De tu armario al vertedero
Cada segundo, el equivalente a un cami¨®n de ropa es enviado a la basura
En la actualidad, compramos un 60% m¨¢s de ropa que hace 15 a?os, la utilizamos la mitad de tiempo y un tercio de lo que tenemos en el armario no nos lo hemos puesto en el ¨²ltimo a?o. Es lo que dicen las estad¨ªsticas pero, probablemente, los datos no se alejan mucho de lo que podr¨ªamos decir mirando nuestro armario. Una de las muchas consecuencias de este consumo fren¨¦tico de ropa es que cada segundo el equivalente a un cami¨®n lleno de ropa es incinerado o enviado a un vertedero, seg¨²n datos del informe A new textiles economy: redesigning fashion¡¯s future, de la Fundaci¨®n Ellen MacArthur, que aboga por la econom¨ªa circular.
Los datos nos dicen que, cuando hablamos de textil, ni se reduce el consumo ni se reutilizan las prendas, ni, mucho menos, se reciclan ni se recuperan. Las monta?as de ropa no se ven habitualmente en los vertederos, pero est¨¢n ah¨ª. Se calcula que aproximadamente el 73% de los materiales que entran en la industria textil terminan en vertederos o incinerados; y a eso hay que sumarle que un 12% se pierde de forma previa, ya sea en forma de desechos durante la confecci¨®n de las prendas ¡ªalgo visible a las afueras de las grandes zonas de producci¨®n, como algunos distritos de Banglad¨¦s o Indonesia¡ª o en forma de ropa que, por unas razones u otras, nunca llega al mercado. Un 12% al que en ingl¨¦s le han puesto hasta un nombre: es el pre-consumer waste, que engloba tanto a las telas y retales que se pierden durante la producci¨®n como a los productos o lotes defectuosos, colecciones no vendidas y prendas individuales que son devueltos tras haber estado en las perchas de la tienda. Prendas que se convierten en residuos sin haber sido ni siquiera utilizadas.
El 73% de los materiales que entran en la industria textil terminan en vertederos o incinerados
Todo esto supone toneladas de ropa al a?o que van directamente a los vertederos o a las incineradoras, provocando un fuerte impacto medioambiental, adem¨¢s de un gran gasto en la gesti¨®n de residuos.
Los contaminantes de nuestra ropa
En los vertederos, estos kilos de ropas se descomponen muy lentamente, liberando gas metano (que contribuye muy negativamente al efecto invernadero) cuando se trata de materiales de origen org¨¢nico (lino, algod¨®n, seda), o liberando micropl¨¢sticos, cuando son de origen sint¨¦tico (poli¨¦ster, nylon, acr¨ªlicos), materiales que al constituir derivados del petr¨®leo, tardan cientos de a?os en degradarse.
A ello se suma, adem¨¢s, que todos estos materiales, sean del origen que sean, han sido sometidos a un buen n¨²mero de procesos qu¨ªmicos antes de convertirse en ropas: blanqueamientos, te?idos, imprimaci¨®n¡ Una vez en los vertederos, todos estos qu¨ªmicos terminan filtr¨¢ndose en la tierra o siendo arrastrados con la lluvia, especialmente en aquellos que no est¨¢n convenientemente sellados. En el caso de ser incinerados, esas toxinas terminan expandi¨¦ndose en el aire.
?Se puede reciclar?
Solo el 15% del textil termina, por lo tanto, en alg¨²n proceso de reciclaje. La mayor parte, el 12%, se reutiliza para confeccionar otros productos textiles (relleno de colchones, pa?os de limpieza, alfombras, materiales de aislamiento o alfombrillas de los coches), un 2% se pierde durante la recogida o el procesado y, finalmente, ?un 1% se convierte en nuevas ropas! Un 1% que incluye los retales que sobran a la hora de la fabricaci¨®n. Si solo habl¨¢semos de la ropa como tal, ropa reciclada en ropa, el porcentaje se reduce al 0,1%.
Una de las cuestiones que dificultan el reciclaje del textil es su poca homogeneidad. La industria de la moda se basa, precisamente, en su enorme variedad y capacidad de innovaci¨®n: tejidos, colores y estampados var¨ªan cada temporada y es complicado encontrar prendas de un solo componente, del tipo ¡°100% algod¨®n¡±. Por eso es muy dif¨ªcil recuperar las prendas ya confeccionadas para volver a convertirlas en nuevos modelos: hay que separar botones, cremalleras, adornos, etiquetas y accesorios varios. Como resultado, realizar esta separaci¨®n es un proceso muy complejo, lento, y que exige una mano de obra cualificada. Por las mismas razones, hacerlo de forma mec¨¢nica es tambi¨¦n complicado, a pesar de que en los ¨²ltimos a?os se han desarrollado t¨¦cnicas para poder identificar los diferentes compuestos.
A ello se suman los tintes qu¨ªmicos que se aplican a las prendas -presentes casi en todo tejido que podamos encontrar- y que deben ser eliminados antes de volver a utilizar los tejidos. La variedad es tal que en las tiendas de segunda mano, donde se ordenan las prendas por talla y por colores, es pr¨¢cticamente imposible encontrar dos tonalidades iguales.
En Europa se producen entre seis y ocho millones de toneladas de residuos textiles cada a?o entre ropa y otros elementos como alfombras, colchones o relleno de sof¨¢s. Una cifra a la que hay que sumarle otros 16 millones de toneladas generados por la industria textil puramente dicha. En Estados Unidos, seg¨²n la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental (EPA), los residuos textiles, de cuero o goma supon¨ªan el 9% de los residuos s¨®lidos municipales (el cubo de la basura de los norteamericanos) en 2013.
Esto est¨¢ provocando una invisible pero enorme monta?a de residuos que es solo una de las m¨²ltiples manifestaciones del alt¨ªsimo impacto socioambiental que tiene el consumo masivo de moda. No en vano, en esta industria se registran p¨¦simas condiciones laborales en los talleres de confecci¨®n y, adem¨¢s, se ha convertido ya, seg¨²n la ONU, en la segunda m¨¢s contaminante del planeta si tenemos en cuenta todo su ciclo de producci¨®n: las enormes cantidades de agua necesarias para el cultivo de algunos tejidos, los procesos qu¨ªmicos a los que son sometidos las prendas y las continuas emisiones de CO? provocadas a lo largo del proceso por el traslado de productos desde las zonas de producci¨®n de tejidos a las de confecci¨®n y, finalmente, a los lugares de venta.
Y creemos que es importante conocer mejor qu¨¦ est¨¢ ocurriendo, yendo a los puntos de producci¨®n y a los lugares donde acaban esos residuos. Por eso, despu¨¦s de nuestros proyectos sobre la industria del az¨²car y del aceite de palma, en Carro de Combate hemos lanzado una nueva investigaci¨®n en la que queremos entender mejor qu¨¦ hay detr¨¢s de la industria de la moda y cu¨¢les son esas voces invisibilizadas que apenas escuchamos, pero que tambi¨¦n son #fashionvictims.
Para que la investigaci¨®n sea posible, hemos lanzado un crowdfunding en Goteo que cubra los gastos de documentaci¨®n y procesamiento de la informaci¨®n para escribir #ModaBasura, un libro sobre este aspecto de la industria de la moda. Si quieres conocer m¨¢s sobre el proyecto y apoyarlo, puedes visitar la p¨¢gina Moda Basura: El impacto socioambiental de nuestro consumo de ropa.
Ha llegado el momento de ser cool de verdad y profundizar en el lado m¨¢s opaco de esta industria supuestamente tan fashion. Ay¨²danos a investigar. S¨²bete al carro.
Carro de Combate es un colectivo de periodismo independiente que investiga de d¨®nde procede lo que consumimos y sus impactos sociales y medioambientales.
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