Todas las caras de una ampliaci¨®n
OMA y Hassell firman en Perth (Australia) la remodelaci¨®n del Museo Boola Bardip, un puzle de tiempos y lugares en el que una suma de edificios busca representar la diversidad
El pasado, en la trasera; y el futuro, dando la cara, para ofrecer la bienvenida a los visitantes. El puzle como el retrato m¨¢s preciso es lo que representa la ampliaci¨®n del Museo Boola Bardip de Perth (Australia). La diversidad, la historia de la ciudad y la cultura contempor¨¢nea est¨¢n ahora conectadas en un edificio que es una suma de partes. "Una habitaci¨®n en la ciudad¡±, describen los arquitectos del estudio que lidera el holand¨¦s Rem Koolhaas.
El compromiso entre lo global ¡ªque durante la pandemia se ha convertido en algo inm¨®vil¡ª y lo local va a estar cada vez m¨¢s presente entre los nuevos edificios que se construyan en el mundo. Tambi¨¦n en las ambiciones culturales. Es como si el mundo del arte y el que maneja el dinero de la arquitectura estuvieran plante¨¢ndose si merece la pena esperar para volver al modelo anterior (las hordas de los de turistas y sus visitas intensas, cortas y multitudinarias) o si resulta m¨¢s cabal replante¨¢rselo todo: para qui¨¦n son los edificios, qui¨¦n los utilizar¨¢, qui¨¦n los pagar¨¢ y a qui¨¦n representar¨¢n.
Lo que salga de este conflicto de intereses tardar¨¢ a?os en verse. De ah¨ª la cautela del planteamiento. La arquitectura suele ir por delante, es cierto, no le queda m¨¢s remedio. Pero tambi¨¦n es cierto que ¡ªdebido a su propia naturaleza que la hace nacer en el papel y ser sobre el suelo¡ª puede llegar muchas veces tarde. Justamente por eso, ante este nuevo cambio dr¨¢stico de guion mundial la propia disciplina debe plantearse en todas sus escalas la versi¨®n de s¨ª misma que veremos en el futuro. Debe hacerlo en todas las escalas, no en todos sus tiempos. Eso tambi¨¦n ha quedado claro. Siempre deber¨ªa mandar la urgencia a la hora de hacer posible la convivencia. Muchas de las ciudades del mundo, y de las viviendas, est¨¢n demostrando estos meses su condici¨®n cambiante. Pero, ?qu¨¦ ocurre con el resto?
En Perth (Australia) la ampliaci¨®n del Museo Boola Bardip habla ya de convivencia, de muchas convivencias. M¨¢s all¨¢ de la del pasado del edificio y la nueva ampliaci¨®n y m¨¢s all¨¢ de la coexistencia que en el ¨²ltimo siglo ha confundido cultura y negocio, el edificio habla de lo local y lo global con cautela. Con atenci¨®n a la redefinici¨®n que estamos viviendo.
Por encima de un inmueble, o de la suma de dos, OMA ha previsto dos circulaciones ¡ªla vertical y la horizontal¡ª para conectar un edificio hist¨®rico con su ampliaci¨®n. En la parte a?adida, la habitaci¨®n c¨ªvica ¡ªcity room¡ª se presenta como un ¡°no lugar¡± cultural, un espacio sin uso fijo, abierto al p¨²bico, no solo al que va a escuchar, tambi¨¦n para el que necesita llegar y hablar. Se trata, dicen los arquitectos, ¡°de que la gente lo utilice e invente su uso¡±.
Mark Loughnan, del estudio local Hassell, coautor del proyecto, habl¨® justamente m¨¢s de conexi¨®n que de arquitectura durante la inauguraci¨®n: ¡°El museo combina cuidadosamente la arquitectura hist¨®rica y la contempor¨¢nea para ofrecer nuevos puntos de vista, la oportunidad de compartir ideas¡±. Dijo estar orgulloso de haber sido capaz de crear una identidad nueva sin borrar el pasado. Esa era la nueva conexi¨®n con la ciudad: para cambiar no hace falta destrozar.
Tambi¨¦n David Gianotten, socio de OMA, habl¨® de pasar la cultura de mano en mano para construir con lo existente, lo nuevo.
Si la modernidad abogaba por una correspondencia entre interior y exterior, este museo contrapone esa idea para defender no el palimpsesto ¡ªaqu¨ª no se borra nada¡ª ni el mimetismo ¡ªque ha servido para ampliar tantos museos¡ª ni siquiera el di¨¢logo. Este museo tampoco es el resultado de hacer enmudecer una ampliaci¨®n para marcar la diferencia con la arquitectura existente, aqu¨ª lo que manda es el collage, la nueva composici¨®n que resulta de la suma de partes. Paul Jones, de OMA, describe que la novedad de un museo con dos caras no es solo forma, es, sobre todo, su uso: permite una libertad inusitada: ¡°Que cada visitante construya su recorrido¡±. Ha sido el di¨¢logo con las personas (las consultas con los ciudadanos e instituciones desarrolladas por Hassell), lo que ha decidido lo que el museo deb¨ªa ser: un puzle entre los accionistas, los visitantes, la cultura local y la ambici¨®n de convertirse en una parada m¨¢s en el tour del mundo, cuando este vuelva. Si es que vuelve. En ese caso, todas las otras piezas compondr¨¢n la imagen de un edificio que quiere ser fraccionado para contentar a todos y para contar una historia que es, como casi siempre, una suma de partes.
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