Nuestros vecinos los ¨¢rboles
Barcelona dispone de un registro en ¡®open data¡¯ de todos los ¨¢rboles de la ciudad
Hablemos sobre ¨¢rboles. Pongamos inter¨¦s en su nombre, su h¨¢bitat, la compensaci¨®n de vida a su alrededor, su comunicaci¨®n por las ra¨ªces con otros seres vegetales. Vivir en ciudad es un plus de desconexi¨®n con ellos porque parecen formar parte de un paisaje urbano al servicio del cemento. Todav¨ªa se consideran parte del mobiliario y su presencia es la ¨²ltima prevista. Primero la calle para los coches, luego acera, alg¨²n banco y quiz¨¢s un ¨¢rbol. Y como es el ¨²ltimo de la lista ni tan solo nos fijamos en su especie, total seguro que es otro Platanero, ciudad monocolor.
Hace seis a?os el Ayuntamiento de Barcelona incorpor¨® a su cat¨¢logo de open data los datos sobre el arbolado urbano de la ciudad. Supimos que conviv¨ªamos con 156.477 ¨¢rboles, que el barrio con m¨¢s n¨²mero de individuos era Sant Mart¨ª, seguido del Eixample y el que menos, claro, Ciutat Vella. Ahora hab¨ªa que ponerles nombre, situarlos en un mapa que fuera f¨¢cil de consultar. De eso comenzaron a encargarse gente como el ge¨®grafo Juanjo Vidal al que no le cost¨® demasiado catalogar y volcar la informaci¨®n gracias a la aplicaci¨®n Carto DB.?
Fue una iniciativa particular, pero todav¨ªa hoy tiene salida. Con ella detectamos las v¨ªas con m¨¢s concentraci¨®n de ¨¢rboles y descubrimos la especie de cada ejemplar, es decir, le damos presencia y personalidad al ¨¢rbol o los ¨¢rboles de la calle. As¨ª cerca de los Platanus Hispanica, que siguen siendo mayor¨ªa, aparecen Acacias del Jap¨®n, Naranjos, pocas Encinas, Chitalpas,Tilos de Crimea, ?rboles del Amor, alg¨²n Almez, Arboles Botella en la calle Arag¨®, Espinos de Jerusal¨¦n junto a la Pl. Universitat, Olmos Siberianos en el Portal de Santa Madrona cerca del puerto, Ciruelos Rojos en la calle Ifni, de manera que a nuestros vecinos ya es m¨¢s f¨¢cil saludarlos y reconocerlos por lo que son.
'Domestik Wild' ha terminado su proyecto Ox¨ªgen: convertir en bancos con mensaje los troncos de los ¨¢rboles ca¨ªdos en el ¨²ltimo temporal Gloria
Lo siguiente ser¨ªa poder emboscarnos para lograr la suerte del ¡°hombre asilvestrado¡± como dec¨ªan aquellos que decidieron apostar por vivir en los bosques como lugar-refugio. Si en ciudad cuatro ¨¢rboles son un bosque, no deber¨ªa resultarnos dif¨ªcil atender al que es nuestro reloj biol¨®gico, el ¨¢rbol cercano, el bosque cercano. El grupo de ¡°frikis¡± de los alcorques ya lo estamos haciendo, preservando la vida silvestre que ayudamos a crecer en el poco espacio de tierra que rodea ese ser inmenso que puede llegar a vivir 5000 a?os. Las vecinas de la Pl. de les Dones de Nou Barris tambi¨¦n lo tienen claro, quieren que sea catalogado el viejo Eucaliptus de 80 a?os.
?Y en qu¨¦ medida lo que en un principio era un retiro, un peque?o bosque en el parque p¨²blico, puede convertirse en impulso? ?C¨®mo esa conexi¨®n con Encinas, ?rboles del Amor, Tilos, Naranjos y Ciruelos puede activar nuestra conexi¨®n natural y social, de comunidad vecinal en zona urbana? Esto est¨¢ llegando. De momento en la zona m¨¢s boscosa de la ciudad, en Collserola, el colectivo art¨ªstico Domestik Wild ha terminado su proyecto Ox¨ªgen con el que convertir en bancos con mensaje los troncos de los ¨¢rboles ca¨ªdos en el ¨²ltimo temporal Gloria que azot¨® nuestro litoral.
Pero nos falta todav¨ªa mucha informaci¨®n, el desconocimiento sobre los ¨¢rboles, sobre todo desde su ra¨ªz. Tal desconocimiento llega hasta el extremo que la vida en los suelos forestales est¨¢ menos explorada que la superficie de la luna. Lo cuenta Jean-Baptiste Vidalou (pseud¨®nimo) en su libro Ser Bosques (Editorial Errata Naturae) al que os recomendamos dar un repaso. Lo dicho, queremos seguir hablando de ¨¢rboles, porque como dice nuestro amigo Vidalou ¡°un d¨ªa habr¨¢ que elegir entre los apegos a la vida frente a los que pretenden destruirla¡± y en ellos seguro que habr¨¢ alg¨²n ¨¢rbol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.