El ¨¦xodo de Nueva York: huyendo de las madrigueras de Manhattan
La pandemia, los precios y la b¨²squeda de naturaleza arrastran a muchos a cambiar ciudad por campo.
Al final del verano terminan en la ciudad de los rascacielos muchos contratos de alquiler que ya no ser¨¢n renovados. En barrios como el Upper West Side, donde hace unos meses era imposible encontrar vivienda, los camiones de mudanza se han convertido en elemento habitual del paisaje. All the kids are leaving! (¡°?se est¨¢n marchando todos los j¨®venes!¡±) es el lamento que repiten como un mantra los caseros. Estudios, apartamentos de una habitaci¨®n y pisos compartidos se vac¨ªan como si no existiera el ma?ana. La pandemia ha descubierto la avaricia end¨¦mica de muchos propietarios que, durante a?os, se han aprovechado de la alta demanda neoyorquina para ofertar ¡°madrigueras¡± disfrazadas de lugares habitables a precios de esc¨¢ndalo. Piden 1.300 d¨®lares (unos 1.100 euros) por un cuarto raqu¨ªtico y m¨ªnimas zonas comunes en las que apelmazarse con otros siete inquilinos, en la calle 72 y Madison. Unos 3.200 por un one-bedroom en el Lower Manhattan.
El negocio era posible porque los j¨®venes solo necesitaban un sitio donde dormir. Trabajaban, com¨ªan y se divert¨ªan fuera de casa. Pero, con la llegada de la covid, empezaron a pasar horas en la caverna y a darse cuenta de d¨®nde viv¨ªan y¡ ?lo que pagaban por ello! Al principio la huida fue provisional. Se marcharon con lo puesto a casa de sus padres (que en Estados Unidos suele estar en el campo porque la mayor¨ªa de los estadounidenses son de pueblo) y con la idea de regresar una vez capeado el temporal. Abril, mayo, junio, julio, agosto¡, alargada la agon¨ªa del corona, perdido el empleo o prorrogada la opci¨®n del teletrabajo y, en vista de que en NY City no terminan de reabrirse ni los bares ni las oficinas, los menores de 35 est¨¢n volviendo solo a recoger sus pertenencias y a rescindir los contratos. ?Qui¨¦n quiere habitar en un agujero pudiendo pagar menos por una casa con jard¨ªn en las afueras o en otro Estado?
Seg¨²n la compa?¨ªa de recolocaci¨®n United Van Lines, el salario anual del 61% de los que abandonan la ciudad est¨¢ por encima de los 100.000 d¨®lares (en torno a 84.500 euros). Si te los siguen pagando fuera de esta ciudad, mucha plata. Desde marzo, en el valle del Hudson, los precios de las viviendas se han disparado. Alquilar en peque?as ciudades como Kingston o Hudson se ha vuelto pr¨¢cticamente imposible. Las casas a la venta tienen decenas de compradores que se pelean por ellas en subasta. Y en el campo de golf de Dinsmore, en la aldea de Staatsburg, donde la gerente confiesa que el a?o pasado por estas fechas sol¨ªa echarse cabezadas de aburrimiento en el mostrador, no dan abasto repartiendo tee times. Nueva York resurgir¨¢, ?pero c¨®mo? Quiz¨¢s de esta crisis, en lugar de una ciudad medio vac¨ªa, surjan caseros que adecenten sus viviendas y las alquilen a precios m¨¢s razonables. Ya veremos.
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