Gordon Matta-Clark, el ¡®anarquitecto¡¯ que destru¨ªa edificios
El artista neoyorquino creaba a partir de la destrucci¨®n cortando casas o abriendo huecos en bloques a punto de ser derribados. Muri¨® en 1978, pero su obra est¨¢ m¨¢s vigente que nunca
A principios de los a?os setenta Manhattan no era un lugar glamuroso. Una fuerte crisis urbana azotaba la ciudad debido a los desajustes financieros y la desindustrializaci¨®n; seg¨²n en qu¨¦ zonas, brotaba el abandono, las ruinas, la suciedad, el crimen, las bandas juveniles. En aquellos a?os la ciudad lleg¨® a pedir un rescate al gobierno federal, pero el presidente Gerald Ford la mand¨®, en principio, a paseo, como reflej¨® el c¨¦lebre titular del Daily news (Ford to the city: drop dead). En este contexto suced¨ªa la obra del joven artista Gordon Matta-Clark. ¡°Gordon se ve¨ªa a s¨ª mismo como un alquimista que transformaba la basura de la ciudad en algo m¨¢s¡±, en palabras de su viuda Jane Crawford.
Nacido en 1943, fue un artista hijo de artistas: su padre, con el que tuvo una relaci¨®n problem¨¢tica por su ausencia como figura paterna, era el pintor surrealista chileno Roberto Matta. Su madre, la artista estadounidense Anne Clark. Una fuerte influencia fue otro artista, Marcel Duchamp, amigo de su padre y de cuya mujer era ahijado. ¡°Gordon vio durante toda su infancia a su padre y a Duchamp hacer travesuras y dijo: ¡®yo quiero ser como ellos, quiero ser un artista¡±, seg¨²n el relato de Crawford.
Sus obras m¨¢s c¨¦lebres son los cuttings: cortes realizados en los edificios, como franjas interdimensionales que abren la posibilidad de nuevos espacios, nuevas perspectivas, nuevos significados y mucho asombro.
Sus obras m¨¢s c¨¦lebres son los cuttings: cortes realizados en los edificios, como franjas interdimensionales que abren la posibilidad de nuevos espacios, nuevas perspectivas, nuevos significados y mucho asombro. Son cortes a mano, con sierra o cincel, donde se involucra el propio cuerpo del artista. No est¨¢ claro si construye o si destruye, si agujerea la materia o esculpe la luz. Por ejemplo, Splitting (1974) es el corte de una vivienda en un barrio negro de Nueva York, un edificio no monumental, que estaba siendo demolido y que el artista parti¨® en dos partes por la mitad. Desde fuera ten¨ªa un aspecto ins¨®lito y al transitar por el interior proporcionaba nuevos juegos de luces e impresiones: ahora solo se puede pasear por el interior de las obras de Matta-Clark a trav¨¦s de los videos experimentales que realiz¨®.
¡°Se le suele conocer como el artista que cortaba edificios, pero es una visi¨®n simplista¡±, explica Harold Berg, coleccionista (y fan¨¢tico) de Matta-Clark. ¡°Hay que mirarle como alguien que est¨¢ abriendo espacios, visiones, contextos que antes no exist¨ªan. Y que ten¨ªamos miedo a explorar¡±. El coleccionista ha cedido piezas de su colecci¨®n a museos como el Macba de Barcelona o el Whitney de Nueva York (que, por cierto, trabaja con el artista David Hammon en un proyecto de ¡°monumento fantasma¡± a la figura de Matta-Clark cerca de sus instalaciones). Berg aprecia la versatilidad a la hora de mezclar disciplinas (lo arquitect¨®nico y lo perform¨¢tico, el audiovisual y el texto, la fotograf¨ªa y el dibujo) o a la hora de colaborar con otros artistas como la core¨®grafa Trisha Brown o el director teatral Bob Wilson.
V¨ªdeo de 'Conical intersect', intervenci¨®n de 1975.
Otro ejemplo de esos espacios descubiertos es la excavaci¨®n de un hueco c¨®nico en un edificio de Par¨ªs (Conical intersect, 1975) que estaba a punto de ser demolido, en el solar donde ahora se asienta el centro cultural Pompidou. En los videos de la ¨¦poca se ve a los transe¨²ntes parisinos alucinados ante la acci¨®n de aquellos se?ores que, sierra en mano, horadaban de forma inveros¨ªmil la mole arquitect¨®nica. ¡°Es una experiencia muy f¨ªsica. Cuando nos ves quitar una esquina de un edificio hay resoplidos, escalada y peque?as acrobacias. Adem¨¢s, pasamos semanas enteras con herramientas en las manos, como una extensi¨®n de nuestro propio cuerpo. Es como una performance con casco de obra, produciendo una brutalidad de l¨ªnea clara¡±, seg¨²n dijo el propio artista en una entrevista recogida en el cat¨¢logo Collecting Matta-Clark, de una exposici¨®n de la colecci¨®n de Berg en la Accademia Nazionale di San Luca, en Roma. Desde dentro del edificio, las fotograf¨ªas muestran un mundo lis¨¦rgico y escheriano donde los diferentes espacios de los apartamentos y de la calle se suceden como en un milhojas raro.
"Es un artista que utiliza el espacio en un momento de cambios paradigm¨¢ticos l: hay una generaci¨®n de artistas que entienden el arte como algo espacial, ya no est¨¢ en el cuadro bidimensional¡±, (Gloria Moure)
¡°El voyeurismo y los juegos del lenguaje son muy evidentes en la obra de Matta-Clark, probablemente de inspiraci¨®n duchampiana, y tambi¨¦n el compromiso pol¨ªtico habitual en los artistas chilenos de la ¨¦poca¡±, explica la cr¨ªtica Gloria Moure, que comisari¨® la exposici¨®n de Matta Clark en el Museo Reina Sof¨ªa en 2006 y ha realizado estudios sobre el artista, como el libro Gordon Matta-Clark. Obras y escritos (Ediciones Pol¨ªgrafa). ¡°Adem¨¢s, es un artista que utiliza el espacio en un momento de cambios paradigm¨¢ticos en la cultura occidental: hay una generaci¨®n de artistas que entienden el arte como algo espacial, ya no est¨¢ en el cuadro bidimensional¡±, a?ade la comisaria.
Matta-Clark se fue en 1962 a Par¨ªs, donde estudi¨® literatura francesa en la Sorbona y entr¨® en contacto con las corrientes filos¨®ficas y art¨ªsticas del momento, aunque la capitalidad mundial del arte estaba pasando en aquella ¨¦poca de Par¨ªs a Nueva York. Hay quien ve en su obra una impronta situacionista, su intervenci¨®n en los edificios como un d¨¦tournement de los que practicaban Guy Debord y sus secuaces; adem¨¢s de la influencia de la deconstrucci¨®n de Jacques Derrida.
Un v¨ªdeo introductorio de la muestra 'Anarchitecte?' en Jeu de Paume, Par¨ªs (2018)
Cuando regres¨® a Nueva York, Matta-Clark estudia arquitectura en Cornell, entra en contacto con el land art (otra posible influencia) y se convierte en uno de esos artistas exploradores y pioneros urbanos que se adentraron y afincaron en la degradada zona del SoHo, llena de talleres y almacenes industriales abandonados donde los artistas, por lo general pobres, ten¨ªan espacio para crear y para vivir. ¡°Los propietarios desesperados hac¨ªan tratos con los artistas desperados para alquilar aquellos lofts como estudios, y hac¨ªan la vista gorda si viv¨ªan all¨ª de forma ilegal¡±, explica la bailarina Carol Gooden en el libro Collecting Matta-Clark.
Cuando regres¨® a Nueva York, Matta-Clark? se convierte en uno de esos artistas exploradores y pioneros urbanos que se adentraron y afincaron en la degradada zona del SoHo
Aquella era a¨²n la aut¨¦ntica bohemia art¨ªstica, en la prehistoria de los procesos de gentrificaci¨®n, cuando la palabra SoHo se?alaba para el gran p¨²blico un lugar del que huir m¨¢s que una manera de designar los barrios cool de todo el planeta. No deja de ser parad¨®jico que un artista comprometido con los problemas urbanos y arquitect¨®nicos estuviera en los inicios de unos procesos de mercantilizaci¨®n y elitizaci¨®n de la ciudad que probablemente hubiera repudiado.
En 1971 Matta-Clark abri¨® en el SoHo, junto con Gooden y algunos de los que ser¨ªan miembros del colectivo Anarquitecture (que viene de anarqu¨ªa y arquitectura) el restaurante Food, que era m¨¢s que un restaurante: all¨ª cocinaban diferentes artistas, seg¨²n el d¨ªa, y se celebraban eventos y performances. De hecho, Matta-Clark se inici¨® en la intervenci¨®n de edificios a la hora de acondicionar este espacio para la actividad art¨ªstica. Una muestra del ambiente que se respiraba se encuentra en el breve documental Food (1972), obra del propio artista.
El documental 'Food' (1972, de Gordon Matta-Clark.
Por ah¨ª pasaban artistas como Robert Rauschenberg y Donald Judd, bailarinas como Trisha Brown o m¨²sicos como Phillip Glass o John Cage. Harold Berg recuerda visitar Food durante su infancia neoyorquina: ¡°Era muy peque?o para enterarme muy bien qu¨¦ era aquello y todav¨ªa no sab¨ªa qui¨¦n era Matta-Clark, pero recuerdo el ambiente relajado, lo extra?o de la comida, de la forma de servirla¡ Era una experiencia diferente a lo que estaba acostumbrado. Fuera, las calles estaban desiertas¡±.
Matta-Clark y los anarquitectos estaban interesados en otros espacios. ¡°Por ejemplo, los lugares donde te paras a atarte los cordones de los zapatos, lugares que solo suponen una interrupci¨®n en tus movimientos cotidianos¡±, seg¨²n el propio artista. En este sentido, una de las obras m¨¢s interesantes de Matta-Clark se titula Fake estates. El artista compr¨® 15 terrenos peque?os e in¨²tiles en el distrito neoyorquino de Queens: parcelas entre edificios, tierras bald¨ªas, espacios intersticiales de la ciudad, los lugares olvidados y sin uso que interesaban, precisamente, a los miembros de Anarquitecture. Como una constelaci¨®n de la inutilidad urbana. ¡°En esos lugares donde no se puede edificar, no se puede especular, que no le interesan a nadie, es donde puede brotar la libertad¡±, concluye Moure.
Matta-Clark muri¨® en 1978 de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas fulminante. Toda su vida y su obra solo hab¨ªan durado 35 a?os.
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