Qu¨¦ hay detr¨¢s de nuestra comida y las conexiones con el trabajo infantil

Al principio de la pandemia, muchos de nosotros nos dejamos llevar por el miedo. Preocupados por la escasez, nos abastecimos de latas, productos no perecederos, conservas y otros art¨ªculos esenciales. Con el paso del tiempo, tuvimos que adaptarnos a las nuevas rutinas en la compra: ir al supermercado durante las horas menos concurridas, esperar en la calle nuestro turno, desinfecci¨®n en la entrada y salida y guardar las distancias de seguridad marcadas por las autoridades sanitarias.

M¨¢s informaci¨®n

Otro impacto clave de la COVID-19: un mayor riesgo de violencia contra los ni?os

Recuerdos de verano

De infancia, cooperaci¨®n descentralizada y el efecto mariposa

En Espa?a, en la semana posterior a la declaraci¨®n del estado de alarma por el coronavirus, decretado el 14 de marzo para frenar su expansi¨®n, la compra de bienes de primera necesidad aument¨® en un 21%, seg¨²n la consultora Kantar. Nunca los espa?oles hemos apreciado tanto o pensado tanto en nuestra alimentaci¨®n como lo hicimos en ese momento y seguimos haci¨¦ndolo ahora. Pero no es solo este ¨²ltimo eslab¨®n el que se ha visto afectado por la covid-19, los trabajadores de las cadenas mundiales de suministro de alimentos tambi¨¦n se han visto y se ven profundamente afectados y expuestos a un mayor riesgo.

Si bien esto incluye al personal de la tienda de comestibles aqu¨ª, en Espa?a, que trabaja incansablemente para abastecer a los usuarios, tambi¨¦n incluye a muchos ni?os trabajadores. Antes de la covid-19, el 71% de los ni?os trabajadores en todo el mundo (108 millones de ni?as y ni?os) se encontraban dentro del sector agr¨ªcola, seg¨²n la OIT. Ya sea cosechando cacao en Costa de Marfil, caf¨¦ en Guatemala o camarones de Tailandia, los ni?os han desempe?ado un papel importante en el suministro de nuestros alimentos, a menudo a expensas de su propia salud y educaci¨®n.

El trabajo infantil se concentra en primer lugar en la agricultura, que incluye la pesca, la silvicultura, la ganader¨ªa y la acuicultura, y comprende tanto la agricultura de subsistencia como la comercial. Es decir, si aumenta considerablemente el consumo de alimentos podemos afirmar que la covid-19 est¨¢ poniendo a los ni?os en un riesgo a¨²n mayor.

La covid-19 y los menores de edad

El coronavirus tiene el potencial de aumentar los riesgos de trabajo infantil de m¨²ltiples maneras, incluyendo conducir a m¨¢s ni?as y ni?os a ¨¦l, aumentar la vulnerabilidad de aquellos que ya deben trabajar y socavar los esfuerzos ya realizados para abordarlo.

A medida que las ni?as y los ni?os de todo el mundo se quedan en casa para continuar con su educaci¨®n, muchos carecen de acceso a Internet y de la tecnolog¨ªa necesaria para participar en el aprendizaje remoto. La experiencia muestra que los ni?os que no est¨¢n en la escuela tienen un alto riesgo de caer en los sistemas de trabajo infantil y muchos simplemente nunca regresan.

La covid-19 tambi¨¦n est¨¢ ejerciendo una presi¨®n considerable sobre los medios de vida y las finanzas de las familias. La OIT ha estimado que el equivalente a 305 millones de empleos a tiempo completo podr¨ªa haberse perdido entre abril y junio. Adem¨¢s, entre 42 y 66 millones de ni?os corren el riesgo de caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este a?o, adem¨¢s de los 386 millones de ni?os que ya est¨¢n situados en los l¨ªmites de la pobreza extrema. Millones de ni?as y ni?os podr¨ªan ser empujados al trabajo infantil para sobrevivir y ayudar a que sus familias puedan ganarse la vida.

Un buen indicativo del impacto de la p¨¦rdida de ingresos se puede encontrar en el cacao. La evidencia de un estudio de la Iniciativa Internacional del Cacao en Costa de Marfil encontr¨® que una reducci¨®n del 10% en el ingreso familiar condujo a un aumento del 5% en el trabajo infantil. Aunque este estudio se realiz¨® antes de la pandemia, sirve como una llamada de advertencia para el contexto actual.

Fairtrade International advierte que la crisis est¨¢ alterando las cadenas mundiales de suministro de alimentos y el bienestar de los productores. Los pa¨ªses occidentales est¨¢n disminuyendo ciertas importaciones debido a problemas de seguridad que se traducen en fuertes ca¨ªdas de los pedidos. Por ejemplo, se informa de que el precio del t¨¦ en la India se redujo en casi un 40% debido a la menor demanda. Esto ha llevado a grandes p¨¦rdidas de trabajo e ingresos entre los grupos que ya eran vulnerables.

Incluso cuando se vuelvan a abrir las escuelas, los padres sin trabajo pueden no tener el dinero para pagar las cuotas y suministros escolares, lo que aumenta la vulnerabilidad al trabajo infantil.

El impacto de nuestras compras

Intentar investigar qu¨¦ hay detr¨¢s de nuestra comida y las conexiones con el trabajo infantil pueden parecer una carga adicional y m¨¢s energ¨ªa por nuestra parte que parece que en estos momentos escasea. Pero tenemos la oportunidad de repensar c¨®mo consumimos y el impacto que estas compras tienen en aquellos que cultivan y producen nuestros alimentos.

Saber que es probable que los ni?os sean explotados en mayor medida deber¨ªa darnos una sensaci¨®n de urgencia para actuar.

Podemos hacer peque?os gestos como ser conscientes de qu¨¦ alimentos tienen un alto riesgo de trabajo infantil y estar especialmente pendientes de ellos. Convirt¨¢monos en consumidores conscientes buscando etiquetas ¨¦ticas como Fairtrade; es una forma de ayudar a las familias de todo el mundo a ganar un salario digno y reducir la probabilidad de que sus hijos terminen en trabajos sucios, peligrosos y degradantes.

Eloisa Molina es coordinadora de Comunicaci¨®n de World Vision.