Las desigualdades en la sociedad m¨¦trica
La cuantificaci¨®n y la traducci¨®n num¨¦rica tienen consecuencias laborales, educativas y econ¨®micas
En ¡®Nosedive¡¯ ¡ªmemorable primer cap¨ªtulo de la tercera temporada de Black Mirror¡ª, los personajes usaban una aplicaci¨®n que les permit¨ªa evaluar y ser evaluados en sus interacciones sociales a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil. Aquel episodio fue recibido como una suerte de pesadilla dist¨®pica que algunos pensaron que se hizo realidad cuando Netflix cre¨® la aplicaci¨®n RateMe, cuando el Gobierno chino implant¨® un sistema de puntuaci¨®n para sus ciudadanos o cuando pa¨ªses como Singapur y Corea del Sur ordenaron a sus poblaciones instalar apps de geovigilancia en sus celulares para combatir la covid-19.
De hecho, en nombre de la intimidad y la protecci¨®n de datos, varios Gobiernos europeos se negaron a adoptar medidas semejantes o eso han querido que creamos, porque mucho antes del estreno de ¡®Nosedive¡¯ ya estaban en marcha procesos de macrodiagn¨®stico que ¡ªseg¨²n el soci¨®logo alem¨¢n Steffen Mau¡ª nos han convertido en ¡°ciudadanos m¨¦tricos¡± de una ¡°sociedad m¨¦trica¡±, tal como estableci¨® en Das metrische Wir. ?ber die Quantifizierung des Sozialen (2017), el libro que ha revolucionado las ciencias sociales.
Mau ha demostrado c¨®mo la cuantificaci¨®n y la traducci¨®n num¨¦rica empleada por las sociedades contempor¨¢neas para autodescribirse, autoconocerse y autorracionalizarse han creado nuevas formas de desigualdad que tienen inexorables consecuencias laborales, educativas o econ¨®micas, por no hablar de su impacto en los mecanismos de acceso a la vivienda, las pensiones y la sanidad. Hablando en plata: la cuantificaci¨®n transfiere principios de mercado hacia actividades que no forman parte del mercado, de modo que los datos adquieren valor y en consecuencia hacen las veces de precios.
A trav¨¦s de las m¨¦tricas, un profesor universitario puede conocer su ¨ªndice h, su ¨ªndice i10 y el n¨²mero de veces que sus publicaciones han sido citadas, datos decisivos a la hora de obtener contratos, ascensos y acreditaciones. Por otro lado, la mayor¨ªa de comercios y servicios ha implantado un sistema de valoraci¨®n de sus trabajadores que repercute sobre los salarios y las contrataciones de forma no siempre objetiva, pues muchas veces el cliente desear¨ªa puntuar mal a las empresas, pero esas puntuaciones solo perjudican a los trabajadores m¨¢s vulnerables, como los teleoperadores.
Steffen Mau no pretende afirmar que las m¨¦tricas nos conducen a un mundo peor o mejor, sino a un mundo distinto, reseteado y formateado por el uso de los datos, ya que los valores num¨¦ricos asignados a individuos, instituciones o actividades reconfiguran nuestra visi¨®n del valor o estatuto de tales entidades. Por tanto, los datos ser¨¢n cada vez m¨¢s decisivos para suprimir derechos, conceder oportunidades y gestionar conflictos. Seg¨²n Mau, las clases medias son las v¨ªctimas por excelencia de la cuantificaci¨®n. Su estabilidad laboral depende de esas puntuaciones que les producen ¡°estr¨¦s m¨¦trico¡±, un enfermizo af¨¢n de comparaci¨®n y esa patolog¨ªa no viral que Byung-Chul Han denomin¨® ¡°autoexplotaci¨®n¡±.
Cuando Black Mirror estren¨® ¡®Nosedive¡¯ en 2016, el mundo ya estaba organizado y mensurado a trav¨¦s de calificaciones. Los guionistas solo se limitaron a imaginar que ?Lacie era la encarnaci¨®n de cualquier universidad por encima del puesto mil del ranking de Shangh¨¢i o una revista acad¨¦mica sin indexar. Lacie era una paria m¨¦trica en la era de las sociedades m¨¦tricas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.