Por qu¨¦ la crisis de la covid-19 es tambi¨¦n una crisis de gobernabilidad y c¨®mo salir de ella
Am¨¦rica Latina y el Caribe se ha coronado como foco de la pandemia, pero el problema y la soluci¨®n van m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico y social
El mundo ha cambiado. Lo que comenz¨® como una crisis unidimensional de salud, r¨¢pidamente se convirti¨® en una crisis socioecon¨®mica, humanitaria y pol¨ªtica en todo el mundo. Am¨¦rica Latina y el Caribe no son una excepci¨®n y m¨¢s bien se ha convertido en el epicentro de la pandemia. Los ¨²ltimos informes de situaci¨®n de OMS detallan que la regi¨®n concentra casi una tercera parte de los casos y muertes confirmados por covid-19.
La pandemia est¨¢ desencadenando el primer retroceso en los indicadores de desarrollo humano desde 1990. En Am¨¦rica Latina y el Caribe se proyecta que 30 millones de personas caer¨¢n en la pobreza, el n¨²mero de desempleados aumentar¨¢ a m¨¢s de 44 millones, la ca¨ªda de la productividad y el declive econ¨®mico es tan profunda que se estima que ser¨¢ hasta 2023 cuando los niveles de actividad se recuperen a los niveles de 2019. El FMI estim¨® la ca¨ªda de productividad en la regi¨®n tres veces mayor que en otras regiones emergentes. En resumen, la aguda crisis de salud est¨¢ acompa?ada en esta regi¨®n por un declive econ¨®mico y social sin equivalente en el mundo en desarrollo.
Aunque el virus afecta a todas las sociedades independientemente de los niveles de desarrollo humano o preferencias pol¨ªticas sus consecuencias son m¨¢s duras para los m¨¢s vulnerables. La resiliencia necesita un nuevo nombre ya que las identidades de las personas est¨¢n siendo desafiadas debido a la falta de empleo, los vulnerables son empujados hacia la pobreza y segmentos m¨¢s grandes de la poblaci¨®n aumentan la desconfianza hacia los gobiernos y otros, una mezcla explosiva en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
La crisis ya no es unidimensional o ¨²nica a la salud. La covid-19 no desaparecer¨¢ y necesitamos aprender a vivir con el virus. Mientras que la cura en lo individual es una vacuna o tratamiento m¨¦dico; la soluci¨®n a los impactos de la crisis y los problemas generados est¨¢n relacionados con la pol¨ªtica y la gobernabilidad en al menos tres dimensiones. Primero, las malas decisiones pol¨ªticas acompa?ada de una divisi¨®n pol¨ªtica fr¨¢gil. En segundo lugar, la escasa inversi¨®n cr¨®nica en salud p¨²blica alimentada por ideolog¨ªas pol¨ªticas sobre cu¨¢l es el papel del Estado. Y en tercer lugar, las reglas de patrocinio que han ampliado de manera cr¨®nica y sistem¨¢tica la divisi¨®n entre pobres y ricos, por ideolog¨ªas de izquierda o derecha.
Nunca en nuestra vida se ha dedicado tanta atenci¨®n a c¨®mo los gobiernos se comportan, responden y brindan soluciones. Para la mayor¨ªa de las sociedades, ya no se trata de reactivaci¨®n o recuperaci¨®n, sino de reconstrucci¨®n. El mundo ha cambiado y, por lo tanto, las respuestas de gobernabilidad a la crisis deben ser diferentes si la expectativa es construir una ¡°nueva normalidad mejorada¡±.
Ha llegado el momento de que la gobernabilidad cambie las reglas del juego para reducir la grotesca desigualdad y generar igualdad de oportunidades para toda la ciudadan¨ªa. La buena noticia es que en Am¨¦rica Latina y el Caribe la poblaci¨®n est¨¢ cambiando de opini¨®n hacia un mayor apoyo de que "los ingresos deben ser m¨¢s equitativos" (ver figura). Esto se da en un momento coyuntural donde se est¨¢ profundizando las desigualdades existentes y creando nuevas, se est¨¢ exponiendo asimetr¨ªas y debilidades en los sistemas sociales, pol¨ªticos, fiscales y econ¨®micos.
Desde la perspectiva de Am¨¦rica Latina y el Caribe, hoy est¨¢ claro que esta es una crisis de gobernabilidad y aqu¨ª hay siete formas en que esta crisis se puede convertir en una oportunidad:
1.- Revertiendo las tensiones a las medidas necesarias implementadas en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe para atender la crisis de salud. Esto por medio de pr¨¢cticas de gobernabilidad inclusiva y de di¨¢logo pol¨ªtico permanente entre los actores pol¨ªticos y econ¨®micos que permitan equilibrar ajustes fiscales, relaciones estado-sociedad, seguridad ciudadana e incluso derechos humanos y justicia.
2.- Asegurando el debido equilibrio e independencia de poderes del Estado en las respuestas de salud. Es decir, resguardar que los poderes de emergencia validan los principios de legalidad, proporcionalidad y temporalidad y minimizan recortes de libertades c¨ªvicas y pol¨ªticas.
3.- Resguardando el cumplimiento e implementaci¨®n de pr¨¢cticas democr¨¢ticas. Algunas elecciones se han llevado a cabo en condiciones dif¨ªciles (St. Kitts y Nevis, Surinam, Rep¨²blica Dominicana, por ejemplo) mientras otras se han pospuesto como es el caso de Bolivia y el refer¨¦ndum constitucional en Chile. Esto tiende a acentuar las divisiones y aumentar los riesgos de violencia pol¨ªtica.
4.- Enfatizando la importancia de la informaci¨®n y los datos, tanto de la situaci¨®n sanitaria como de los impactos socio-econ¨®micos de la crisis. Esto implica campa?as p¨²blicas y privadas de atenci¨®n y comunicaci¨®n sobre las oportunidades y experiencias positivas para reducir los altos grados de ansiedad y miedo en la ciudadan¨ªa ante la incertidumbre sobre la profundidad y duraci¨®n de la crisis.
5.- Reforzando los controles a los abusos de autoridad y corrupci¨®n y asegurar que la transparencia no se pone en cuarentena. Los estados de emergencia tambi¨¦n han presentado oportunidades de corrupci¨®n en la prisa de la contrataci¨®n p¨²blica. La urgencia ha provocado interrupciones y aumento de precios principalmente de equipos m¨¦dicos lo que supone redoblar esfuerzos de veedur¨ªa, auditor¨ªa y control social.
¡ì.- Fomentando debates basados en evidencia, respetando diferencias de criterio y construyendo consensos. Ha habido un aumento exponencial de informaci¨®n err¨®nea y desinformaci¨®n, principalmente motivada por intereses creados pol¨ªticamente. Esto alimenta las ansiedades y temores de la poblaci¨®n en general y ejerce presi¨®n sobre los gobiernos para que lideren y encuentren soluciones innovadoras.
7.- Robusteciendo la implementaci¨®n de Agenda 2030 y en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 y sus dimensiones de paz, justicia e inclusi¨®n que apuntan a no dejar a nadie atr¨¢s. Esto implica redoblar esfuerzos de parte de los gobiernos, sectores privados y ciudadan¨ªa en construir acuerdos de convivencia pac¨ªfica y de una mayor capacidad de recuperaci¨®n sostenible a una normalidad.
En el PNUD en Am¨¦rica Latina y el Caribe reconocemos que el camino hacia el desarrollo sostenible y el logro de la Agenda 2030 es como una carretera con tres carriles: productividad, inclusi¨®n y resiliencia. Este camino est¨¢ construido y pavimentado por una gobernabilidad efectiva. La calidad de este pavimento nunca ha sido m¨¢s necesaria y urgente para lograr una recuperaci¨®n sostenible a las medidas implementadas por la covid-19.
Jairo Acu?a-Alfaro es l¨ªder del equipo de Gobernabilidad del PNUD en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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