El impuesto a la riqueza, una realidad en Argentina
El pa¨ªs americano establece una nueva tasa que no solo ayudar¨¢ a cubrir los gastos de la pandemia, tambi¨¦n establece un precedente en la lucha contra la desigualdad
El Senado argentino ha aprobado el pasado diciembre la ley de Solidaridad y Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas, un impuesto ¨²nico destinado a ayudar a cubrir los costos de la pandemia de la covid-19, en un pa¨ªs donde hasta el momento, ha cobrado la vida de m¨¢s de 44.000 personas. El impuesto pagar¨¢ suministros m¨¦dicos, ayudar¨¢ a las peque?as y medianas empresas, patrocinar¨¢ becas para estudiantes, desarrollos sociales y proyectos de gas natural.
Esta medida se aplicar¨¢ a las 12.000 personas m¨¢s adineradas de Argentina, solo un 0,02 % de la poblaci¨®n que ha declarado activos por m¨¢s de 2,5 millones de d¨®lares (2 millones de euros), ser¨¢n afectados mediante el cobro de un cargo ¨²nico del 2 al 5,25% sobre los activos individuales, con lo cual, el Gobierno argentino espera recaudar alrededor de 3.500 millones de d¨®lares (2.800 millones de euros).
Muchos pa¨ªses (incluido el Reino Unido) lo est¨¢n discutiendo, pero Argentina es el primero en hacer algo concreto. Tan importante como lo que puede aportar el dinero recaudado, es que el nuevo impuesto establece un precedente importante.
Como llevan alg¨²n tiempo se?alando prestigiosos economistas como Piketty, Stiglitz o Zucman: "Si los m¨¢s ricos no acaban llevando una parte proporcional del peso econ¨®mico de la pandemia, ni la recaudaci¨®n nacional de impuestos como el impuesto sobre la renta, ni siquiera la coordinaci¨®n internacional de la fiscalidad empresarial ser¨¢ suficiente".
Estos economistas est¨¢n pidiendo mucho m¨¢s que el Senado de Argentina, exigiendo impuestos radicalmente m¨¢s altos relacionados con la covid sobre la riqueza, en un momento de calamidad y de p¨¦rdidas colectivas.
Los libros de historia muestran eventos similares. Nos recuerdan que, en un momento de mayor necesidad, se han adoptado impuestos inesperados sobre las empresas m¨¢s rentables en pa¨ªses como Estados Unidos, Jap¨®n, Alemania y Francia despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, o Irlanda con la crisis financiera de 2008. Los sistemas fiscales a menudo han sido m¨¢s progresivos en tiempos de guerra. Estados Unidos elev¨® el impuesto sobre la renta a un pico m¨¢ximo del 80% durante la Primera Guerra Mundial y al 95% en la Segunda Guerra Mundial.
"Si los m¨¢s ricos no acaban llevando una parte proporcional del peso econ¨®mico de la pandemia, ni la recaudaci¨®n nacional de impuestos como el impuesto sobre la renta, ni siquiera la coordinaci¨®n internacional de la fiscalidad empresarial ser¨¢ suficiente."
Deber¨ªa haberse hecho antes, no solo en Argentina, sino en toda Am¨¦rica Latina, porque es una regi¨®n de contrastes obscenos. Existe una riqueza extrema en todos sus pa¨ªses; sin embargo, el continente invierte solo un tercio de los niveles de la UE en salud por habitante.
Una capacidad tan baja para recaudar fondos ha contribuido al desproporcionado n¨²mero de muertos en Am¨¦rica Latina: la regi¨®n ha representado el 30% de las muertes por covid-19 en todo el mundo, a pesar de que tiene solo el 8% de la poblaci¨®n mundial.
Oxfam, en su informe ?Qui¨¦n paga la cuenta?, se?ala que la riqueza de los s¨²per millonarios de la regi¨®n creci¨® 17% en las 16 semanas desde mediados de marzo: 48,2 billones de d¨®lares estadounidenses. Eso equivale al 38% del total de los paquetes de est¨ªmulo que todos los Gobiernos han activado, y nueve veces la intervenci¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La regi¨®n acu?¨® en promedio un nuevo multimillonario cada dos semanas desde marzo, mientras que millones de ciudadanos han estado batallando contra enfermedades, dificultades econ¨®micas extremas y luchando por poner comida en la mesa durante los confinamientos, con hospitales al borde del colapso.
Los Gobiernos latinoamericanos est¨¢n sub gravando masivamente a las personas y corporaciones m¨¢s adineradas, lo que socava su lucha contra el Coronavirus, la pobreza y la desigualdad. Oxfam estima que Am¨¦rica Latina perder¨¢ 113.400 millones de d¨®lares en ingresos fiscales este a?o, (93.300 millones de euros) lo que equivale a 59% del gasto en salud p¨²blica en la regi¨®n. (Base del c¨¢lculo aqu¨ª).
No podemos caer en los errores del pasado, cuando los planes de ajuste estructural o las respuestas a m¨²ltiples crisis resultaron en desinversiones en pol¨ªticas sociales, bajos niveles de protecci¨®n social e incluso reveses democr¨¢ticos. Los brotes de descontento social que mostraron su rostro m¨¢s amargo en la segunda mitad del a?o pasado, justo antes de que estallara la pandemia, deber¨ªan ser una se?al de alerta. Buscar la vuelta a la normalidad no es suficiente; la normalidad ya era el problema en una regi¨®n sumida en una profunda crisis de desigualdad.
Argentina ha sido solo el comienzo: Bolivia ha aprobado un impuesto sobre la riqueza tambi¨¦n justo antes de terminar el 2020 y Chile est¨¢ debatiendo hacer lo mismo.
Algunos medios de Argentina est¨¢n llamando al nuevo impuesto el "Impuesto a la riqueza de Oxfam", debido a la influencia que hemos tenido en los argumentos para su aprobaci¨®n. Incluso fuimos citados en el proyecto de ley enviado al Senado argentino. Nosotros preferir¨ªamos llamarlo el "Impuesto de Solidaridad Covid", que promueve una solidaridad entre los argentinos, lo cual esperamos, siga inspirando a otros pa¨ªses alrededor del mundo.
Asier Hernando Malax-Echevarr¨ªa es subdirector de Oxfam para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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