La vacuna que seguimos esperando
La humanidad ha demostrado una capacidad de batir todos los r¨¦cords en el desarrollo y fabricaci¨®n de las vacunas, pero ?lograremos alg¨²n d¨ªa inmunizarnos contra la pobreza y la desigualdad?
Ni en el escenario m¨¢s optimista el mundo se iban a tener cuatro vacunas contra el coronavirus disponibles antes de que terminara 2020. Seg¨²n la comunidad cient¨ªfica, los procesos de dise?o e investigaci¨®n duran casi una d¨¦cada, por lo que muchos nos hab¨ªamos resignado a convivir con el virus durante mucho tiempo.
En un esfuerzo econ¨®mico e investigativo sin precedentes, algunos de los laboratorios y empresas farmac¨¦uticas m¨¢s poderosas del mundo se lanzaron a una carrera por la inmunizaci¨®n que tendr¨ªa asegurados, potencialmente, casi ocho mil millones de clientes. Y as¨ª fue como a finales de 2020, la humanidad asisti¨® at¨®nita y con cierto escepticismo a la presentaci¨®n de no una, sino cuatro variantes distintas con eficacias demostradas superiores al 90%.
Lograron lo que parec¨ªa imposible quemando etapas y fases de la investigaci¨®n a velocidad fren¨¦tica. Las mejores mentes de la medicina, la ciencia y la virolog¨ªa se centraron durante meses en encontrar un elixir para ofrecer al mundo una esperanza, y ponernos a todos de nuevo en la casilla de salida, para seguir con el planeta donde lo hab¨ªamos dejado.
Como humanidad hemos vuelto a demostrar que, ante una amenaza global, nos sabemos defender y que podemos encontrar soluciones r¨¢pidas, efectivas y escalables ante cualquier desaf¨ªo que ponga en peligro nuestra especie¡ Siempre y cuando traiga consigo grandes beneficios econ¨®micos. Se podr¨ªa decir que la investigaci¨®n y el desarrollo de la vacuna han sido hasta la fecha la inversi¨®n social y humanitaria m¨¢s ambiciosa y rentable de la historia.
Lo cierto es que, en nuestro planeta, ya ten¨ªamos problemas muy graves antes de que la pandemia del coronavirus llamara a nuestra puerta: cada cinco segundos muere un ni?o en el mundo por causas que podr¨ªan ser evitables, como el hambre o enfermedades para las que existe un tratamiento. Casi 800.000 personas se quitan la vida cada a?o como resultado de cuadros depresivos o salud mental. Un tercio de la poblaci¨®n mundial tiene problemas de nutrici¨®n y casi tres mil millones de personas no tienen acceso a redes de distribuci¨®n de agua.
Me imagino a las mentes m¨¢s brillantes del mundo trabajando por encontrar soluciones para estos problemas: a grandes fondos de inversi¨®n, a Estados y empresas privadas uniendo esfuerzos por salvar tantas vidas. Me imagino esto y me resulta imposible no creer que cualquiera de estos desaf¨ªos, comparado con encontrar una vacuna global para la covid-19 en menos de un a?o, podr¨ªa parecer sencillo. Entonces, ?por qu¨¦ no ocurre? La respuesta es simple y dolorosa: no es rentable.
Acabar con el hambre en el mundo o dar acceso a agua potable a un tercio de la humanidad no llenar¨¢ los bolsillos de nadie. No har¨¢ que Wall Street suene ninguna campana ni que las bolsas europeas festejen ning¨²n repunte. Ser¨ªa una inversi¨®n a fondo perdido, cuyo ¨²nico retorno ser¨ªan las vidas que se salvar¨ªan. Esto no parece lo suficientemente atractivo para los mercados como para llevarse a cabo.
Con ello no quiero negar la importancia que tiene para la humanidad esta vacuna. Era muy necesario invertir y perseguirla para evitar una cat¨¢strofe econ¨®mica y social que ya ha hecho estragos a lo largo y ancho del mundo. Lo que me pregunto es por qu¨¦ no hemos trabajado como especie con el mismo af¨¢n, con el mismo respaldo y la misma expectativa, en dar soluci¨®n a las situaciones tan dram¨¢ticas que ya viv¨ªamos y que, por desgracia, ya no nos sorprend¨ªan. Nos aterra la idea de convivir con un virus respiratorio, pero en cambio, nos hemos acostumbrado a convivir con la desigualdad, la pobreza, la desnutrici¨®n o la violencia.
Nos aterra la idea de convivir con un virus respiratorio, pero en cambio, nos hemos acostumbrado a convivir con la desigualdad, la pobreza, la desnutrici¨®n o la violencia
Que un joven sin enfermedades previas haya fallecido por covid-19 en Espa?a abrir¨¢ telediarios y peri¨®dicos, pero que casi seis millones de ni?os murieron en 2019 como consecuencia del hambre o las enfermedades diarreicas nunca ser¨¢n un titular, ser¨¢, sencillamente, parte del paisaje.
Superaremos la pandemia, esta y las que vendr¨¢n, de eso no hay duda. Ya hemos demostrado la capacidad de batir todos los r¨¦cords en el desarrollo y fabricaci¨®n de las vacunas, pero, ?lograremos alg¨²n d¨ªa vacunarnos contra la pobreza y la desigualdad? ?En alg¨²n momento pondremos a las mejores mentes del planeta, a trabar de forma coordinada por erradicar el hambre, la falta de agua o el cambio clim¨¢tico? El talento existe y los medios tambi¨¦n, ahora necesitamos ponerlos al servicio de las causas que nos deber¨ªan movilizar y que, como humanidad, no podemos seguir postergando m¨¢s.
Rafael Moyano es director ejecutivo de la Corporaci¨®n Educacional Escuelas del Cari?o.
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