?os son capaces de distinguir a un padre o una madre cari?osos de unos progenitores perversos. He visto en mi pr¨¢ctica cl¨ªnica personas que, de adultas, se bloqueaban al besar y no sab¨ªan de d¨®nde ven¨ªa ese bloqueo. Pero viene de all¨ª.
¡ª?C¨®mo distinguir el beso de Judas de un beso de amor?
¡ªEl besado los distingue en alg¨²n nivel de su conciencia.
¡ªAntes te refer¨ªas al ¡°apego¡±. ?Qu¨¦ es?
¡ªEs la necesidad innata de los seres humanos de vincu?larnos con figuras de referencia afectiva y de cuidados para salir adelante desde el principio de la vida. Nacemos con la necesidad vital de apegarnos a las personas encargadas de protegernos y de ense?arnos c¨®mo regular nuestras emociones.
¡ª?De d¨®nde sale esta teor¨ªa?
¡ªLa formula John Bowlby a partir de los sesenta y ahora es una evidencia cient¨ªfica. S¨¦ bastante de esto, actualmente soy el presidente de la secci¨®n espa?ola de la Internacional del Apego y hemos escrito sobre la materia. Estamos dise?ados para apegarnos a alguien igual que una cr¨ªa de pato a su madre. Necesitamos que alguien nos alimente, pero que nos proteja emocionalmente tambi¨¦n. Nuestro sistema de protecci¨®n emocional se ense?a: nos ense?an a besar las madres, los padres, los t¨ªos¡
Diego Figuera y yo nos hemos encontrado tambi¨¦n en una terraza veraniega, comunic¨¢ndonos a trav¨¦s de las mascarillas hasta que nos traen las consumiciones que hemos solicitado. Cuando deja al descubierto su rostro, observo el grosor de sus labios. Desde mi conversaci¨®n con Arsuaga, me interesan todas las bocas justo ahora que suelen ir tapadas.
¡ªEntonces ¡ªapunto¡ª podr¨ªamos decir que el beso tiene dos vertientes, una de car¨¢cter f¨ªsico y otra de car¨¢cter psicol¨®gico que a lo mejor se mezclan. ?Qu¨¦ pasa cuando dos personas se besan desde un punto de vista y desde el otro?
¡ªNo es f¨¢cil establecer una frontera entre lo f¨ªsico y lo psicol¨®gico porque tenemos una manera de entenderlo m¨¢s hol¨ªstica, a la luz de la teor¨ªa de la complejidad. Das un beso y se produce una tormenta de oxitocinas y endorfinas que tienen su correlato emocional. Cuando besas o eres besado, el cuerpo se entera y reacciona con gran tensi¨®n en d¨¦cimas de segundo, tanto frente al beso del enemigo como del amigo. El beso est¨¢ tan significado en nuestra cultura que es aquello de lo que m¨¢s informaci¨®n previa deseamos tener. Por eso es tan distinto el beso de una madre, el de Judas, el amoroso, el de una noche de ligue, el que busca una reconciliaci¨®n¡
¡ª?Hay besos que da?an?
¡ªClaro, los que se dan bajo una apariencia de amor y son en realidad de corrupci¨®n. El beso del cura pederasta en el seminario, por ejemplo, se resignifica cuando tienes 15 o 16 a?os. Entonces comprendes que su contenido era muy distinto a su apariencia.
¡ª?El beso evoca en alguna medida la etapa del amamantamiento?
¡ªLa succi¨®n del pecho en una relaci¨®n de crianza agradable favorece la erotizaci¨®n y el aumento de conexiones en los labios. De hecho, una pr¨¢ctica er¨®tica com¨²n, tanto si eres heterosexual como homosexual, consiste en chupar los pezones del amante o la amante.
¡ªAdem¨¢s, al besar en la boca, como al mamar, recibes los fluidos del otro.
¡ªS¨ª, y es importante que esa saliva nos huela y nos sepa bien.
¡ªEs curioso tambi¨¦n que el beso se practique con uno de los extremos del aparato digestivo.
¡ªClaro, porque existe una relaci¨®n entre besar y comer.
¡ªEl cine, la literatura y las canciones est¨¢n llenas de besos.
¡ªPero las huellas que dejan esos besos son m¨¢s culturales. Las verdaderamente duras son las que vienen de la experiencia directa. Por eso, besar a los hijos es, adem¨¢s de un acto de amor, un acto de responsabilidad. Yo estoy en contra de campa?as como la que ha salido hace poco de Ralph Lauren en la que un hombre le da un beso en la boca a su hijo de unos tres a?os.
¡ªEs muy ambiguo, ?no?
¡ªNormalmente no te besas con un ni?o en la boca.
¡ªHay familias en las que se lleva a cabo esta pr¨¢ctica hasta determinada edad.
¡ªY luego pueden venir los problemas. Cuando esos ni?os llegan a la adolescencia, resignifican el beso en la boca. Muchas veces se dan por un af¨¢n de modernidad, de esnobismo, sin caer en la cuenta de las consecuencias que pueden tener m¨¢s adelante.
¡ªY ahora, con la pandemia de la covid-19, ?c¨®mo nos comemos que el mismo beso que nos daba la vida sea el que nos enferme?
¡ªCon dificultad. Los m¨¦dicos somos en esto los m¨¢s r¨ªgidos porque hemos visto el horror en los hospitales. El otro d¨ªa celebr¨¦ mi cumplea?os con los amigos y cuando entraban en casa el primer impulso era el de besarnos. Nos reprim¨ªamos, claro, pero despu¨¦s del primer vino la gente se relaja porque tenemos esa necesidad innata de besar.
¡ª?Es m¨¢s fuerte la necesidad que la prohibici¨®n?
¡ªM¨¢s fuerte, s¨ª. Solo lograremos no besarnos a base de miedo o de responsabilidad.
¡ªSi la prohibici¨®n se prolongara, ?llegar¨ªa a mitificarse el beso?
¡ªPodr¨¢ adquirir un significado nuevo. Quienes en este tiempo se atrevan a besar lo vivir¨¢n como algo de mucho amor al otro. Te beso y asumo que me puedes contagiar.
¡ªTe beso y asumo que me puedes matar.
¡ªEs un modo m¨¢s tr¨¢gico de decirlo. Con la pandemia, el beso va a adquirir una connotaci¨®n muy potente de lealtad, de amor, de adhesi¨®n, un poco tambi¨¦n como el beso de los mafiosos.
¡ª?Qu¨¦ pasa ahora cuando un m¨¦dico se ve obligado a hacer una respiraci¨®n boca a boca? ?Qu¨¦ puede m¨¢s, la responsabilidad o el miedo?
¡ªPues m¨¢s de uno se lo pensar¨ªa dos veces porque el miedo es libre y los m¨¦dicos hemos pasado mucho miedo durante los peores d¨ªas de la pandemia. Nos hemos sentido vulnerables, hemos pensado que nos pod¨ªamos contagiar entre nosotros. Ha habido una guerra terrible sobre qui¨¦n se atrev¨ªa a meterse en el asunto sin una buena protecci¨®n, sabiendo el riesgo que corr¨ªamos. Ha habido gente con valor que besaba a los enfermos o los cog¨ªan de la mano para acompa?arlos en los momentos m¨¢s dif¨ªciles. Los m¨¦dicos, en este sentido, hemos sido m¨¢s prejuiciosos que el personal de enfermer¨ªa.
¡ª?C¨®mo se explica?
¡ªCreo que la persona que se dedica a la enfermer¨ªa es m¨¢s cercana que el m¨¦dico porque piensa que su profesionalidad pasa tambi¨¦n por el contacto afectivo. Nosotros somos m¨¢s t¨¦cnicos. Si lo hacemos bien t¨¦cnicamente, ya hemos dado lo nuestro.
¡ªLos enfermeros y las enfermeras besan. Es un buen t¨ªtulo.
¡ªBesan y tocan¡
Tras despedirnos sin tocarnos, tomo el metro para volver a casa y, mientras me observo en el reflejo oscuro de la ventanilla del vag¨®n, pienso que tambi¨¦n la mirada ha adquirido una significaci¨®n nueva con el complemento de la mascarilla: los viajeros nos miramos como si, a punto de ahogarnos, nos llegara ya el agua al borde de los ojos.
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