?Creen ustedes?
No se sabe cu¨¢ndo volver¨¢ a haber elecciones, pero les auguro un cataclismo a casi todos los partidos vigentes
A estas alturas de la epidemia, lo que m¨¢s sorprende y enfada es la indiferencia o desd¨¦n esencial de nuestros pol¨ªticos por la salud, la econom¨ªa y, sobre todo, la percepci¨®n de los ciudadanos. Suelen estar fuera de la realidad, enfrascados en sus disputas y ri?as, en sus ventajismos y en eso tan mezquino conocido como ¡°tomar posiciones de cara al futuro¡±. Pero hay momentos de la realidad que no permiten salirse de ella, y el actual es uno largu¨ªsimo, que ya dura ocho meses. Y sin embargo, como si se hubieran aburrido del problema que nos afecta, cuanto m¨¢s se demora, m¨¢s desentendidos est¨¢n. La sensaci¨®n predominante en los espa?oles de cualquier regi¨®n es que sus representantes, lejos de concentrarse en lo urgente y fundamental, y de protegernos y guiarnos en lo posible, nos han dicho: ¡°Comp¨®nganselas como puedan, cada uno por su cuenta. Nosotros estamos absortos en asuntos m¨¢s importantes¡±.
He escrito ¡°de cualquier regi¨®n¡± a conciencia, aunque sin duda habr¨¢ algunas Comunidades menos fr¨ªvolas, irresponsables y dejadas que otras (no s¨¦: Asturias quiz¨¢, no poseo informaci¨®n suficiente). A la cabeza de la frivolidad y la dejadez, el Gobierno central. Uno oye las intervenciones de sus miembros y le cuesta dar cr¨¦dito. Carmen Calvo ¡ªluego Pedro S¨¢nchez¡ª largan interminables peroratas sobre el destino del Valle de los Ca¨ªdos y una ¡°Memoria Democr¨¢tica¡± que pondr¨¢ las cosas en su sitio. ?De verdad creen que, en medio de la cat¨¢strofe cotidiana, eso apremia y les importa a los ciudadanos, aparte de a unos centenares para los que s¨ª resulta acuciante? ?Cree Illa que nos preocupan extremadamente sus querellas con la Comunidad de Madrid, por mucho que las revista de algunas razones? ?Cree D¨ªaz Ayuso otro tanto, s¨®lo que a la inversa, o que nos sulfura el acoso que sufre por parte del Ejecutivo y de los columnistas y tertulianos deseosos de servirle y congraciarse con ¨¦l? No nos convencer¨¢ de ser Juana de Arco en la hoguera, porque en todo caso ella misma habr¨ªa encendido su pira y de paso las de los dem¨¢s. ?De veras se persuade Casado de que sus cuitas y aspavientos est¨¦riles pesan m¨¢s en nuestro ¨¢nimo que la necesidad de contar con unos Presupuestos sin los que la ayuda europea no podr¨¢ ni echar a andar? ?Cree Abascal que hoy pueden inflamar a nadie sus rid¨ªculos exabruptos contra todo lo habido y por haber? Y los independentistas catalanes, ?piensan que sus tormentos identitarios y judiciales est¨¢n por encima del coronavirus y de la pobreza creciente? Bueno, ellos llevan un decenio no s¨®lo fuera de la realidad, sino de la democracia m¨¢s elemental. El alcalde de Madrid fue cr¨ªtico acerbo de su predecesora Carmena, y ahora es el pupilo que la supera. ?Cree Almeida que alguien lo va a aplaudir por cerrar al tr¨¢fico, en agosto y cuando apenas hay transe¨²ntes, el ¨²nico carrilito de Sol, ved¨¢ndoselo incluso a los servicios p¨²blicos? Al contrario: hoy lo detestan todos los taxistas de Madrid y el barrio m¨¢s afectado; los vecinos, que ya no pod¨ªamos salir por Bail¨¦n, ahora tampoco por Sol. Estamos no confinados, sino prisioneros. ?Cree la alcaldesa Colau, de Barcelona, que alguien la admira por destrozar y convertir su ciudad en un caos con improvisadas zonas peatonales pintarrajeadas y carriles-bici por doquier?
A¨²n m¨¢s delito tienen los ministros Iglesias y Montero Menor (sin segundas intenciones: la de Hacienda ser¨ªa Montero Mayor), porque llevan a?os presumiendo de ser ¡°la gente¡±, de preocuparse por ella y conocerla a la perfecci¨®n. ?Cree ¨¦l que nos conmueven sus obsesivos ataques al Rey ¡ªal que prometi¨® fidelidad hace unos meses¡ª y sus francachelas con los independentistas y Bildu? ?Cree ella que nos apasionan sus encuestas mal hechas y sus ¡°estudios¡± sobre las series de televisi¨®n, que abogan por que las actrices sean menos guapas o se las afee, entre otras conclusiones cruciales para la poblaci¨®n? ?Creen los ministros Garz¨®n, Campo y Castells que tenemos el alma en vilo por sus desaires a la monarqu¨ªa, lo cree su jefe S¨¢nchez? Todas estas declaraciones y decisiones suenan impertinentes e improcedentes hoy. Irritantes y ofensivas para la inmensa mayor¨ªa de los espa?oles, m¨¢s all¨¢ de sus preferencias ideol¨®gicas o pol¨ªticas.
Cuanto se aparte de las cuestiones vitales ¡ªplaga, la mejora de la Sanidad esquilmada por el PP y Converg¨¨ncia, las finanzas de cada individuo y del pa¨ªs¡ª resulta contraproducente. Cuanto no sea esfuerzo y aplicaci¨®n se percibe como cortina de humo u ornamento superfluo que cada dirigente se pone para comparecer en las redes o en televisi¨®n. No han entendido que ese tiempo pas¨®, o ha quedado aplazado mientras la emergencia siga en pie. Cualquier desv¨ªo de las amenazas reales es visto como negligencia, ego¨ªsmo, desatenci¨®n y abuso de la paciencia com¨²n. No se sabe cu¨¢ndo volver¨¢ a haber elecciones, pero, cuando quiera que sean, les auguro un cataclismo a casi todos los partidos vigentes, que no han querido enterarse de que sus afanes particulares ¡ªpatri¨®ticos, republicanos, independentistas o s¨®lo ambiciosos¡ª, sus cargos, sus incontables asesores a dedo, sus amplios sueldos que sufragamos, pasaban instant¨¢neamente a segundo plano, o a tercero o cuarto o quinto, y no pod¨ªan mantenerse ni un minuto en el primero en que a¨²n est¨¢n.
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