Biograf¨ªa del cad¨¢ver de una ni?a, Nora
En Espa?a tenemos menores prostituidas, obligadas a vender su cuerpo cada d¨ªa, cada noche, por proxenetas que las mantienen encerradas
Nada m¨¢s abrir la puerta de su piso, Paco encontr¨® a su hija Nora tirada en el suelo del rellano. La cara de su peque?a estaba ensangrentada, de una herida en la barbilla manaba la sangre, como si de un manto rojo se tratara, cubr¨ªa todo su precioso rostro. En un primer momento, el padre pens¨® que le hab¨ªan dado una paliza, pero Nora no respiraba. Lo que hab¨ªa all¨ª tendido a dos metros de la puerta de su casa era el cad¨¢ver de una ni?a, su ni?a, con tan solo 16 a?os, muerta por sobredosis de droga.
D¨ªas antes, Teresa hab¨ªa entrado a la habitaci¨®n de su hija Nora para llevarla al instituto. La ni?a cursaba 3? de la ESO en un instituto de Palma de Mallorca donde viv¨ªan. No la vio en su cuarto y la llam¨® por el resto de las habitaciones de la casa, para volver minutos despu¨¦s al dormitorio de su hija y ver como ella sal¨ªa de debajo de su cama. Teresa la pregunt¨® a Nora por qu¨¦ se hab¨ªa escondido, Nora le contest¨® que no quer¨ªa ir a clase, pero la madre la convenci¨® y, tras vestirse con su uniforme y hacer acopio de su bocadillo y un zumo en la mochila, la madre la acompa?¨® al instituto. Lo que no sab¨ªa Teresa es que Nora no se tomar¨ªa ese bocata durante el recreo en el centro escolar, sino que aprovechar¨ªa el tiempo de esa pausa, tal y como hab¨ªa sucedido en muchas otras ocasiones en los ¨²ltimos meses, para fugarse¡ ?Pero a d¨®nde iba la adolescente? ?Con qui¨¦n?
La dependencia que devora
Hac¨ªa meses que Nora hab¨ªa bajado a los infiernos de la droga, a una dependencia que la devoraba sin cuartel, pero sus padres no sab¨ªan nada. Todo empez¨® en el parque del Otta, donde todos los d¨ªas quedaba con sus amigas. All¨ª conocieron a una mujer de 35 a?os, toxic¨®mana y prostituta, que hac¨ªa el papel de captadora de menores para introducirlas primero en las drogas y despu¨¦s, cuando ya necesitaban la dosis de coca¨ªna, en la prostituci¨®n.
As¨ª fue como la mallorquina Nora Ayala, de tan solo 16 a?os, cay¨® en manos de una red de delincuentes dedicada a prostituir a menores tras convertirlas en adictas a las drogas, porque Nora, que era una adolescente de clase media, no ten¨ªa problemas econ¨®micos y necesitaron arrastrarla a ese mundo para doblegar su voluntad.
Seis meses despu¨¦s de la muerte por sobredosis de Nora el 25 de septiembre de 2011, agentes de la Polic¨ªa Nacional deten¨ªan a ocho personas en la llamada Operaci¨®n Nancy, que guarda muchas similitudes con el posterior esc¨¢ndalo de las menores captadas en centros tutelados en Mallorca en el 2020, tambi¨¦n para obligarlas a tener sexo con adultos a cambio de dinero o droga.
Las adolescentes, son presas codiciadas para los proxenetas porque son muy f¨¢ciles de intimidar, adem¨¢s de m¨¢s d¨®ciles, y tienen gran demanda por parte de los hombres prostituyentes porque son sumisas.
Menores obligadas a vender su cuerpo
En Espa?a tenemos menores prostituidas, obligadas a vender su cuerpo cada d¨ªa, cada noche, por proxenetas que las mantienen encerradas sobre todo en pisos por la dificultad de acceso para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero tambi¨¦n en burdeles, como fue el caso de las dos adolescentes de 16 a?os estudiantes de hosteler¨ªa en Madrid, que fueron captadas con enga?os ofreci¨¦ndoles un trabajo como ayudantes de cocina para acabar siendo explotadas sexualmente bajo coacciones y amenazas en un puticlub de Mocej¨®n, un peque?o pueblo de Toledo.
Menores rescatadas a las que se obligaba a vender su cuerpo a base de multas y palizas, en burdeles de M¨¢laga, Murcia, C¨®rdoba, Granada... En este ¨²ltimo se rescat¨® a una chica de origen nigeriano a la que obligaban a beber sangre de animales decapitados por negarse a los abusos sexuales.
Normalmente las adolescentes son rescatadas de las abusivas condiciones a las que son sometidas por los grupos criminales, porque el miedo las atenaza, no las deja escaparse, salvo alguna excepci¨®n, como fue el caso de una menor rumana. Madalina fue captada en su pa¨ªs de origen, Rumania, por un clan de ese pa¨ªs dedicado a surtir de carne fresca a los grandes clubes de Espa?a, y a explotar ellos mismos a un ej¨¦rcito de mujeres y adolescentes en el pol¨ªgono Marconi de Villaverde (Madrid) y en la c¨¦ntrica calle de Montera tambi¨¦n de la capital.
A Madalina la captaron con el m¨¦todo loverboy, es decir, la enamor¨® un chico miembro de la red de tratantes de esclavas quien le prometi¨® un trabajo de camarera. La acompa?¨® a nuestro pa¨ªs y una vez aqu¨ª la entreg¨® a la banda afincada en un piso de Valdemoro (Madrid).
Palizas con cables, pu?etazos, violaciones en grupo y otras salvajadas m¨¢s propias del guion de una pel¨ªcula de terror que de la realidad fue lo que recibi¨® esta ni?a de apenas 15 a?os para obligarla a vender su cuerpo en Montera, esa calle madrile?a por la que pasan a diario miles de personas, y muchos prostituyentes buscando estos suculentos manjares.
Madalina fue muy valiente y, en un descuido de los proxenetas y con ayuda de un taxista, se escap¨®, pero poco dur¨® esa ruptura de las cadenas con sus amos. Apenas unas semanas la menor estuvo protegida por una ONG y so?ando con su regreso a Rumania, pero sus captores nunca dejaron de buscarla y la encontraron.
Atada a un radiador
Afortunadamente, unos d¨ªas despu¨¦s, la UCRIF (Polic¨ªa Nacional) segu¨ªa a los malos hasta el piso de Valdemoro donde se encontraron a la menor atada con una cuerda a un radiador como si fuera un perro.
Cuando los mafiosos la hab¨ªan llevado de regreso al piso despu¨¦s de encontrarla, fue recibida por el jefe del clan con una patada en la boca, para seguir con una buena tunda de palos delante de las otras mujeres a modo de advertencia. Le hab¨ªan rasurado las cejas y el cabello con una maquina de afeitar, la hab¨ªan obligado a beber agua con sal y, por ¨²ltimo, la marcaron como al ganado, con un tatuaje de c¨®digo de barras en su peque?a mu?eca derecha con el precio que hab¨ªan pagado por ella, 2.000 euros. Eso es lo que val¨ªa la vida de esta menor.
Todo esto ocurre aqu¨ª. Muchas personas jugamos con nuestros hijos e hijas de la edad de estas ni?as, mientras otros van a comprarlas para abusar sexualmente de ellas y algunos miran para otro lado, porque esto no va con ellos.
#Aqu¨ªEstamosNora
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