La alternativa de consumo al Black Friday
Los principios y valores de la econom¨ªa solidaria son los necesarios para salir de esta crisis sin dejar a nadie atr¨¢s y favorecer otro modelo global m¨¢s humano, ecol¨®gico y justo

Llega el final de noviembre y los mensajes para que consumamos de manera impulsiva lo invaden todo. Desde hace unos a?os, el Black Friday ha adelantado el inicio de la campa?a de Navidad. Y este a?o, no iba a ser diferente (m¨¢s bien, lo contrario¡).
Ante este consumismo que nos incita a comprar sin pensar, y en estos tiempos de pandemia, las organizaciones de Comercio Justo proponemos una alternativa: la del encuentro, la cercan¨ªa, la proximidad. Planteamos (o m¨¢s bien, recordamos) la importancia de quedarnos en nuestro barrio y cuidar cada compra que hagamos. Y ah¨ª, en ese tienda de barrio, de proximidad y de los cuidados, est¨¢n las de Comercio Justo. Establecimientos que, como sector en nuestro pa¨ªs, en 2019 aumentaron ligeramente sus ventas, pero que en este 2020, al igual que el resto del peque?o comercio y la econom¨ªa en general, viven la incertidumbre ante la covid-19 y las crisis que ha desatado.
El Comercio Justo en nuestro pa¨ªs se encuentra en un momento de paradojas. Por un lado, el a?o pasado las ventas globales se dispararon y superaron los 138 millones de euros. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, su presencia en la cesta de la compra habitual sigue siendo minoritaria. Seg¨²n estos datos, cada persona en Espa?a gast¨® 2,92 euros en productos de Comercio Justo durante el a?o 2019. Una cantidad peque?a si la comparamos con el consumo que cada persona hace durante todo un a?o, y una cifra, adem¨¢s, muy alejada de la media en otros pa¨ªses europeos.
Por otro lado, los productos que especialmente favorecieron el aumento de las ventas de Comercio Justo fueron los chocolates y dulces (en particular, los certificados con el sello Fairtrade y distribuidos por empresas). Y con ello, las cooperativas y dem¨¢s organizaciones productoras han podido consolidar los impactos positivos que genera en sus trabajadores y trabajadoras y en su entorno.
Cada persona en Espa?a gast¨® 2,92 euros en productos de Comercio Justo durante el a?o 2019
Se trata de organizaciones y cooperativas que, no nos cansaremos de repetir, desarrollan su actividad bajo otros criterios diferentes a los imperantes en el comercio convencional, criterios basados en el respeto a los derechos laborales, los Derechos Humanos y el cuidado del medio ambiente. Una muestra de ello es, por ejemplo, la cooperativa peruana CAES Piura, formada por unos 200 campesinos y campesinas que cultivan az¨²car de ca?a integral en peque?os terrenos y manteniendo sus t¨¦cnicas tradicionales, lo que les permite proteger la tierra.
Otro ejemplo es la cooperativa Cooproagro de Rep¨²blica Dominicana que agrupa a 21 peque?as cooperativas en las que trabajan 1.800 familias. Ellas adem¨¢s de recibir un precio digno y estable por su cacao, con los beneficios extra han decidido financiar infraestructuras de agua potable, electrificaci¨®n, reparaci¨®n de caminos vecinales y otras iniciativas comunitarias. Y as¨ª podr¨ªamos seguir contando c¨®mo trabajan todas y cada una de las m¨¢s de 2.100 organizaciones productoras de Comercio Justo de m¨¢s de 70 pa¨ªses.
Sin embargo, en el 2020 estas cooperativas y el resto de organizaciones muestran sus inquietudes por los efectos de las crisis de la covid-19. Ante la pandemia, el cuidado de la plantilla y el mantenimiento de los salarios han sido las pr¨¢cticas habituales en el sector, a diferencia de muchas grandes empresas convencionales que han despedido a sus trabajadores/as o bien han cancelado pedidos, con todo lo que implica de p¨¦rdida de ingresos para dichas personas, que en su mayor¨ªa viven una situaci¨®n muy vulnerable. Por su parte, las preocupaciones de las organizaciones de Comercio Justo se centran no solo en las dificultades de comercializaci¨®n y distribuci¨®n de sus productos, sino tambi¨¦n en las necesidades de la poblaci¨®n de sus regiones, sobre todo la m¨¢s empobrecida, en aspectos tan b¨¢sicos como la salud, la alimentaci¨®n o la educaci¨®n.
Pero, pese a la incertidumbre que vivimos en el sector, tenemos el convencimiento de que los principios y los valores del Comercio Justo y de la Econom¨ªa Solidaria son los necesarios para salir de esta crisis sin dejar a nadie atr¨¢s, sin acrecentar a¨²n m¨¢s las desigualdades y para favorecer otro modelo global m¨¢s humano, ecol¨®gico y justo.
Por eso, y frente a los tiempos que estamos viviendo, insistimos en la necesidad de repensar nuestros h¨¢bitos de consumo para reconstruir nuestro mundo. Y ah¨ª, el comercio de barrio y las tiendas de Comercio Justo suponen una alternativa que facilita a los vecinos y vecinas optar por valores como el apoyo mutuo, la empat¨ªa y la solidaridad, que siempre son esenciales. Pero este a?o, a¨²n m¨¢s.
Alberto Abad Adelarpe es presidente de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo
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